CULTURA ALIMENTARIA

Cultura Alimentaria

Por Raúl Campoy Robles.

Summary

Since the beginning of history, people have appreciated the time spent feeding. Over time, the way of eating has changed and is different between one people and another. Behind the act of eating hides enormous complexity and many physiological determinants of eating behavior of an individual or a people.

With the emergence of nutriology, research related to food culture daily clarifies this situation and draw conclusions and dietary recommendations for the general population. So gradually, governments plan their public health policies including nutritional recommendations and strengthening health education in the area of nutrition education.

Research into food culture allows us to reflect not only on the action of the human act of eating it, represent an opportunity to continue investigating and deepening more about the behavior of man and and demonstrations on an issue that promises new revelations.

Introducción

En virtud que por cultura alimentaria se define al conjunto de actividades establecidas por los grupos humanos para obtener del entorno los alimentos que posibilitan su subsistencia incluyendo todos los aspectos simbólicos y materiales que acompañan a las diferentes fases del proceso, el presente ensayo tiene como objetivo establecer la relación que guarda una serie de elementos objetivos y subjetivos mismos que forman parte de la identidad del hombre y tienen sus raíces en la historia de la humanidad en un tiempo y espacio geográfico definido.

La alimentación ofrece un campo de estudio de enorme interés, ya que permite analizar meticulosamente las relaciones entre lo natural y lo social, entre el cuerpo y el pensamiento. El hecho de comer está indisolublemente ligado tanto a la naturaleza biológica de la especie humana como a los procesos adaptativos empleados por las personas en función de particulares condiciones de existencia.

Según la revista Salud Pública y Nutrición que edita la Universidad Autónoma de Nuevo León, cuando descubrimos dónde, cuándo y con quién son consumidos los alimentos, estamos en condiciones de deducir, en buena medida, el conjunto de las relaciones sociales que prevalecen dentro de una sociedad; porque en definitiva, las prácticas alimentarias son una parte integrada de la totalidad cultural.

La palabra cultura fue definida primeramente en términos humanistas como forma de cultivación o cultivo de la tierra. Muchos han sido los conceptos dados sobre esta palabra tan sencilla y que encierra tanto significado. Antropólogos como Frank Boas, Edward Taylor, Parsons, han hecho sus aportes acerca del tema.

La cultura son los hábitos, conocimientos, creencias, costumbres, formas de comportamientos, arte, ley, producciones materiales, todo es cultura. Más que algo innato, son un sistema de símbolos creados por el hombre y que son aprendidos. Es adquirible, modificable, aprehensible, es algo que se practica.

Gracia Arnaiz plantea según Guerrero Rivera (2003) que la Cultura Alimentaria “es el conjunto de actividades establecidas por los grupos humanos para obtener del entorno los alimentos que posibilitan su subsistencia, abarcando desde el aprovisionamiento, la producción, la distribución, el almacenamiento, la conservación y la preparación de los alimentos hasta su consumo, e incluyendo todos los aspectos simbólicos y materiales que acompañan a las diferentes fases del proceso”.

Tal como se argumenta a lo largo de este trabajo, el estudio de la alimentación nos introduce en la investigación de la cultura en su sentido amplio, los comportamientos socioculturales que determinan la alimentación humana son poderosos y complejos; las gramáticas culinarias, las categorizaciones de los diferentes alimentos, los principios de exclusión y de asociación entre tal y cual alimento, las prescripciones y las prohibiciones dietéticas / o religiosas, los ritos de la mesa y la cocina etc.

Todo ello estructura las comidas cotidianas. Así pues, el hecho de consumir alimentos, trátese de la comida o de la bebida, trasciende la pura necesidad de alimentarse, en el sentido de nutrirse, pues está tan cargado de significados y emociones y se encuentra tan ligado a circunstancias y acontecimientos sociales y personales que nada tiene que ver con la estricta necesidad de comer, esta lleva implícitas cuestiones morales, de prestigio, de poder, hábitos, tabúes y estatus que es considerado y apreciado como un arte que se van transmitiendo de generación en generación.

La alimentación no son sólo procesos digestivos, sino que entorno a ellos encontramos una serie de valores y expresiones culturales que tienen que ver con el hombre en disímiles contextos: en lo social, psicológico, económico, simbólico, religioso y psicológico manifiesta en entrevista Dulce Trejo Hoyos, Psicóloga de la Jurisdicción Sanitaria

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