Ensayo sobre la construcción de relaciones pedagógicas con los estudiantes

El eterno estudiante

Ensayo sobre la construcción de relaciones pedagógicas con los estudiantes

Por Edwin Amaral López

El aula, como escenario para el aprendizaje, provee un una serie de condiciones dinámicas que activan y afectan el proceso de aprendizaje. Dichas condiciones funcionan tanto para ayudar como para obligar el desarrollo de los estudiantes en todos los sentidos.( Martin 2004). Desde esta perspectiva el aprendizaje puede ser visto como un proceso activo en el que las competencias, el conocimiento, los significados y la propia personalidad son construidos y reconstruidos a través de las relaciones positivas y negativas que tengan los jóvenes con su entorno escolar.

Así las relaciones que se crean entre profesor y estudiante en el salón de clases, contribuyen de manera importante para el éxito de los adolescentes al enfrentarse  al mundo y al construir su personalidad. Por ello es importante para los estudiantes conectar con el ambiente creado por el docente en el aula, y es aún más importante que los maestros faciliten y proporcionen oportunidades de aprendizaje. Esto le da gran significado a la conexión entre estudiantes, maestros y el proceso de enseñanza aprendizaje, todo dado en el ambiente propuesto por el educador.

Como Bourdieu (1986) nos recuerda, las relaciones con alumnos que se producen a través de un intercambio reciproco son fuentes de donde emana el desarrollo social. Además las capacidades individuales, y el desarrollo de desempeños de los estudiantes que les favorezcan académica y socialmente se pueden encontrar de manera clara en la información, las normas y el apoyo que forma parte de esas relaciones docente- estudiante. (Crosnoe, 2004). Para la escuela esto es extremadamente importante y resalta como la experiencia de aprendizaje está organizada en relación a cómo impacta en la vida diaria del escolar y como ellos se relacionan con los profesores y entre ellos mismos (Hopkins, Munro & Craig, 2011).

Todos los profesores deseamos algún patrón de relaciones con nuestros alumnos. Una personal combinación de respeto, cercanía, autoridad, afecto, disponibilidad... Este ideal determina nuestra relación pedagógica con los alumnos.

Las relaciones en clase son simbióticas. Lo que los maestros y profesores hacemos influye, cuando no determina, el tipo de relación que nuestros alumnos tienen con nosotros.  Una simbiosis que debería ser mutualista, es decir, una relación de la que ambos salgamos beneficiados. Me gusta afirmar, no sin cierta provocación, que tenemos los alumnos que merecemos. Es  decir, los alumnos nos tratan según los tratamos a ellos, a pesar de encarnar roles diferentes en el aula.

El éxito de los estudiantes tanto social como académico puede beneficiarse significativamente si en el salón de clases se presentan expectativas alcanzables y deseables para el joven, confianza, comunicación y compromiso entre ambas partes del proceso de enseñanza aprendizaje. (Crosnoe, 2004). Las comunicaciones entre el profesor y sus pupilos pueden ser también indicadores de que estas expectativas se han internalizado, esto es crucial, pues en esas comunicaciones se transmiten las normas que pueden afectar positiva o negativamente la relación con los jóvenes. Aunado a esto, Muller (2001) establece que la probabilidad de que un docente pueda producir un ambiente positivo en el aula está directamente relacionado con la calidad de las interacciones individuales con cada estudiante. Esto nos indica que un aula sana y propositiva se construye en las relaciones sociales que consoliden el sentido de pertenencia del muchacho con su escuela. (Murray & Zvoch, 2011)

Para poder crear es dicho ambiente positivo en nuestros salones de clase, ambos estudiantes y maestros necesitan sostener relaciones reciprocas que provean aceptación y obligación de la otra parte y que funden expectativas compartidas. Lo anterior lo podemos notar en la investigación realizada por Sullivan et al (2014) que revela que de todos los comportamientos improductivos que ocurren en las escuelas, aquellos que prevalecen más son los que se dan en estudiantes que tienen poco compromiso en la relación con sus maestros y en docentes que consideran que las relaciones con los jóvenes son difíciles de manejar.

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