Dimensiones De La Gestion Educativa

LA POSMODERNIDAD Y LA JUVENTUD

SUCINTO ANÁLISIS

La historia del ser humano está plagada de transformaciones, algunas benéficas otras totalmente maléficas, hemos sido testigos de los cambios y en muchos casos, absorbidos por ellos; sin embargo, el hoy es infinitamente metamórfico, en un instante ya surgió algo nuevo, y en otro, ya desapareció.

Los más vulnerables a estas evoluciones son los jóvenes, seres que inician su vivir, su recorrido por los caminos de una sociedad que les brinda un sinfín de opciones, pero de las cuales no saben distinguir (por la opacidad de lo circundante) lo útil de lo fútil.

Sumidos en la trivialidad, en la liviandad de las acciones, es muy difícil transformar para mejorar en este mundo volátil, en el que predomina lo banal y lo sin sentido, en el que no se le da importancia a lo que realmente debe de importar, es por ello que es preocupante la manera de conducirse de la mayoría de los jóvenes en este contexto globalizado

La vida la viven en fragmentos, por partes, instantes, momentos, donde uno puede cambiar de rol o identidad sin hacerse problemas: se puede ser alumno ejemplar durante la mañana, cuidar de una abuela enferma por la tarde y vivir sin ningún tipo de límite por la noche. Dependiendo de los contextos los jóvenes pueden asumir una personalidad u otra.

Cuántas veces hemos presenciado hechos violentos, vulgares, obscenos, bárbaros, en donde los protagonistas son jóvenes; es ahí donde es imperativo educar en valores. No se los puede responsabilizar del mundo que se les ha dejado para vivir. Un mundo de desorden, sobre el que luego se les castigue por no comportarse como es debido.

Los jóvenes no son así, se comportan así porque están absolutamente angustiados frente a un panorama pleno de zozobra. Es tarea de nosotros, los adultos y de los que los educamos, de enseñarles la diferencia entre lo que está bien y lo que está mal; es una obligación moral escucharlos porque ellos, aunque se quejen, necesitan aún y por algún tiempo más la palabra de alguien con quien en todo caso confrontar su propio saber.

La falta de observancia (por el trabajo, separación de los padres, familias disfuncionales, entre muchos otros aspectos) sobre los hijos expone a éstos, a la creencia de poder hacer cualquier cosa que tienda a aliviar una posible tensión o a satisfacer casi cualquier necesidad (y si es de modo inmediato mejor), ocasionando en muchos casos que se pierda autoridad por parte de los padres al cuestionarse tanto lo que deben o no hacer con sus hijos, sean niños o jóvenes.

Muchos padres no quieren caer en conductas autoritarias, otros se hacen amigos y otros no tienen la más mínima idea de qué hacer con ellos. Los niños y jóvenes ven en decadencia a la autoridad familiar y escolar, por lo que esto produce riesgosos estados de ansiedad y angustia frente a la fantasía de autonomía y de libertad.

Por lo tanto, los jóvenes conciben la libertad como la ausencia de límites y coacciones, la identidad como un continuo inventarse a sí mismo y la felicidad ya no es una conquista conjunta de una sociedad mejor, sino la autorrealización personal de todos y cada uno de los sueños y cualidades personales hasta el máximo que las circunstancias permitan. El yo predomina.

Por eso los valores son relativos y las ideas también: Si te hace feliz, ¿por qué no? Los valores absolutos se relativizan y la moral funciona según las circunstancias. Lo que puede ser rechazado en un momento,

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