Antropologia. El Hombre

1) El ser humano es "alguien" (no "algo") que está sujeto de acciones conscientes y libres. Como ser consciente es capaz de reconocerse como ese alguien y puede decir de sí mismo que es un yo, un ser libre que actúa por sí mismo y es, en consecuencia, responsable de sus acciones. Porque el ser humano se experimenta como un ser único e irrepetible.

Cuando uno quiere conocer a una persona o pregunta por su nombre no le pregunta ¿qué sos?, sino ¿Quién sos? Cada ser humano tiene un nombre propio, que es de cada uno, que nos hace un ser diferente del resto, ÚNICO.

Y cuando nos preguntan ¿quien sos?, nosotros respondemos con nuestro nombre con nuestra propia historia de vida, no con un concepto general (no respondemos soy un ser humano). Cada ser humano tiene una biografía, que la va construyendo el mismo, él es su propio autor y actor.

Una persona es, por lo tanto, no simplemente "algo", sino "alguien". Alguien nunca es algo. Ser "alguien" no es una propiedad de algo, no es la propiedad de una cosa o de un ser orgánico que también podría ser adecuadamente descripto con tales y cuales características, en términos no personales. Más bien, identificamos claramente y desde el principio, ya sea a alguien o a algo.

Notas de la persona:

• Interioridad: debido a que la persona la persona es una persona racional, y por lo tanto puede pensar y razonar, la persona es capaz de proyectarse a sí misma, es decir verse uno mismo. Es capaz de establecer una relación consigo mismo, un dialogo interior, se podría decir que se encuentra en intimidad con su “yo psicológico”, en el cual podrá autocriticarse de las acciones que hace o lo que piensa el mismo. Pero también el ser humano se relaciona con las otras personas, con su entorno social, en el que se comunica y comparte lo que tiene adentro.

• Manifestación de la interioridad: Las personas manifiestan lo que sienten, lo que piensan a través del comunicación. Para el ser humano es muy importante relacionarse con las personas, es algo fundamental para éste.

Todas las personas se encuentran en comunicación siempre, ya sea con el entorno social, o consigo mismo. No pueden estar sin comunicarse, sin decir lo que uno piensa, siente, de expresarse.

Las personas hablan para que alguien las escuche, no se dirigen al “vacío”. La necesidad de desahogar la intimidad y compartir el mundo interior (lo que uno siente, piensa,) con alguien que nos comprenda es muy fuerte entre las personas.

Por el hecho de ser persona, el hombre necesita el encuentro con el “tú”, con alguien que nos escuche, nos comprenda y nos anime. El lenguaje no tiene sentido si no es para una apertura a los demás.

Esto se evidencia que la falta de comunicación puede desembocar conflictos, peleas, disturbios, y por ende arruina las relaciones o lazos entre las parejas, familia, empresas e instituciones. La comunicación es uno de los elementos más importantes para vida social.

• Libertad: La libertad es una de las características más esenciales del ser humano. La persona vive y se desarrolla libremente en sociedad. La persona es libre porque es dueña de sus actos. Pero también es dueña del principio de sus actos, de su intimidad y de la manifestación de ésta. Al ser dueña de sus actos, también lo es del desarrollo de su vida y su destino.

Pero mientras más inteligencia se haya desarrollado su inteligencia, mas conocimientos tiene y como consecuencia más libertad tendrá la persona. Porque tendrá más caminos para elegir, mientras más conocimientos tienen, es más libre la persona.

• Dar: Es capaz de sacar de sí lo que tiene para dar o regalar. Sólo las personas son capaces de dar. Pero para que haya posibilidad de dar es necesario que alguien acepte, que alguien se quede con lo que damos. A la capacidad de dar corresponde una capacidad de aceptar, y aceptar es acoger en nuestra propia intimidad lo que nos dan.

Que el hombre sea un ser capaz de dar significa que se realiza como persona cuando extrae algo de su intimidad y lo entrega como valioso a otra persona que lo recibe como suyo. La intimidad se constituye y se nutre con aquello que los demás nos dan, con lo que recibimos como regalo, como sucede en la formación de la personalidad humana. Por eso nos sentimos obligados a corresponder a lo recibido.

Por su parte, no hay nada

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