Fernad Braudel y la historia social.

Fernad Braudel y la historia social

Por Raúl Felipe Fajardo

La historia social es una nueva manera de hacer historia. Esa nueva forma de hacer historia, surgió en el siglo XX a manos de Lucién Febvre y March Bloch en 1929, cuando formaron la primera generación de la famosa escuela francesa de los Annales. Sin embargo, la primera generación no duro mucho tiempo, puesto que en la década de 1944 Bloch es asesinado. Mientras tanto, Fernad Broudel estaría en una prisión alemana escribiendo un libro que marcaría el inicio de una nueva generación, que revolucionaria y consolidaría la historia social. Dicho libro tiene el título de El Mediterráneo y el mundo mediterráneo en la época de Felipe II, publicado en 1949.

Ahora bien, se es consciente de la aparición de una obra historiográfica revolucionaria, y en cierto modo, no basta solo con saber que existe, que fue exitosa, y que recibió una buena aceptación por la mayoría del mundo intelectual de los cincuentas, y sobra decir que hasta  ahora en el 2015, la obra de Broudel es una obra maestra de gran aceptación. En este mismo sentido, la obra aceptada no debe quedarse simplemente para ser elogiada; pues esta obra nos nutre de un contexto historiográfico, la historia social. Por tal motivo, los capítulos del primer tomo del Mediterráneo, son escudriñados en este breve escrito que pretende mostrar a un Fernad Broudel  frente a la historia social.

El tercer capítulo: Los confines: el mediterráneo mayor; es instrumento para mostrar el tipo de historia que nos interesa. Entendiendo que dicha historia aboga por una interdisciplinariedad que pretende ejercer un análisis más profundo y sofisticado del pasado. En este aspecto es necesario traer a colación la geografía, que  conectada con la historia, en términos braudelianos, pasa a conocerse como una geohistoria. Broudel cree que un historiador de incursionar en esta disciplina, por lo tanto, él ofrece una descripción geográfica del mediterráneo, descripción que no olvida al hombre en su espacio, pues es el género humano quien se enfrenta a su medio ambiente.

Vale la pena aclarar el hecho del dialogo no es solo con la geografía, también hay un dialogo con otras disciplinas como lo es la geología y biogeografía. Nuestro autor señala que no se pueden aceptar las fronteras establecidos por estas disciplinas a la hora de analizar la dimensión histórica del mediterráneo; pues este mar posee otro tipo de límites, este tipo de fronteras son económicas, políticas y culturales. Asimismo este tipo de fronteras abrazan un territorio mayor a los límites de las orillas del mar. El Mediterráneo extiende sus límites más allá de sus orillas; es un mediterráneo mayor.  Los confines se extienden desde una caracterización global, el Mediterráneo mayor incorpora a su cuerpo los azores y el nuevo mundo, el mar rojo y el golfo pérsico y demás. El hecho en este escrito no es redactar todas las fronteras que el mediterráneo interno y mayor poseen; sino más bien, comprender  aun Broudel frente la historia social,  un punto que subyace es, como la interdisciplinariedad es instrumento de la historia tratada. Por tanto, una característica particular, es como se convierten las disciplinas en un instrumento de análisis hacia el pasado, en este caso la geografía.

Es menester mencionar que Broudel no se sujeta a los parámetros o limitaciones que se ofrecen desde estas disciplinas al interpretar el Mediterráneo, él establece las suyas, desde su perspectiva histórica que pretende abordar una historia total; lo interesante es que el francés no olvida dichos limites, sino que los contrasta y los compara para ver si son efectivos o no, a la hora de incursionar en el desarrollo de un problema histórico.

La investigación de Broudel no es una historia relato, es una historia problema que se enfoca en estudiar la vida cotidiana del hombre en su espacio. Esta es una característica fundamental de la historia social. En el acápite del tercer capítulo Empuje e infiltraciones de la estepa nos encontramos con un análisis que contiene en esencia la historia social, se trata de los nómadas. El historiador ha definido dos tipos de nómadas que son susceptibles al clima, a la estepa, al tiempo geográfico que los empuja al sujeto de un lugar a otro. Pues “en el curso de los siglos se han producido innumerables tránsitos de la estepa del Mediterráneo, planteado siempre de diferentes formas el desino humano de la estepa, que es un problema de historia y espacio^[1]”.

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