CUADRO COMPARATIVO SOBRE LOS DIFERENTES MODELOS DE EVALUACIÓN CURRICULAR
Yasminsalazar16 de Noviembre de 2013
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Modelo de Tyler. Evaluación Centrada al logro
Los trabajos de Tyler han supuesto el punto de arranque de las propuestas de investigación evaluativa moderna. Su propuesta hace especial hincapié en que las decisiones sobre la validez o no de un programa vendrán determinadas por el nivel de congruencia entre los objetivos propuestos y los logros alcanzados, si estos eran alcanzados se tomarían las decisiones pertinentes, en cambio si no lo eran o solo se alcanzaban de forma parcial las decisiones serían distintas.
Dado el proceso lineal lógico del modelo propuesto por Tyler las fases a desarrollar en su propuesta evaluativa se concretan en las siguientes:
- Establecer metas y objetivos generales.
- Ordenar los objetivos según diversas clasificaciones.
- Definir estos objetivos en términos conductuales.
- Buscar situaciones en las que los objetivos se realizan.
- Seleccionar las técnicas apropiadas de medida.
- Recopilar los datos de la práctica.
- Comparar los datos con los objetivos conductuales fijados.
Las discrepancias que se pusieran de relieve en esta fase final deben ser corregidas y/o modificadas en los apartados correspondientes. La aportación básica del modelo consiste en desplazar la atención de la evaluación hacia otros aspectos del programa, además de los alumnos. Introduce la evaluación como referencia a criterios definidos en los objetivos. De ahí su visión recurrente de la evaluación al proporcionar información útil que permita la reformulación de los objetivos y como consecuencia la revisión de los planes evaluativos.
Las limitaciones más destacadas de esta propuesta se centran en considerar la evaluación como un proceso terminal, por lo que los posibles fallos no son detectados hasta finalizar el estudio, además el rendimiento es considerado como criterio último para decidir si se han alcanzado o no y en qué grado las metas propuestas por el programa.
Modelo de STAKE: La evaluación centrada en el cliente:
Stake recibe fuertes influencias de los modelos tylerianos, no obstante considera que estas propuestas tienen muchas limitaciones, por lo que defiende una evaluación centrada en el cliente y no solo en los resultados. Se muestra partidario del empleo de métodos cualitativos y el estudio de caso, frente al uso exclusivo de metodologías cuantitativas de base experimental. Manifiesta un gran interés por la evaluación de los denominados proyectos locales que ayuden a resolver y comprender de forma contextualizada los problemas próximos.
Su propuesta se centra en la visión de globalidad de la evaluación, por ello incluye los siguientes puntos:
1. La descripción lo más completa posible del propio programa, es decir, los antecedentes supuestos y reales, las operaciones didácticas realizadas y los resultados.
2. El juicio del programa no debe ser cometido exclusivo de los especialistas en evaluación, sino que deben participar otros colectivos (portavoces de la sociedad, profesores, padres, estudiantes), con una valoración ponderada de sus aportaciones.
3. La recopilación de datos se llevará a cabo en tres momentos, los antecedentes (información sobre el historial del grupo y sus circunstancias), las transacciones (encuentros entre los diversos colectivos implicados en el programa) y los resultados (logros de diversa índole alcanzados por el programa).
La evaluación centrada en el cliente o respondiente busca ofrecer un servicio útil y valioso a personas específicas, su característica fundamental es la sensibilidad hacia los temas esenciales, especialmente los que ayuden a los colectivos en su entorno inmediato. Por ello resalta que las evaluaciones no serán útiles si los evaluadores no conocen suficientemente tanto el lenguaje como los intereses de las personas implicadas y si los informes de evaluación no se ajustan a ese lenguaje.
Modelo de STUFFLEBEAM: evaluación orientada a la decisión:
El modelo se sustenta sobre la base de la importancia de la toma de decisiones sobre un determinado programa con el fin de maximizar la utilización de los resultados de la evaluación, no solo al finalizar el proceso, sino a lo largo del mismo. De la definición de evaluación apuntada anteriormente se extraen tres objetivos básicos: servir de guía para la toma de decisiones, proporcionar datos y promover la comprensión de los fenómenos estudiados. La evaluación se presenta como un proceso en el que se incluyen las etapas de identificar, obtener y proporcionar información. De ahí su propuesta CIPP, que distingue cuatro tipos de evaluaciones con sus correspondientes decisiones de mejora:
- Evaluación del contexto: sirve de base a las decisiones de planificación, necesidades de un programa para definir sus objetivos.- Evaluación del "input" o entrada: nos indica los recursos disponibles, los métodos aplicables, las estrategias alternativas al programa y los planes de mayor potencial.
