Evaluación Educativa

El presente ensayo tiene como finalidad ofrecer los puntos de vista respecto a la evaluación del aprendizaje de la educación básica en México, centrándose en el nivel preescolar como contexto futuro de la práctica profesional. Por tanto, se dará cuenta durante las siguientes líneas de: ¿Qué cambios ha traído la transformación de la sociedad al campo de la evaluación en la educación?

Comencemos por dar un concepto de evaluación, entendiendo esta como “el proceso de determinar, obtener y proporcionar información relevante para juzgar decisiones alternativas” (Escudero, 2003), el concepto anterior nos habla sobre una visión más reciente de lo que es la evaluación, pues con el paso del tiempo las perspectivas sobre la mismo han cambiado y por tanto su proceso.

Dichas transformaciones se dan de modo dispar en cuanto al contexto internacional, desde la visión del auge de la evaluación educativa en el sistema educativo mexicano a mediados de los años 90’s esto en contraste con la evaluación internacional que tiene sus momentos más relevantes desde los años 20’s.

Tomando lo anterior la evaluación del aprendizaje ha evolucionado, tomando en cuenta que hoy se evalúa todo el ámbito de la educación: el rendimiento de los alumnos, los currículos escolares, los centros educativos, los programas específicos o sectoriales y el trabajo de los docentes (Martín, 2009). Con esto podemos ver que se ha dejado de lado una concepción de la evaluación que solo se centraba en el alumno o sus conocimientos sino que ahora se considera el aprendizaje desde un enfoque holístico, es decir, que se toman en consideración sus componentes o condicionantes para el desarrollo del alumno en todas sus esferas.

Retomando la evaluación respecto la educación básica, en los últimos años se han llevado a acabo reformas educativas a los diferentes niveles, incluyendo dentro de sus puntos la evaluación educativa. Refiriéndonos al nivel especifico de preescolar, en el cual partir del la meta-evaluación de la reforma del 2004, se obtuvo información que permitió dar cuenta de los avances que ya se tenían respecto a este rubro, encontrando así que al igual que el programa anterior la evaluación se focalizaba como un proceso y por tanto debía evaluarse en diferentes etapas: una inicial o de diagnóstico, una intermedia y una final, con esto se visualiza el desarrollo curricular, empleando la toma de decisiones formulando así una valoración precisa y el análisis del planteamiento, de la acción, del contexto y condiciones de la misma y –en su caso–de los resultados (Santos, 1988).

La toma de decisiones en el proceso evaluativo se debe también a la utilización de instrumentos de registro utilizados por las docentes del preescolar, considerando este como un avance para la evaluación, que propicie la utilización de nuevos instrumentos que contribuyan de una mejor forma a la focalización del desarrollo y el aprendizaje de los niños.

Un tercer avance lo encontramos en la acción educativa de la escuela, la cual incluye el trabajo docente y otros aspectos del proceso escolar, que aunque ha de mejorarse (Curricular, 2011) propicia la base para el desarrollo integral pues parte de incluir una evaluación tanto de los centros escolares como de sus integrantes (hecho que abordaremos más adelante).

Ante los avances también tenemos que visualizar que la transformación de los sujetos en una temporalidad a largo plazo provoca que los cambios en la estructura y dinámica interna del sistema educativo; se presenten como limitaciones y retos que pueden superarse o alcanzarse.

Tomando así que la flexibilidad necesaria del sistema educativo debido a las nuevas demandas de atención a la diversidad implica el desarrollo de nuevos modelos de actuación (Martín, 2009), y evaluación por tanto, pues aunque podría considerarse de igual manera como un reto, en cuanto a evaluaciones nacionales e internacionales se refiere, este hecho constituye un sesgo de la información pruebas no toman en cuenta determinadas condicionantes para el aprendizaje-desarrollo del alumno, sino solo evalúan sus conocimientos.

Otro de las limitantes para la evaluación del aprendizaje es la centralización escolar que aunque en menor medida podría ser uno de los contextos que al iniciar nuestra practica docente en algunos años nos encontráramos con esos centros con “producción normativa generalmente reglamentista y detallada, que fija con precisión el marco de actuación

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