Competencias Del Docente
marialle11 de Diciembre de 2014
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“COMPETENCIAS DEL DOCENTE”.
El ejercicio de cualquier profesión exige sentido ético y responsabilidad. En la docencia esto se acentúa porque se pone en juego la formación de seres humanos, así que en la personalidad moral del docente deben concurrir la equidad, la comprensión y el compromiso social.
El mundo está cambiando de un modo constante. Con la globalización, estos cambios se manifiestan al observar que la sociedad es mucho más dinámica y competitiva, demandando que las nuevas generaciones estén mejor preparadas para afrontar los retos personales y colectivos del siglo.
De una u otra forma, las competencias que deben lograr los profesores se van a relacionar con las tareas que deben realizar, lo que hace necesario conocerlas.
ENTONCES, ¿QUÉ SON LAS COMPETENCIAS?
Son el cúmulo de conocimientos, habilidades, actitudes, aptitudes y valores que se desarrollan en un individuo.
“Las competencias docentes pueden ser definidas como la forma práctica en que se articula el conjunto de conocimientos, creencias, capacidades, habilidades, actitudes, valores y estrategias que posee un docente y que determina el modo y los resultados de sus intervenciones psicopedagógicas” Garduño Rubio ( 2004 ).
Según Imbernón (1998), existen tres grandes categorías, las cuales, se encuentran en relación de interdependencia: el profesor en relación con la comunidad, el profesor en relación con la escuela como institución y el profesor en relación con el alumno y el grupo clase.
La primera clasificación, exige al profesor el conocimiento profundo de la comunidad donde se desempeña de modo, que pueda incorporar a su gestión los valores, cultura y tradiciones que son propios de esa comunidad. Agrega Imbernón: "Este conocimiento del medio enlaza directamente con la toma de decisiones para diseñar proyectos curriculares, ya que todos estos elementos del medio deberán estar presentes en la currícula prescindiendo de manuales únicos que dicen el qué enseñar en cualquier circunstancia." (Imbernón, 1998:30) Vemos como el autor rompe con los esquemas rígidos que buscan uniformidad y toma una opción por incorporar las variables contextuales locales en la planeación y gestión del proceso enseñanza aprendizaje.
La segunda categoría apunta al conocimiento que debe tener el profesor del sistema educativo para que pueda integrarse y adaptarse a él y desarrollarse plenamente. Se pueden extraer una serie de características o competencias posibles de inferir de lo que Imbernón señala en este punto. Paso a listarlas a continuación:
• Preparación cultural.
• Análisis crítico.
• Capacidad reflexiva.
• Conocimiento técnico.
• Capacidad de adaptación.
• Capacidad de trabajo en equipo o cooperativo.
• Capacidad organizativa.
• Competencia en áreas de gestión administrativa.
Estas características, por cierto todas muy deseables en un profesor, nos entregan las primeras luces en el tema de las nuevas competencias en los docentes.
El tercer ámbito, relación profesor-alumno y grupo clase, es, a juicio de Imbernón, el más importante, ya que en él suceden la mayoría de las actividades que buscan maximizar la relación enseñanza-aprendizaje. Entre mejor conozca el docente a sus alumnos mejor podrá adaptar sus intervenciones pedagógicas al grado de madurez, necesidades e intereses de sus alumnos.
Imbernón finaliza esta sección de su libro, sugiriendo que el profesor deberá tender a buscar la mejor forma de evaluar el proceso de aprendizaje de sus alumnos y también de evaluarse a sí mismo.
COMPETENCIAS PARA LA ENSEÑANZA Y LA FORMACIÓN:
Si bien es cierto que la formación de los docentes ha cambiado en los últimos años, no quiere decir esto que se haya acertado con la mejor de las formaciones, por lo contrario, a medida que el mundo se transforma, el tipo de formación de los viejos y nuevos maestros tiene el grave problema de no avanzar en la dirección correcta, pues se estanca en actuaciones caducas y sin fundamento conceptual suficiente.
Hace algunos años apareció un movimiento interesante denominado “formación del maestro en actuación” pero quienes lo hacían, volvían a caer en las formulas tradicionales.
Este enfoque puede ser actualizado desde tres aspectos diferentes:
1.- Aspecto tradicional: Este versa esencialmente sobre las características personales del docente. A pesar del intento por medir eficacia en el docente en estos términos, ha habido progreso significativo.
