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El examen de las cuestiones y enfoques en la literatura moderna de origen en la historia del arte


Enviado por   •  25 de Mayo de 2015  •  Ensayos  •  2.056 Palabras (9 Páginas)  •  313 Visitas

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En la historia del pensar del siglo XX, la reflexión Modernidad-Posmodernidad se ha desplegado como instancia de debate; los autores concibieron ponencias de un modo manifiestamente polémico.

La producción en recepción, al ligar en forma crítica esta contienda teórica a sus circunstancias precisas, aportó perspectivas al estudio de temas artísticos y creemos que puede alentar algún argumento todavía. En especial si reparamos que el arte en la Modernidad precisa sus fronteras entre dos querellas: la denominada de Antiguos y Modernos que, hacia fines del siglo XVII liberó fuerzas que convergieron en la constitución de la autonomía de "lo artístico" y esta, que llamaremos de Posmodermos y Neomodernos, de finales del novecientos, que señaló el desborde de lo estético en la vida cotidiana. El espacio intermedio aparece modalizado como una tensión entre sus polos.

Las segundas discusiones ocuparon un espacio considerable en la elaboración intelectual de la década del '80. El clima revisionista del discurso moderno y sus primeros temas ya estaban presentes hacia el final de la Segunda Guerra Mundial y más particularmente después del '68, en Francia, incluso durante el lapso de los acontecimientos de mayo. En la década siguiente se destacan diversas voces —como la del Lyotard de La Condición Posmoderna — cuyos dichos ya canonizados, en el intento de figuración de lo “posmoderno” lograron precisar lo “moderno”. No podemos prescindir para referirnos a la Modernidad, de esta perspectiva que ha logrado delimitarse a partir de aportes muy diversos.

La percepción de la Modernidad, mientras habitábamos sus territorios, difiere mucho de la mirada actual, construida en gran medida por este debate. Mirada que se demora especialmente en cuestiones relacionadas con la estética y el arte.

He aquí uno de los contextos de reconsideración de temas y enfoques de la bibliografía de origen moderno en Historia del Arte. Esta tarea se sitúa asimismo, en correlato a ciertas opciones practicadas en el dominio de la Historia: o señalar los grandes desarrollos, las macro y las infraestructuras, los sucesos fundantes y fundamentales o prestar atención a esos residuos representados por la vida privada, el pequeño acontecimiento, la esfera de lo particular. Esta última tendencia, que tiene larga data, se desarrolló y difundió más eficazmente en las últimas décadas dando frutos muy importantes, como los estudios de Philippe Ariès, Georges Duby, Jean-Louis Flandrin, Jean Delumeau, etc. y extendiendo sus temas hacia la infancia, la muerte, la mujer, el amor, el miedo o la culpa . Se trató de poner en discurso estos residuos de la “gran historia”.

Residuo, sabemos, es una noción muy importante para el arte. Los creadores desde el siglo XIX trabajaron, de más en más conscientemente, aquello que en pos de la autonomía se dejaba de lado como remanente de la esfera artística. Lo integraron como tema, como material, como procedimiento, como experimento y como actitud. Aquello que no era residuo sino por la operación de recorte que desgajaba su valor de un todo legítimo. Al redimir esos restos se puso en cuestión la noción del “todo”. Incluso podríamos asentir con la idea que la operación collage-montaje, articula el saber artístico de la Modernidad.

Esa reivindicación del residuo, para los historiadores de las artes es algo substancial. Por ejemplo, la atención dirigida hacia las producciones “no auráticas” es una elección que ofrece un nuevo valor epistemológico al campo artístico. Charles Rosen y Henri Zerner plantean al respecto "... una historia del siglo XIX que se limite al arte culto elimina algunos de los desarrollos más importantes en la creación de la iconografía visual y, lo que es todavía peor, hace en gran medida ininteligible lo que sucedió en el campo de las 'artes cultas'. La tradicional relegación de la caricatura, el arte periodístico, la fotografía, la ilustración de libros y las artes comerciales a papeles menores y secundarios no encuentran justificación alguna después de 1800, independientemente que también se pueda defender su importancia en períodos anteriores" . Por otro lado como se pregunta Albert Boime "¿Quién puede asegurar con certeza que algún día la música de Salieri no será considerada tan valiosa como la de Mozart? [...]. Mi sueño sería culminar un libro sobre el arte del siglo XX con un análisis acerca de mi antiguo vecino de Binghamton, Nueva York —un electricista jubilado que solía pintar en el garaje. Su vida y su obra nos dirían más de nosotros mismos que toda una biblioteca llena de crítica de arte tradicional.

Adherimos a estos programas, que por otra parte suponen un replanteo radical de los conceptos que estructuran nuestra disciplina.

Por ejemplo acordamos, con el filósofo y crítico de arte Arthur Danto y el historiador de arte Hans Belting, denominar “Era del Arte” al periodo en que la producción, circulación y consumo de obras se realizaba desde la conciencia de una autonomía con respecto a otros ámbitos de la cultura. Esta etapa su desarrolla para los autores desde el Renacimiento hasta aproximadamente 1980. Nosotros la reduciríamos al arte occidental desde la Ilustración hasta la fase inmediata a la Segunda Guerra Mundial. Los fundamentos de la producción estética en los tiempos previos y posteriores se describen mejor considerando un antes y un después del Período del Arte. Esta perspectiva alienta la hipótesis de una coincidencia entre el concepto de Arte y la Modernidad.

Si se enfoca la dialéctica entre artes consagradas y relegadas en dicho período la categoría de Artes Visuales, en referencia a las primeras, nos parece más adecuada que la tradicional de Arte Culto —que por lo demás sugiere una definición de cultura que no compartimos. Analizado desde su función social se observa que, el arte reconocido como tal, irradia hacia toda la cultura estética los “privilegios de la vista” y de la Visión, por sobre otras formas de la percepción y la significación. Dicho reconocimiento nos parece depender de su eficacia para instalar el predominio de una contemplación, por presupuesto desinteresada.

Por ello proponemos la noción de Civilización Visual, para denominar el proceso político-cultural liderado por Europa Occidental, durante un largo tramo de la Modernidad, de carácter expansivo y etnocéntrico, que construye una ideología de la

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