El concepto de la revelación especial

Homero Obando

29 de abril de 2013

El concepto de la revelación de Dios

Resumen

Definición de conocimiento de Dios en general

El texto de estudio denominado “El concepto de la revelación de Dios” en primer lugar comienza explicando qué se puede entender por conocimiento de Dios, para luego profundizar en la revelación del Mismo.

Podemos definir conocimiento de Dios como un “mapa” del orden espiritual, haciendo una analogía entre los mapas que acostumbramos utilizar, y que nos sirven de guía en distintos ámbitos, con el hecho que el conocimiento de Dios se convierte en un “mapa” que nos permite introducirnos al mundo espiritual. Si no tuviéramos dicho mapa, sería imposible avanzar en el terreno espiritual de la misma forma que nos sería imposible avanzar en un terreno desconocido si no contamos con un mapa que sirva de guía.

Dada esta definición, comprendemos que el conocimiento de Dios es fundamental para introducirnos al mundo espiritual, así como para presentar una verdadera adoración, un verdadero servicio y una verdadera vida en este mundo ante Dios.

No debemos confundir el conocimiento de Dios con el intelectualismo religioso, ya que el conocimiento de Dios va íntimamente ligado con la adoración, el servicio de Dios y el carácter ético de la propia vida; en otras palabras, el conocimiento de Dios no es simplemente conocimiento sino que conocimiento y práctica de ese conocimiento.

Respecto a completitud, el conocimiento de Dios no es equivalente a la teología sistemática; los cristianos individuales normalmente poseen sólo pequeñas porciones del conocimiento (mapa) total, pero con ellos es suficiente para creer y llegar a ser cristianos. Tampoco existe una proporcionalidad directa entre el grado de conocimiento de Dios, y la plenitud de vida espiritual que las personas experimentan.

Ahora, la única forma de construir este mapa, o sea, adquirir el conocimiento de Dios, es estudiando, conociendo al Dios mismo. El conocimiento de Dios debe proceder de Dios mismo y su búsqueda debe dirigirse por la naturaleza de Dios y su autorrevelación.  La revelación es la autobiografía de Dios; o sea, es el conocimiento de Dios que procede de Dios.

Existen dos tipos de revelación:

1. Revelación general

La revelación general es el testimonio de sí mismo que Dios da a todos los hombres. Dicha revelación es general, ya que es para todos sin distinción. Normalmente podemos ver la revelación general al contemplar la creación, nuestra noción intrínseca de un ser superior, nuestra distinción entre lo bueno y lo malo. Todas estas cosas nos hablan acerca de un Dios, pero no son capaces de entregarnos un mensaje específico, como por ejemplo, la salvación.

1. Revelación especial

Para complementar la revelación, tenemos la revelación especial, que es el mensaje directo de Dios a un hombre o grupo de hombres, entregando una verdad que no podía ser entregada mediante la revelación general; por ejemplo el Sermón del Monte.

Otra forma de dividir la revelación es en prelapsaria y postlapsaria, siendo la primera la recibida antes de la caída y la segunda la que se recibe posterior a este hecho.

El objetivo principal del texto es referirse a la revelación especial sotérica o postlapsaria, concerniente a la redención del hombre caído, que es la doctrina más importante de la fe cristiana, ya que sin revelación, no hay posibilidades de conocer a Dios.

Características de la revelación (especial postlapsaria):

1.- Es remedial, porque es el medio que Dios emplea para alcanzar al pecador con una verdad que lo salve y restaure. Es una revelación de gracia que llega al pecador como algo dado. También la revelación especial es concreta ya que va dirigida a un individuo, lugar y momento particular.

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