Evaluación Educativa

LA EVALUACIÓN Y EL CURRICULUM: ALGUNAS REFLEXIONES SOBRE EL TRABAJO COLABORATIVO.

En México, existe alto nivel de deserción y reprobación escolar en el medio indígena, según informes oficiales de la SEP-DGEI (2011) el mayor índice de abandono escolar se registra durante el transcurso de un ciclo escolar a otro, independientemente de que los alumnos y alumnas hayan aprobado o no, además que los índices de reprobación reportan que al concluir los ciclos los alumnos y alumnas no obtuvieron los conocimientos necesarios para aprobar.

Estos datos nos permiten cuestionarnos sobre cómo esta funcionando el sistema educativo indígena, que en la mayoría de sus enfoques se remite a una educación igualitaria, que si reflexionamos un poco, nadie es igual a nadie, entonces, ¿por qué darles la misma educación?.

Como ya se menciono anteriormente, los altos índices de reprobación nos dejan ver que los alumnos no alcanzan los niveles de comprensión de contenidos que se fijan para un periodo determinado, que además limita su aprendizaje, dejándolo fuera del siguiente nivel educativo.

Actualmente existen parámetros establecidos en el curriculum que se deben de cumplir, para que posteriormente se apliquen pruebas que sirvan para medir los niveles de aprendizaje en los alumnos, que permiten conocer que es lo que se esta haciendo en aula escolar. Algunos de estos parámetros son el curriculum y la evaluación, pues ambos permiten encontrar los indicadores sobre el hacer educativo y la clasificación de los niveles de aprendizaje, como son la práctica, estrategias, materiales, etcétera que son utilizados entre cada uno de los alumnos respondiendo a lo que se plantea dentro de clase.

El curriculum y la evaluación juegan un papel importante pues son los principales factores que en su conjunto ayudan a construir el cambio sobre las prácticas educativas y como se están llevando acabo, ambos son fundamentales para el aprendizaje de los alumnos, ya que con base en ellos se determinan los objetivos o metas a alcanzar y ser valorados bajo los parámetros establecidos, al mismo tiempo esta evaluación permite evaluar al curriculum.

Es necesario tener una planeación para la elaboración de un curriculum que integre las necesidades, intereses y objetivos de los alumnos, que les garantice un nivel educativo apropiado y de calidad.

En primera instancia el diseño curricular debe articular las diversas áreas de conocimiento y experiencia o asignaturas, Torres (2000), plantea la idea de que para realizar un proyector curricular se necesitan “ planes de trabajo realizados por colectivos profesionales integrados por docentes y especialistas de diferentes disciplinas que se plasman en materiales curriculares variados, en diversos formatos y de calidad, destinados al alumnado y con orientaciones para los docentes”.

Considerando lo anterior, podríamos agregar el trabajo que también pueden aportar los alumnos y alumnas y padres de familia, ya que la colaboración desde diferentes perspectivas, facilitaría la construcción del curriculum y permitirá alcanzar los objetivos de una manera satisfactoria.

La escuela como impartidora de esta currícula, debe permitir el desarrollo satisfactorio de la misma pero a su vez respetar la modificaciones que se puedan presentar al ser aplicadas, ya que las dificultades solo se hacen presentes en la práctica educativa, debemos entender que cuando se realiza un proyecto de esta magnitud debe atender ciertas necesidades, pero a su vez el contenido debe ser novedoso e innovador para que en verdad sea una propuesta de cambio y no solo un reproductor de contenidos establecidos, ya que como nos lo menciona Torres, “un proyecto curricular tiene que resultar placentero y educativo a la vez; tiene que facilitar una cierta continuidad en los aprendizajes, a la vez que hacerlos compatibles con lo requisitos de relevancia…” (2000:204), cuando se retoma la idea de placentero se piensa en que sea del agrado del alumno que los contenidos reflejen sus intereses y a su vez generen nuevos intereses que podrían ser novedosos para implementar en la currícula, claro con esto no dejamos la idea que sean educativos.

Lo anterior nos remite a pensar que la planeación, desarrollo y aplicación de un curriculum tiene que ser direccionado bajo contenidos adecuados al contexto, para que los resultados, que posteriormente son medidos a través de las diferentes estrategias evaluadoras, permitan alcanzar los niveles planteados.

Con esto podemos decir que es un trabajo difícil, pero no imposible en el ámbito de educativo, ya que se fija un determinado numero de contenidos por disciplina, estrategias didácticas y evaluadoras, que nos permitan promover los procesos de enseñanza y aprendizaje, además de motivar y desarrollar un conjunto de destrezas de los alumnos y alumnas, y así alcanzar un mejor desempeño escolar.

Ahora bien, si se habla de una reforma en la curricula debe estar también ligada una reforma en la evaluación ya que bajo los objetivos planteados se dictaminan los resultados que se pretende obtener. Es necesario hacer una reflexión sobre lo antes planteado ya que es importante destacar que se deben de tener valores cuantitativos y cualitativos que permitan tener una clasificación sobre los objetivos y metas que se pretenden alcanzar, “la evaluación es tanto el mecanismo que hace funcionar nuestros objetivos educativos como un reflejo de los mismos” (Murphy y Torrance, 1989, ob. cit. Hargreaves, Earl, Ryan, 1999: 183), con esto podemos entender que la evaluación es importante para las prácticas educativas, pues permite encontrar aquellas deficiencias, si es que podemos llamar así aquellas falas que existen dentro de los que se tiene planteado para la educación, para poder darles seguimiento y mejorarlas, logrando que en un futuro se repitan.

Según Bloom (1970) la evaluación es uno de los tres aspectos examinadores, pues también se encuentra la medición y valoración, como ya lo mencionábamos anteriormente, es importante tener esta valoración cuantitativa para establecer aquellos clasificadores sobre los objetivos alcanzados dentro de la currícula, pero tampoco podemos dejar de la lado la valoración cualitativa, esta nos permitirá obtener otros patrones que impiden al alumnado alcanzar la metas establecidas dentro del la currícula. Bloom define a la evaluación como “un intento de valorar las características de los individuos respecto a un ambiente, tarea o situación de carácter particular.” (ob. cit. Hargreaves, Earl, Ryan, 1999: 186), de alguna manera en esta cita Bloom plantea la posibilidad de atender en esta práctica educativa bajo los lineamientos que la evaluación

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