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Cristologia

Johjanna2124 de Abril de 2015

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Republica Bolivariana De Venezuela

Ministerio Del Poder Popular Para La Educación Superior

Universidad Cristiana EDUR

Barinas Edo Barinas.

Profesor:

Lcdo. Ramón Fuentes

Bachiller:

Violeta Molina

C.I: 9.268.444

Autor (a) Johjanna Contreras

Barinas; Febrero de 2015

INTRODUCCIÓN

El cristianismo es la única religión del mundo que se basa en la persona de su fundador. Uno puede ser un fiel mahometano sin que tenga nada que ver con la persona de Mahoma. Igualmente puede ser un verdadero y fiel budista aunque no sepa de Buda absolutamente nada. Con el cristianismo pasa algo totalmente diferente. El cristianismo está ligado a Cristo de un modo tan indisoluble, que nuestra visión de la persona de Cristo comporta y determina nuestra visión del cristianismo. La fe cristiana no descansa sobre una iglesia, sobre una doctrina o sobre unos ritos sino en la persona del Hijo de Dios hecho hombre: Jesucristo. Sin embargo, la Cristología es realmente fundamental si se entiende que toda la razón de ser de la Iglesia, de los Dogmas, de los ritos y de las creencias, es Jesucristo. Todo es relativo respecto a él. Nada hay absoluto, sino su revelación, su vida a favor de los pobres, su anonadamiento y su pasión a favor de los pobres, su muerte a favor de los pobres… Porque “ellos son los bienaventurados. La sistematización de las enseñanzas de la Biblia sobre esta persona y su obra es necesaria para estructurar la fe y el resultado de este trabajo es la doctrina que conocemos como Cristología, es decir, tratado o doctrina de Cristo.

LA CRISTOLOGÍA

Es importante tener una identidad de una religión en este mundo existen muchas, pero todas llegan a lo que se quiere, que es la creencia en Dios, como único ser que creo al mundo, se tiene y se debe que creer en alguien, tan poderoso que pudo hacer al mundo a perfección, la práctica de una religión cual quiera que sea, nos enseñan a tener valores que se deben cumplir, el respetos al prójimo, en cuanto a sus creencias, tener un apoyo cuando las cosas se nos hacen difícil, dificultosas en la vida, es mediante la oración que podemos recibir las gracias de Dios, para que sigamos adelante, estas enseñanzas es buena aplicarlas desde que somos niños, a que oremos, por todos nosotros, es muy bonito hacerlo, no importa que no te pases en un templo todos los días, tener un momento para hablar con Dios es esencial, solo tienes que tener tiempo, en cualquier lugar, el siempre nos oirá, siempre respetados las creencias de los demás, por que todas las religiones tiene un solo fin, la unión espiritual con DIOS, nuestro creador.

La cristología es la parte de la teología cristiana que dedica su estudio al papel que desempeña Jesús de Nazaret (desde los puntos de vista tanto humanos como divinos, bajo el título de Cristo o Mesías). Sin embargo, los detalles menores de su vida no son tan importantes para la cristología, y sí lo son más bien el quién era, la Encarnación y los eventos más importantes de su vida (su nacimiento, su muerte y su resurrección)

Algunos puntos clave de la cristología incluyen:

• Su naturaleza humana.

• Su naturaleza divina.

• La interrelación entre estas dos naturalezas, cómo interactuarían y se afectarían entre sí.

La cristología también abarca cuestiones concernientes a la naturaleza de Dios como la Trinidad, el unitarianismo o el binitarianismo, y sobre lo que Cristo habría logrado para el resto de la humanidad. Hay tantos puntos de vista cristológicos como hay variantes del cristianismo. Los diferentes puntos de vista cristológicos de las diversas sectas cristianas han llevado a acusaciones mutuas de herejía y, menos frecuentemente, a subsecuentes persecuciones religiosas. En muchos casos, la cristología particular de una secta es su característica distintiva, en estos casos es común que a la secta se le conozca bajo el nombre de su visión cristológica. El resumen del pensamiento cristiano que hace que sea cristiano para la mayoría de ellos: protestantes, evangélicos, ortodoxos, carismáticos, conservadores, católicos y los apostólicos y también romanos, de armenia, coptos, entre otros.

• Jesucristo es Verdadero Dios;

• Jesucristo es Verdadero Hombre;

• Jesucristo es Uno y el Mismo.

