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Cristologia


Enviado por   •  10 de Noviembre de 2014  •  2.304 Palabras (10 Páginas)  •  186 Visitas

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UNIDAD Nº 3 LA UNIDAD PSICOLOGICA Y LA AUTOCONCIENCIA DE JESUS

La unidad ontológica de la persona de Jesucristo supone también la psicológica

Autopercepción o autoconciencia, ¿Cuál es el centro de referencias de las acciones humanas? ¿La conciencia divina? Pero ¿no es esta común a las tres personas divinas? ¿ la conciencia humana?

El concilio de Constantinopla lll afirmò que en Jesucristo hay una voluntad y una acción auténticamente humanas no en oposición a la voluntad divina, sino perfectamente sometidas a ella.

Las dos voluntades y acciones no pueden yuxtaponerse una a otra.

Los actos humanos mantienen su autenticidad, pero son actos humanos del Hijo de Dios, así como Jesús es personalmente el Verbo encarnado, así también sus acciones humanas son personalmente las del Hijo encarnado.

No hay una cristología absoluta de la psicología humana de Jesús.

Las acciones y experiencias humanas de Jesús se refieren a un centro humano, psicológico y empírico: el ego humano es el centro de la vida psicológica de Jesús. Este goza plenamente de autonomía psicológica, pues, aunque en conformidad con la voluntad divina, la naturaleza humana se determina a si misma. El Verbo de Dios no ejerce influencia alguna sobre los actos humanos de Jesús, de los que él es simplemente el sujeto de atribución. Además la conciencia humana es consciente de las propias acciones y las refiere a si misma como a su sujeto inmediato.

¿Cómo sabe Jesús que es el Hijo de Dios y no simplemente una persona humana? ¿Como sabe que su ego humano es solo un centro psicológico de referencia, no una persona ontológica?

No se puede poner en peligro la unidad de la persona en Jesucristo, se debe respetar. Es legítimo hablar de un ego psicológico humano en Jesús con tal que se mantenga la unidad ontológica de la persona.

Para encontrar el justo equilibrio es necesario salvaguardar de manera intacta la distinción entre persona y naturaleza.

A - La persona divina el ego humano psicológico:

La conciencia es el acto de la persona en la naturaleza y mediante ésta, el centro último es la persona divina del Verbo.

El es consciente de si mismo de manera humana, así como él es el que obra verdaderamente de modo humano. Esto no quiere decir que en Jesús no haya personalidad humana.

El ego de los dichos evangélicos es el Verbo, pero en cuanto consciente de manera humana en su humanidad: es la expresión de la autoconciencia humana del Verbo. El misterio de la unión hipostática se extiende al orden de la intencionalidad humana. En consecuencia el ego humano psicológico de Jesús es la prolongación en la conciencia humana del ego de la persona del Verbo.

B – Autonomía y heteronomia de la naturaleza humana de Jesús

La naturaleza humana de Jesús es autónoma en el sentido de que cumple por principio lo que especifica y determina las acciones y reacciones humanas.

La sustancial auto-expropiación de la naturaleza humana unida hipostáticamente al Verbo no quita su espontaneidad. La naturaleza humana especifica sus acciones humanas, garantizándoles su autenticidad humana.

La naturaleza humana de Jesús esta totalmente expropiada ontológicamente en orden a la persona. Las acciones humanas de Jesús son verdaderamente las del Verbo de Dios: él es el que actúa en ellas ejerciendo su propia causalidad personal. Esta total expropiación no quita el sentido de responsabilidad y de iniciativa humana de Jesús: garantiza que en Jesús el Hijo de Dios mismo responde como hombre a la misión recibida de su Padre.

C – La conciencia de Jesús de la propia filiación divina

El hombre Jesús es subjetivamente consciente de la propia divinidad mediante una conciencia directa de la unión hipostática. Es decir la unión hipostática vuelve a entrar en la esfera de la conciencia humana de Jesús.

La autoconciencia humana de la divinidad no es una nueva realidad añadida a la unión hipostática, sino que representa el aspecto subjetivo de la misma.

De esta manera el ego hipostàtico del logos se hace autoconciente en la naturaleza y en la conciencia humana.El ego es la persona divina humanamente consciente: es el ego humano del verbo.

Podemos concluir que la ùnica persona divina del verbo es humanamente autoconcsiente en Jesùs, esto supone en El la existencia de un ego humano psicològico. La conciencia humana es propia del verbo, mientras que la divina es comùn a las tres personas de la trinidad, en donde emerge una conciencia del "nosotros" que tiene tres centros focales de conciencia de acuerdo a la relaciòn que tengan entre sì.

El conocimiento Humano de Jesús

Un estudio del conocimiento humano de Jesús ha de tener en cuenta dos hechos: se trata del conocimiento del hijo de Dios.El verbo encarnado en la Kenosis, no tuvo la posesión durante su vida terrena de la perfección que alcanzò en la resurrección , no solo su naturaleza humana sigue siendo la misma, si no que su existencia humana en la kenosis implica que Èl voluntariamente, asumió la imperfecciones .

La Naturaleza humana conserva su propia integridad, lo cual implica que las perfecciones de la naturaleza divina, en este caso el conocimiento divino, no se comunica directamente a la naturaleza humana; el que las dos naturalezas no estén separadas significa que la conciencia humana de Jesús es la del hijo de Dios .

Se permitió a la Gloria Divina manifestarse durante su vida terrena si no en el tiempo de su glorificación, y que el verbo, habiendo asumido plenamente la condición concreta del gènero humano, excepto el pecado , comparte con los hombres su condición, sufrimiento y muerte. Asumió libremente las consecuencias del pecado que podía adoptar y transformar en sufrimiento de salvación .

Las perfecciones humanas de Jesús son proporcionales a su estado kenótico y están en relación a su misión. En cuanto al primero, hay que recordar que lo que diferencia el estado kenotico de Jesús del de su estado glorioso en una transformación real : solo en la resurrección estará en posesión de la plenitud de su poder mesiánico y salvífico. En cuanto al segundo, Jesús , durante su vida terrena, poseyó el conocimiento y las perfecciones humanas, necesarias al cuplimiento de su misión .

Según la tradición evangélica hay que afirmar en el algunas limitaciones: debió haber conocido su identidad personal de hijo de Dios, debió haber tenido un conocimiento especial del Padre para revelarlo . Pero ¿Qué conocimiento?

Partiendo desde el principio absoluto de las perfecciones, la Teología a afirmado en Jesùs una triple especie de conocimiento humano : la visión beatifica de los bienes aventurados en el cielo, un

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