EL FOLKLOR EN LA ESCUELA

EL FOLKLOR EN LA ESCUELA

Por fortuna no son ya no estamos en el tiempo en que al niño o niña se le consideraba como seres de naturaleza pasiva e inclinados a la inacción; días aquellos en que la educación se inspiraba en el memorismo, con largos relatos repetidos rutinariamente y que tenían secuestrada toda curiosidad intelectual y todo anhelo de creación, cosas éstas despiertas siempre en el niño.

En la actualidad se está dando mayor énfasis a la incorporación del folklor en la escuela, incorporando aquellos elementos que más y mejor contribuyen a despertar, el espíritu del niño, abriéndole horizontes de infinita amplitud y de exquisita fragancia artística. Las canciones, los cuentos, las leyendas, los juegos, las adivinanzas, las danzas, el dibujo, el teatro, etc., hacen vivir al niño transportándolo en alas de su maravillosa imaginación, todo un mundo de la más tierna y bella poesía, en que hermosas princesas y apuestos caballeros, hadas, pastores y pastoras, figuran como paladines heroicos de la bondad, y de la belleza en medio de una naturaleza de sugestión fantástica.

Las manifestaciones folklóricas ofrecen diversos aspectos prácticos que debe aprovechar el maestro en el proceso de enseñanza aprendizaje. Si consideramos que el folklore se caracteriza por ser tradición eminentemente oral, lógico es considerar su enseñanza, de generación en generación, también en la forma oral, incluyendo la danza y el canto.

Sin embargo, actualmente, por el avance de la tecnología el uso de otros recursos didácticos cobra mucha importancia, tal como discos grabados, casetes, videos, televisión, literatura escrita y la escritura musical.

La intención básica que debe primar en la actividad educativa, respecto a la danza, es el rescate de valores de la vida tradicional. Por este motivo, las danzas que se ejecuten deben reflejar la realidad de acuerdo a las características de cada región, departamento o lugar específico.

No hay, para la enseñanza de la danza, mejor didáctica que aquella que tiene el pueblo mismo, y los interpretes o cultores a los que hay que acudir para captar con mayor precisión y detalle todo el arte expresado y su sentido social que ayudaran a organizar actividades similares en el centro educativo.

Además el hecho didáctico de la danza no deben circunscribirse solamente en la ejecución de determinadas danzas, sino llegar a comprender el sentido de nuestra historia peruana en ese amplio panorama de interrelaciones entre la vida social y los acontecimientos en los que las costumbres mantienen el carácter de los pueblos, así como las expectativas y esperanzas de sus pobladores, fundamentalmente de la extensa área campesina que, soportando discriminaciones socio económicas, busca su superación y su identidad cultural.

Por tal razón compete al maestro incentivar la lectura sobre estos temas,

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