ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Tecnologias

carmenbarval27 de Mayo de 2014

4.370 Palabras (18 Páginas)197 Visitas

Página 1 de 18

Contenido

La transformación de la educación superior para responder a los retos del siglo XXI. 2

El reto cuantitativo. 2

El reto de la pertinencia. 2

El reto del equilibrio entre las funciones básicas. 3

El reto de la calidad. 3

El reto de la administraci6n eficiente. 3

El reto de la internacionalización. 3

La educación superior y las necesidades de la sociedad. Nueva dimensión de la educación superior. 4

Escuela y comunidad. Desafíos para la inclusión educativa. 6

Relación escuela-comunidad. 6

Cambios de escenario y de vínculos de la escuela con el entorno social. 6

El concepto de comunidad. 6

El concepto de comunidad educativa. 7

Escuelas, familias y comunidad: pactos y vínculos en revisión. 7

Las alianzas en la gestión educativa. 8

Educación, trabajo e inclusión social. 9

Revisando los orígenes. 9

Inclusión social y derecho a la educación: el caso de la educación de jóvenes y adultos (EDJA). 10

Inclusión, escuela y trabajo. 10

Bibliografía 12

La transformación de la educación superior para responder a los retos del siglo XXI.

La organización y celebración de la conferencia mundial sobre la educación superior, que tuvo lugar en parís en octubre de 1998, puso de manifiesto que en todas las regiones del mundo se vive un proceso de transformación universitaria.

La urgencia de mejorar substancialmente los procesos de gestión y administración; la necesidad de introducir en la educación superior las nuevas tecnologías de la información y comunicación y la conveniencia de revisar el concepto mismo de la cooperación internacional y fortalecer la dimensión internacional de enseñanza superior.

Se habla así del surgimiento de la cultura de calidad y evaluación; de la cultura de la pertinencia, de la cultura informática, de la cultura de gestión eficaz y de cultura de apertura internacional.

La crisis de la educación superior es, entonces, una crisis de cambio, de revisión a fondo, de sus objetivos, de sus misiones, de su quehacer y de su organización y métodos de trabajo.

Los principales que enfrenta la educación superior:

El reto cuantitativo.

El reto de atender una matricula en constante crecimiento, sin sacrificar la calidad inherente a una educación de tercer nivel. Las exigencias de la calidad no se contraponen, necesariamente a la ampliación de las inscripciones, desde luego que la moderna tecnología educativa permite resguardar la calidad y, a la vez, aceptar cantidades cada vez mayores de alumnos. La educación superior a distancia está llamada a desempeñar un papel cada vez más importante en la tarea de enfrentar el reto cuantitativo. De ahí la variedad de experiencias que ya se han incorporado al quehacer de la educación superior actual. Sin embargo, el reto de la democratización educativa no se satisface con la ampliación de las matrículas al nivel superior, pues en realidad tal democratización hunde sus raíces en los niveles precedentes de enseñanza.

El reto de la pertinencia.

El siguiente es el reto de la pertinencia o relevancia de los estudios. La falta de

Correspondencia entre el producto de la educación superior, representado por los conocimientos y destrezas de sus egresados y, las necesidades sociales, genera las críticas más duras en contra del sistema superior de enseñanza, cuyos costos financieros son cada vez mayores y compiten con los destinados a los otros niveles educativos.

El reto del equilibrio entre las funciones básicas.

El equilibrio entre sus funciones básicas de docencia, investigación y servicio es otro de los retos que sólo se resuelve si todas contribuyen al logro de su misión fundamental: formar profesionales dotados del saber y las destrezas adecuadas y, a la vez, contribuir al adelanto, ampliación y difusión del conocimiento. Las relaciones con el sector productivo y, en particular con la industria, representan un campo novedoso y promisorio para las universidades, de mutuo provecho para la Academia y para el mundo empresarial, siempre que no se olvide el carácter de bien social de la educación superior ni se pretenda reducir el papel de la Universidad al de un mero eslabón de la economía de mercado y el conocimiento a simple mercancía.

El reto de la calidad.