2.- Aspecto funcional: El intento se mueve sobre las funciones y roles del docente. Desde 1952 se vienen haciendo clasificaciones que corresponde a las diversas áreas a las cuales el docente debe hacer frente con tareas bien definidas. Este enfoque funcional puede dividirse en dos grandes líneas: la primera, trata sobre la clasificación de las tareas típicas del docente y la segunda, sobre la forma de interacción docente y el estudiante en un salón de clases.
3.- Aspecto profesional: este aspecto resulta del avance científico y tecnológico en todas las áreas del hacer humano, especialmente en ámbitos en donde el uso de los sistemas de información, la cibernética y la informática es mayor, así como en la teoría de sistemas y de la comunicación, etc.
Dos teorías presentadas por Chomsky, una sobre desempeño y otra sobre competencia, constituyen el fundamento sobre el cual se está trabajando con mayor énfasis. Este enfoque ha generado un abanico de características en diferentes modelos desarrollados, permitiendo que los docentes en formación y acción, puedan reforzar aquellas competencias a comportamientos que más se ajustan a su personalidad y a las necesidades de su trabajo, facilitando la individualización en el entrenamiento, dado que se respeta la libertad y la creatividad del docente.
Dimensión de las competencias:
Los factores competicionales son:
1. Planear
2. Orientar
3. Evaluar
Estos factores competicionales que resultaron de la frecuencia de todos los anteriores, corresponde curiosamente a la modificación del modelo universal del proceso administrativo. Modificación que consiste en que el término orientar, a cambio del de ejecutar, corresponde más a un proceso educativo en donde el docente es un facilitador de las condiciones de aprendizaje, antes de un ejecutor.
Aquí es necesario hacer un avance significativo y es el de que el nuevo maestro del milenio, debe ser un profesional de la medición, es decir un diseñador de procesos educativos. Evaluar en lugar de controlar, puesto que es más ajustado a función a función que debe adquirir y desarrollar el docente, para determinar lo pasos a la aproximación que deben alcanzar los estudiantes al término de una unidad del proceso educativo. Sin embargo es preciso decir que hoy, lo que se debe hacer al respecto, es generar una cultura de la evaluación.
1. Factor planear:
Este factor de competencia se refiere a la capacidad y la habilidad que debe adquirir y desarrollar un docente, maestro o profesor, durante su formación y su capacitación en servicio, para poder orientar eficientemente el proceso formativo a partir de las necesidades identificadas, teniendo fundamentalmente en cuenta para ello, el contexto en el cual se realiza su acción. Una necesidad se entiende como la diferencia existente entre el estado actual de un sistema concreto, como el cognitivo, por ejemplo y uno ideal. Las necesidades detectadas, que por lo general deben ser de tipo estructural estratégicos, aunque también haya algunas coyunturales que determinan los objetivos que se espera alcanzar, al término de un proceso de formación.
a) Objetivos:
Por lo general es enunciado que explica modificaciones en el comportamiento de las personas, en función de las necesidades detectadas, identificadas y explícitas por equipo de maestros y que definitivamente van orientar los procesos metodológicos y los criterios para el ejercicio de los diversos tipos de evaluación.
Formular objetivos. Es la capacidad para enunciar por escrito los cambios y transformación de comportamiento, en forma específica y ojala medible, que se espera en el desarrollo del proceso formativo.
Prever factibilidad. Al formular los objetivos que se debe tener en cuenta aquellas condiciones que permiten su pleno logro. De aquí que es preciso determinar las necesidades de tipo cognitivo que tienen los estudiantes, así como las necesidades estructurales y estratégicas de formación.
Establecer congruencia. Es la capacidad para relacionar los objetivos de acuerdo con una determinada lógica; es decir con lo que se necesita y lo que se quiere.
Lograr representatividad. Al formular los objetivos, la secuencia que se establece debe corresponder a una cadena del proceso que se lleva a cabo.
b) Contenidos:
En este punto existe mucha controversia de lo que el estudiante debe aprender. Pero en este modelo se precisa, que lo que el estudiante debe aprender, es la manera de seguir aprendiendo para siempre y para ello utiliza el más refinado concepto epistemológico en cuanto a ciencia se refiere y gnoseológico, en cuanto a las disciplinas que nos son científicas. Lo que el equipo de maestros hace al respecto, es identificar los principios disciplinarios alrededor de ellos diseñan “situaciones” de aprendizaje. Logrando que el estudiante aprenda realmente lo importante y sinérgico. Esto es lo que se impulsa en cuanto a
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