LA CRISTOLOGÍA EN LA HISTORIA

Los documentos esenciales para fundamentar la Cristología son los que tenemos en el Nuevo Testamento, sin dejar de lado los textos del Antiguo Testamento relativos a la persona y la obra del mesías interpretado típicamente a la luz de su anti tipo, así como las figuras y los símbolos vistos a la luz de su cumplimiento. Por una parte tenemos los relatos históricos de los evangelios y por otra la interpretación teológica que de la persona de Jesucristo hacen las epístolas apostólicas y el Apocalipsis. Y es ahí donde aparecen las primeras señales que indican que se estaba pervirtiendo la doctrina de Cristo en el seno de la iglesia primitiva. Pero todavía más, la Cristología es la piedra de toque para distinguir si un creyente es verdadero o falso (1 Jn.4:1-6).

Los primeros debates. Tanto de parte judía (los ebionitas) como helénica (los gnósticos), empezó un debate cristológico que sería el punto de partida de una serie de herejías que cristalizarían posteriormente en otros movimientos y escuelas de teología. Unos negaban la plena divinidad de Jesucristo y otros se posicionaban en sentido contrario negando su plena humanidad. En uno de los artículos que aparecerán en esta serie sobre Cristología, habrá una exposición amplia de la doctrina de cada uno de ellos, de momento nos basta con señalar su existencia.

La primera gran controversia. Los cimientos doctrinales de la Iglesia sufrieron una gran sacudida con la aparición del arrianismo que marcó el comienzo de una nueva época en la historia del cristianismo. En ella tienen lugar las mayores discusiones sobre Cristo. La apologética cristiana frente a las acusaciones de los paganos, dio paso a los conflictos internos en los que emplearon buena parte de sus energías, porque a partir de Constantino la Iglesia gozó de un tiempo de paz sin persecuciones y aunque las discusiones no la beneficiaron, sirvieron para sentar la ortodoxia cristológica frente a las herejías, con el coste correspondiente que los conflictos eclesiales conllevan. El punto de partida fue un monoteísmo absoluto donde se discute la divinidad del Hijo de Dios. El intento de ver un Jesús humano y un monoteísmo absoluto, llevaron a la formulación de una doctrina del Hijo que en lugar de ser Dios, era una criatura de Dios. Esta doctrina tuvo una amplia acogida en Alejandría donde la gente cantaba por la calle este estribillo: “había, cuando el Hijo no era”, o según dicen otros, “hubo cuando no lo hubo”. La aceptación popular y la manera como la herejía se extendió por el Imperio estuvo a punto de crear un cisma de tal manera que Constantino intervino para solucionar éste y otros problemas, convocando el concilio de Nicea en el año 325 al que asistieron más de trescientos obispos. El concilio aprobó un credo en el que se incluyó el término homousios (consustancial) y se condenó el arrianismo aunque la controversia duró cincuenta años más.

El debate sobre las naturalezas. Una vez establecida la doctrina de la divinidad del Hijo, surgió el problema acerca de la relación de las dos naturalezas de Cristo, o como se conoce actualmente “la teología de las naturalezas” a la que habría que añadir también “la persona” y que no goza de las simpatías de muchos teólogos, tanto liberales como conservadores. Sin embargo, fue esencial en aquella época el uso de estos términos para explicar el funcionamiento del Dios-Hombre a pesar de las controversias para definir las más grandes cuestiones que tenemos planteadas sobre Jesucristo. Surge el conflicto cuando Nestorio se pronunció en contra de la expresión theotokós (madre de Dios) aplicado a María y que había acuñado años antes Orígenes. Aunque en la superficie aparezca el debate teológico como el causante del conflicto, en el fondo había un problema de política eclesial que afloró en las decisiones que se tomaron en los concilios de Éfeso y Calcedonia. Solamente por la guía del Espíritu Santo es comprensible que se llegaran a tomar decisiones coherentes y acertadas, para que aquellos hombres no hicieran una catástrofe de efectos impredecibles en la posteridad.

Una época sosegada. Durante la Edad Media no hubo profundización de la Cristología ni debates como en los primeros siglos. Pero cabe señalar que algunos escolásticos como Pedro Lombardo y Tomás de Aquino presentaron una especie de neodocetismo. “Había dos voluntades en Cristo, pero la causalidad última corresponde a la voluntad divina, a la cual queda siempre sujeta la voluntad humana”. También los cátaros se refirieron a la voluntad de Cristo cuando rechazaban la doctrina de la Trinidad a la que se referían irónicamente como “triteísmo” y en las discusiones sobre la divinidad de Cristo adoptaron

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