Comportamiento Del Consumidor
jhonnyelis25 de Junio de 2013
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FALCUTAD DE INGENIERÍA ARQUITECTURA Y URBANISMO
ESCUELA PROFESIONAL DE INGENIERÍA ECONÓMICA
PROFESOR :
JAVIER FLORES OLIVOS.
CURSO :
Microeconomía
ALUMNO :
ELIS MUÑOZ LLATAS.
TEMA :
CONDUCTA DEL CONSUMIDOR
CICLO :
III
CHICLAYO – PIMENTEL
2012
INDICE
INDICE 2
CONDUCTAS DEL CONSUMIDOR 3
1. Definición. 3
2. Teoría de la utilidad 3
2.1 Enfoque cardinal: 4
3. Curvas de indiferencia 7
3.1 Tienen pendiente negativa 8
3.2 Las curvas de indiferencia no se cortan entre sí. 9
3.3 Son convexas al origen. 10
4. Las preferencias del consumidor 11
5. La Restricción Presupuestaria 13
5.1 Cambios en la Restricción Presupuestaria 14
6. Curva ingreso-consumo, curva de engel. 16
7. Curva precio consumo 18
EJERCICIOS RESUELTOS 19
BIBLIOGRAFÍA 21
CONDUCTAS DEL CONSUMIDOR
Definición.
La conducta del consumidor se ha analizado desde principios de siglo como un objeto de estudio de gran interés. Sin embargo, sólo a partir de los años sesenta se comienzan a realizar estudios sistemáticos destinados a evaluar las dimensiones subjetivas que influyen en las conductas de compra y se comienzan a elaborar definiciones sistemáticas de lo que vamos a entender por Comportamiento o Conducta del Consumidor.
La conducta del consumidor puede ser definida como los procesos de toma de decisiones y las actividades físicas implicadas en la evaluación, adquisición, uso y disposición de bienes y servicios. Por otra parte, la American Marketing Association la define como la interacción dinámica entre el afecto, la cognición, la conducta y las circunstancias externas por las que los seres humanos conducen los aspectos del intercambio en sus vidas.
Teoría de la utilidad
La teoría de la utilidad trata de explicar el comportamiento del consumidor. Desde esta perspectiva se dice que la utilidad es la aptitud de un bien para satisfacer las necesidades. Así un bien es más útil en la medida que satisfaga mejor una necesidad. Esta utilidad es cualitativa (las cualidades reales o aparentes de los bienes), es espacial (el objeto debe encontrarse al alcance del individuo) y temporal (se refiere al momento en que se satisface la necesidad).
Esta teoría parte de varios supuestos:
El ingreso del consumidor por unidad de tiempo es limitado.
Las características del bien determinan su utilidad y por tanto afectan las decisiones del consumidor.
El consumidor busca maximizar su satisfacción total (utilidad total), y por tanto gasta todo su ingreso.
El consumidor posee información perfecta, es decir, conoce los bienes (sus características y precios).
El consumidor es racional, esto quiere decir que busca lograr sus objetivos, en este caso trata de alcanzar la mayor satisfacción posible. Esto quiere decir que el consumidor es capaz de determinar sus preferencias y ser consistente en relación con sus preferencias. Así, si el consumidor prefiere el bien A sobre el bien B y prefiere el bien B sobre el bien C, entonces preferirá el bien A sobre el bien C (transitividad).
La teoría económica del comportamiento del consumidor se topa con un problema importante (llamado el problema central de la teoría del consumidor), el cual es la imposibilidad de cuantificar el grado de satisfacción o utilidad que el consumidor obtiene de los bienes. No existe una unidad de medida objetiva de la satisfacción. Este problema se ha enfrentado a través de dos enfoques distintos:
Enfoque cardinal: Supone que si es posible medir la utilidad, o sea que si se dispone de una unidad de medida de la satisfacción.
Enfoque ordinal: En este enfoque el consumidor no mide la utilidad, sólo establece combinaciones de bienes que prefiere o le son indiferentes con respecto a otras combinaciones de bienes.
Enfoque cardinal:
A partir de los supuestos y conceptos mencionados se definen dos conceptos de utilidad o satisfacción:
Utilidad Total: es la satisfacción total de consumir una cierta cantidad de un bien.
Utilidad Marginal: es la satisfacción extra de una unidad de consumo adicional.