- Evaluación del proceso: proporciona información sobre la marcha del programa y si las actividades siguen el plan previsto, con el fin de introducir las modificaciones que sean necesarias.
- Evaluación del producto: valorar, interpretar y juzgar los logros del programa. Analizar si se han alcanzado los objetivos propuestos para decidir si el programa debe seguir o ampliarse o reformularse.
Uno de los puntos básicos de referencia del modelo CIPP nos viene determinado por su utilización en el perfeccionamiento de los sistemas, tal y como se recoge en la propuesta del cuadro tomado de (Stufflebeam 1989, p. 192)
1. Operaciones regulares del sistema (incluyen distintas actividades evaluativas).
2. Evaluaciones periódicas del contexto, de ello se derivará la justificación de un cambio, si la opción es negativa retomamos el punto 1. Si la opción es positiva definimos el problema y formulamos los objetivos. Si existe una solución satisfactoria aplíquese y vuelva al punto de partida. Si no la hay pasamos al punto 3.
3. Evaluación de entrada, nos valora las estrategias encontradas, si no son adecuadas retomamos el punto 2. En cambio, si son prometedoras debemos avanzar en su desarrollo y comprobación, mediante la propuesta de realización de un proyecto especial.
4. Evaluación del proceso y del producto, se centrará en valorar los rendimientos del sistema, si éstos son satisfactorios se debe aplicar la solución propuesta. En caso contrario, debemos plantearnos si el proyecto merece un nuevo intento, lo que nos lleva a retomar la parte final del punto 3; o bien, al fracaso de la operación inicial planteada.
Del análisis de dicha propuesta y circunscrita la explicación a un contexto de reforma o cambio institucional nos ofrece la siguiente aportación, siguiendo las directrices emanadas de la formulación del modelo:
a. La evaluación debe formar parte de todo programa regular de cualquier institución educativa y no circunscribirse en exclusiva a una actividad especializada relacionada con proyectos de innovación o renovación.
b. La evaluación desempeña un papel de suma importancia tanto en lo que se refiere a la estimulación de los sujetos implicados en la misma como en lo relativo a la planificación de cambios.
c. El empleo de cada uno de los cuatro tipos de evaluación propuestos en el modelo CIPP es necesario cuando nos permitan obtener una mayor información, es decir actúan como partes del gran marco evaluativo de cada institución, siendo su función básica el analizar aspectos marginales de suma importancia para el proyecto.
d. La implementación de nuevos programas en el marco educativo debe prever el empleo de la evaluación, una vez que hayan sido aceptados por la comunidad.
e. La información suministrada además de resolver problemas de tipo institucional proporciona una base científica para juzgar si las decisiones sobre el fracaso o el éxito de un programa especial se toman desde posiciones debidamente justificables.
f. Las decisiones del equipo evaluador acerca del principio, mantenimiento, aplicación o final de los programas educativos o relativas a su perfeccionamiento son el reflejo de las fuerzas dinámicas que van más allá de la esfera próxima de estudio e influencia directa del evaluador.
En consecuencia podemos afirmar que el modelo CIPP nos proporciona diferentes tipos de decisiones que nos ayudan a crear las estrategias evaluativas apropiadas, entre ellas destacan:
- Decisiones de realización: sobre la puesta en marcha del programa (recursos, apoyos humanos).
- Decisiones de reciclaje: continuar o no con el programa, unirlo a otro, buscar recursos nuevos.
- Decisiones de planificación: selección de metas valiosas para el programa y los sujetos implicados.
- Decisiones de estructura: medios necesarios para alcanzar esas metas.
Sin duda la propuesta de Stufflebeam en una de las más clarificadoras y ambiciosas en la evaluación de programas educativos, el mismo autor reconoce algunas de las limitaciones para llevar a cabo una evaluación exhaustiva siguiendo su modelo. Pero sí recomienda encarecidamente que la evaluación no es un fin en sí misma, sino que se incardina dentro de un proceso educativo más amplio y globalizado, por ello propugna que la propia evaluación sea objeto de evaluación (metaevaluación) recurriendo a una serie de criterios, procesos y técnicas apropiados para su cometido.
Modelo de SCRIVEN: la evaluación orientada hacia el consumidor:
El modelo propuesto por Scriven parte de una crítica a otros enfoques excesivamente centrados en alcanzar los objetivos de los participantes, mientras
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