Otro reto es el de la calidad. La preocupación por la evaluación de la calidad de la educación superior surgió en América Latina y el Caribe en el contexto de la crisis económica que caracterizó a la década pasada y a la sustitución del concepto de "Estado benefactor" por el de "Estado evaluador". Forma parte del llamado "discurso de la modernización". No obstante que la preocupación por la calidad ha estado presente desde los orígenes de las universidades, los conceptos de calidad, evaluación y acreditación son recientes en la educación superior latinoamericana.

El reto de la administración eficiente.

El reto de mejorar la administración de la educación superior ha conducido a la introducción del planeamiento estratégico como tarea normal de la administración universitaria. A su vez, la "cultura informática" implica la utilización por parte de la educación superior de todos los recursos que ponen a su disposición las nuevas tecnologías de la informática y la comunicación (NTIC).

El reto de la internacionalización.

Finalmente, cabe aludir al reto de la internacionalización de la educación superior, que es un reflejo del carácter mundial del conocimiento, la investigación y el aprendizaje. Como afirma la maestra Jocelyn Gacel "la internacionalización de la educación superior es la respuesta construida por los universitarios frente a los efectos homogeneizadores y desnacionalizadores de la globalización". Pero también es "un recurso educativo para formar ciudadanos críticos y preparados para un buen desempeño en un contexto globalizado".

Todos estos retos, generadores de las "nuevas culturas", necesariamente conducen a transformaciones que afectan todo el quehacer de la Educación Superior (misión, organización, estructuras académicas, métodos de enseñanza-aprendizaje, pensum, etcétera). Tales transformaciones deben plasmarse, en última instancia, en un rediseño curricular, que es el verdadero termómetro para medir el grado de transformación que experimenta una institución universitaria. En última instancia, una universidad es su currículum.

Pero es evidente que los esquemas académicos tradicionales, basados en los elementos estructurales de las cátedras, las facultades, las escuelas, los departamentos y los institutos, están cediendo el paso a nuevos esquemas, más flexibles y más susceptibles de lograr la reintegración del conocimiento y la recuperación de la concepción integral de la universidad, frecuentemente fraccionada o atomizada, en un sin número de compartimientos estancos, sin nexos entre sí o sin núcleo aglutinador.

La educación superior y las necesidades de la sociedad. Nueva dimensión de la educación superior.

La búsqueda del conocimiento, su transmisión y aplicación dan origen a las tres funciones básicas de las instituciones universitarias: investigación, docencia y difusión o extensión. Si bien en determinados momentos de su desenvolvimiento histórico una de estas funciones ha prevalecido sobre las otras, cierto es que el ideal reside en una equilibrada integración de las mismas, de modo que las tres estén siempre presentes en todas las manifestaciones de la tarea universitaria.

Y aun cuando hoy se suelen. Atribuir a la universidad nuevas funciones, como por ejemplo la indispensable función crítica y la llamada función social, lo cierto es que en realidad se trata de nuevas dimensiones de las tres funciones primordiales, o modos de ejercicio que los tiempos imponen, pues en el fondo éstas siguen siendo las funciones por excelencia de toda universidad. El filósofo Julián Marías nos dice: "Llamo función social de la universidad en cada país al papel que representa dentro de la vida nacional en su conjunto". Nuevas necesidades, nuevos retos, demandan nuevos estilos en el ejercicio del oficio universitario; la universidad debe caracterizarse, precisamente, por la búsqueda permanente de respuestas a los problemas que se suscitan en su entorno. Más que de nuevas funciones, quizás sea mejor hablar de nuevas tareas, de nuevos objetivos a los cuales la universidad debe responder mediante el ejercicio, al más alto nivel posible, de sus tres funciones claves de investigación, docencia y difusión o extensión.

El paso de una educación superior elitista a una educación superior de masas; la aparición de toda una gama de nuevas necesidades educativas de nivel superior; las expectativas que crea la introducción del concepto de educación permanente; el impacto de la revolución científica y tecnológica, etcétera representan algunos de esos nuevos retos. Conviene tener presente que la respuesta a ellos no debe buscarse exclusivamente en la universidad, sino en todo el sistema de educación superior, o mejor aún, en todo el sistema de educación postsecundaria, entendiendo por éste el conjunto de las modalidades de educación posteriores al nivel medio, sean de ciclo corto o largo, ofrecidas por el sistema educativo formal o por las modalidades no escolarizadas o abiertas. La universidad, por sí sola, no está

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (29 Kb)
Leer 17 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com