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Analisis Del Cine Sovietico


Enviado por   •  3 de Octubre de 2013  •  3.734 Palabras (15 Páginas)  •  488 Visitas

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El cine en Rusia comienza a desarrollarse prácticamente al mismo tiempo que en el resto de Europa y en los Estados Unidos. El cine soviético tiene la particularidad de que, a pesar de estar controlado por el régimen, vive uno de sus momentos de mayor esplendor.

A partir de 1917, con la toma del poder por parte de los soviets, el cine se convierte en el arte oficial del régimen, convirtiéndose en un medio de propaganda. Dado el interés que el nuevo gobierno tenía en el cine, dotó a los cineastas soviéticos de los medios necesarios para desarrollar su trabajo y crear películas y documentales que no sólo buscaran el entretenimiento, sino que también sirvieran para adoctrinar, motivar y explicar a la sociedad el ideario soviético. En torno a Moscú aparecen varios centros de enseñanza de los oficios cinematográficos, como la FEKS.

El cine soviético se caracteriza no solo por su vinculación política con el nuevo régimen, sino también por sus innovaciones estéticas: el enorme interés por el montaje. En las películas soviéticas el cineasta juega con el espacio y el tiempo, manipulándolos a su voluntad. Otros elementos plásticos como la fotografía también acaparan la atención de los directores soviéticos, cuyas películas siempre denotan un enorme sentido estético.

De la primera generación de directores soviéticos destacan Eisenstein (autor de El Acorazado Potemkin u Octubre) y Vertov, quien se dedica sobre todo al cine documental propagandístico, siendo un modelo para posteriores documentalistas europeos y norteamericanos.

BIOGRAFIA ARGUMENTO DE SUS PELICULAS

Resumen. Serguéi Mijáilovich Eisenstein es considerado como uno de los padres del cine; de hecho a él le debemos uno de los elementos más importantes en el cine: el montaje. Su producción cinematográfica estuvo basada principalmente en narrar los episodios más relevantes de la Historia reciente de Rusia, que él mismo había vivido. Comunista convencido, destacó la importancia de las masas y su papel durante la Revolución Rusa. Ya al final de su carrera, da su salto al cine sonoro y abandona su relato revolucionario para pasar al relato épico con Alexander Nevsky e Iván, el Terrible, esta última una de sus obras maestras y considerada por muchos su testamento filmográfico.

Palabras clave. Serguéi Eisenstein, Nicolai Cherkasov, Serguei Prokófiev, Iván IV el Terrible, Historia de Rusia.

La primera vez que vi una película de Eisenstein, Iván, el Terrible y ello me llevó a relacionar definitivamente a Eisenstein con la Historia de Rusia. Eisenstein es un auténtico narrador de la historia de su país. En toda su filmografía encontramos relatos sobre episodios o personajes de la historia rusa.

Podríamos decir que la temática en el cine histórico de Eisenstein se puede englobar en varios grupos. El primero y principal sería el de la narración de los hechos más destacados de la Revolución Rusa y la instauración del régimen comunista, con películas como La huelga, basada en un episodio real de 1905; Octubre, que narra los sucesos del asalto al Palacio de Invierno durante la revolución bolchevique de 1917; o La línea general, película sobre la reforma agraria postrevolucionaria. En ellas (salvo en La línea general) se nos muestra a las masas como las auténticas protagonistas del relato. En La línea general, la protagonista será una heroína individual, María Lápkina.

El segundo grupo lo formarían las dos grandes epopeyas épicas protagonizadas por dos héroes nacionales: Alexander Nevsky e Iván IV, el Terrible. En éstas (sus últimas obras), en cambio, se nos muestra al personaje concreto, sus hazañas. En el caso de Alexander Nevsky, Eisenstein cuenta las hazañas de este héroe nacional ruso que derrotó a los teutones en el siglo XIII mediante una delicada reconstrucción de la Historia.

Pero es de Iván, el Terrible de quien nos vamos a ocupar con una mayor atención, ya que se trata de una ópera prima de Eisenstein; de hecho, muchos han dicho de ella que es el testamento filmográfico de su autor.

Serguéi Mijáilovich Eisenstein nació en 1898 en Riga, Letonia y murió en Moscú en 1948. De familia acomodada, recibió una esmerada educación: dominaba cuatro lenguas, estudió Arquitectura e Ingeniería, tenía talento para las Bellas Artes y era un lector voraz. Cuando estalló la revolución de 1917, se enroló en el ejército rojo y siempre tuvo presente la ideología comunista. Tras la guerra, ingresó en el Teatro del Pueblo (Proletkur).

Tras su experiencia en el teatro, dio el gran salto al cine con la película La huelga (1924), de la que no acabó muy satisfecho. Poco después se le encargó la dirección de la que se considera su obra más importante, El Acorazado Potemkin (1925). En el Acorazado Potemkin podemos ver las características principales de Eisenstein, de las que son las principales:

-El doble rechazo de la narración y de la representación. En su lugar construye el texto como montaje de huellas fotográficas.

-Eisentein es el creador del montaje en el cine. Teorías como “el montaje de atracciones” son fundamentales en su obra. El montaje era para él “Una idea que surge de la colisión de dos piezas, independientes la una de la otra

Su obra es un medio de expresión artístico, pero sobre todo un medio para comunicar al público el ideal revolucionario.

Debido al éxito de esta película, rodó Octubre (1928), basado en el libro de John Reed Diez días que conmovieron al mundo y que hubo de rehacer tras la ruptura de Stalin con Trotski, por contener escenas que hablaban de este último.

Siempre en busca de nuevas técnicas, viajó por Europa y América para investigar sobre el sonido. En Estados Unidos, fue tanto aclamado por su talento en el cine como demonizado por sus ideas comunistas y sus múltiples proyectos fueron siendo abandonados uno tras otro, sobre todo después del estreno en Nueva York de su película La línea general (1929), cuyas ideas sobre la colectivización y el comunismo pusieron nerviosos a los directivos de la Paramount Pictures, quienes le habían contratado. Al final no se desarrolló ninguno de guiones y Eisenstein decidió ir a México, donde le habían propuesto la dirección de una nueva película titulada ¡Que viva México! (1930-1932), que se empezó a rodar, pero que hubo de abandonar, ya que cesó la financiación de la misma. Eisenstein no volvió a hacerse con el material rodado de su película, aunque ha habido diversos montajes de ella, ninguno de su director.

La salida de Eisenstein de Rusia lo convirtió en sospechoso para Stalin y sus dos siguientes películas serían censuradas por cuestiones políticas.

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