Ejemplo: Suponga que un consumidor percibe los siguientes niveles de utilidad total y marginal por el consumo de chocolates:
Q UT UM
0 0 -
1 8 8
2 18 10
3 26 8
4 32 6
5 36 4
6 38 2
7 38 0
8 36 -2
Graficando ambos conceptos:
En los datos anteriores se observa que se satisface la LEY DE LA UTILIDAD MARGINAL DECRECIENTE, es decir, la satisfacción adicional del consumidor disminuye a medida que se consume una mayor cantidad del bien. Observe que hay un punto de inflexión, a partir del cual la utilidad marginal (UM) se vuelve decreciente:
¿Cuánto debe comprar el consumidor?
Para responder a esa pregunta es necesario más información:
El ingreso del consumidor.
La utilidad que obtiene por los demás bienes alternativos.
Supóngase que el consumidor puede comprar dos bienes A y B. Entonces deben cumplirse dos condiciones para maximizar la satisfacción total:
1. El consumidor gasto todo su ingreso: restricción presupuestaria:
I = Pa• Qa + Pb • Qb
2. El consumidor maximiza su utilidad total: condición de equimarginalidad:
Curvas de indiferencia
Las curvas de indiferencia son un conjunto de combinaciones de bienes que proporcionan la misma utilidad al consumidor. Sobre una curva de indiferencia el consumidor es indiferente entre cualquiera de las canastas de bienes que se le presentan. Si representamos las curvas de indiferencias en dos dimensiones obtenemos.
Las curvas de indiferencia regulares poseen las siguientes características:
Tienen pendiente negativa
Se supone que si hablamos de cestas de dos bienes, siempre más es preferible a menos. Es decir, si tenemos una cesta de bienes (x1, y1) y otra cesta (x2, y2) tal que la segunda contiene la misma cantidad de uno de los bienes y más de uno de ellos, la segunda cesta será preferida a la primera. Este supuesto se denomina “preferencias monótonas”. Este supuesto de preferencias monótonas implica que las curvas de indiferencia tienen pendiente negativa. Miremos la Figura 5 si partimos de la cesta (x1, y1) y nos desplazamos en sentido ascendente y hacia la derecha, nos encontraremos sí o sí en una cesta preferida. En cambio si nos movemos hacia abajo y a la izquierda, necesariamente estaremos en una situación peor. Por lo tanto, para encontrar una situación indiferente, debemos movernos o bien, hacia arriba a la izquierda o bien, hacia abajo a la derecha, por lo tanto la curva debe tener pendiente negativa.
Las curvas de indiferencia no se cortan entre sí.
Supongamos tres cestas de consumo, A, B y C, tales que A se encuentre en una de las curvas, B sobre la otra curva y C en la intersección de ambas, como vemos en la Figura 6. Partimos del supuesto de que las curvas de indiferencia allí dibujadas representan distintos niveles de utilidad, por lo que una de las cestas, por ejemplo la A es preferida a la B. Según la definición de curvas de indiferencia, sabemos que la cesta A es indiferente a la C y que la cesta C es indiferente a la cesta B. Si utilizamos el supuesto de transitividad, deberíamos obtener que las cestas A y B sean indiferentes. Pero como habíamos supuesto al principio A es preferida a B, con lo que demostramos que las curvas de indiferencia que representan distintos niveles de utilidad, no pueden cortarse.
Son convexas al origen.
Esto es lo mismo que decir que se prefieren las cestas medias a las cestas con combinaciones extremas (nada de un bien y todo del otro bien). Una curva es convexa al origen cuando la línea que conecta dos puntos de la curva pasa por encima de la curva de indiferencia. Este supuesto no puede demostrarse desde los supuestos de las preferencias, sino que se basa en el principio de la diversidad en el consumo.
Este supuesto es útil en el sentido de encontrarnos con curvas de indiferencia que impliquen que el consumidor preferiría especializarse en el consumo de uno de los dos bienes. Estos son casos de estudio particulares. El caso de estudio general se refiere a aquel en que el consumidor desea intercambiar una parte de uno de los bienes por una parte del otro y terminar consumiendo una cierta cantidad de cada uno más que especializarse en el consumo de alguno de los dos.
La relación marginal de sustitución
Técnicamente, la relación marginal de sustitución (RMS) es la pendiente en un punto de la curva de indiferencia. La RMS mide la relación a la que el consumidor está dispuesto a intercambiar, o sustituir, el consumo de un bien por el otro. En la Figura 8 podemos
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