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Formacion continua 2000

Cecilia EspinozaDocumentos de Investigación5 de Agosto de 2022

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2. MARCO TEÓRICO

2.1 La formación

2.1.1 Concepto de formación

El tema central de esta investigación es la formación continua y como ésta influye en los docentes de educación preescolar para que adquieran el dominio del Programa de Educación Preescolar 2004 (PEP), por lo cual resulta imprescindible definir el concepto mismo de formación y formación continua, esto porque se trata de buscar la base para poder desarrollar la temática que se busca investigar.

Hablar del término formación es hablar de un concepto que se relaciona con un sin número de temáticas, las cuales se les puede dar un determinado sentido u orientación a partir del algo especifico. Una de las temáticas con las cuales se le relaciona es precisamente, aquella que tiene que ver con el hombre mismo, dado que a la formación se le atribuye un papel muy importante para el desarrollo y progreso del hombre a lo largo de toda su vida.

Yurén (2000) señala que el término formación es unívoco y se suelen relacionarlo con la educación, pero deja muy claro que no es lo mismo. La educación la describe como la necesaria para el desarrollo de las habilidades del sujeto. La formación tiene que ver con la construcción más allá de lo dado por la sociedad, como normas y costumbres.

Con base en lo anterior Teresa Yurén define a la formación como “la conquista de la subjetividad mediante la transformación cultural y la interacción (la conquista de sí mismo, autoconsciente) de objetivarse e interactuar. Es la posibilidad de ser uno mismo, de ser diferente con autocrítica y auto transformación”. (2000: 30) Para Yurén existen dos momentos en la formación, el primero es la objetivación, es la capacidad de actuar creativamente para transformar lo que ya existe y se construye mediante la práctica, la autoevaluación y la autocrítica. El segundo es la intersubjetividad, que tiene que ver con la posibilidad de transformarse con otros.

Desde la perspectiva psicosociológica Gilles Ferry dice “… formación es desarrollo personal... consiste en encontrar formas para cumplir con ciertas tareas para ejercer un oficio, profesión o trabajo”. (1997: 54) Implica hablar del aspecto profesional.

Ferry (1997: 54) “una formación no se recibe...nadie forma a otro…el sujeto se forma sólo por sus propios medio…, uno se forma a uno mismo, pero uno se forma solo por mediación”, esto supone que va desde el interior al exterior y que las mediaciones son los compañeros, programas, currículo y contenidos de aprendizaje para formarse a uno mismo.

Esta definición describe a la formación como un proceso relacionado con la personalidad humana, integrando todas aquellas capacidades y cualidades que necesitan ser desarrolladas o aprendidas de acuerdo con lo que el hombre realiza o desea realizar a lo largo de la vida. Para Ferry, este proceso de formación supone, “un proceso de desarrollo y de estructuración de la persona que lo lleva a cabo bajo el doble efecto de una maduración interna y de posibilidades de aprendizajes, de reencuentros y de experiencias” (1987: 50) que el hombre busca en su paso por la vida; por este motivo se dice que es el sujeto el que se forma a sí mismo, no lo forman.

La idea anterior permite apreciar que el proceso de maduración permite el desarrollo y la estructuración de la persona, en la medida en que el hombre va obteniendo aprendizajes, saberes e ideas que la experiencia le va dejando a través de la interacción con lo que lo rodea.

La formación de las personas no se limita a un periodo de tiempo y tampoco se detiene, sino todo lo contrario, persiste durante toda la vida y tiene que ver en muchos aspectos. La formación que las personas van adquiriendo ayuda a obtener el dominio de muchas acciones y situaciones nuevas, les permite influir en el cambio social, alcanzar un desarrollo íntegro como persona, una constante necesidad de aprender, saber y conocer, cuestiones que permiten reafirmar que la formación es un proceso imprescindible para el desarrollo y crecimiento del ser humano. De ahí la importancia de la formación para ser capaces de responder a interrogantes,  problemas  y necesidades tanto individuales como grupales, movilizado por un mundo en constante cambio.

Después de haber abordado el concepto de formación, es momento de revisar y hablar de este término de forma muy particular relacionándolo con la docencia y profundizar en la formación continua que reciben los profesores.

2.1.2 Concepto de formación continua

La formación continua o permanente se refiere al conjunto de actividades que permiten a un docente desarrollar nuevos conocimientos y capacidades a lo largo de su ejercicio profesional, así como  perfeccionarse después de su formación inicia, que corresponde a la adquirida en la escuela normal. La formación Permanente o continua del Profesorado según Imbernón (1984:13) implica “actualización científica, psicopedagógica y cultural, complementaria y a la vez, profundizadora de la formación inicial, con la finalidad de perfeccionar su actividad profesional”.

En este proceso de formación el docente va a tomar un cambio de actitud, destrezas, habilidades y valores con la finalidad de trasformar su práctica educativa. El procedimiento es constante porque aquí los docentes deben de actualizarse en todo momento debido a que si bien es cierto que los tiempos cambian, y los problemas que se le presentan en el aula son muy diversos y grandes, por lo cual demandan respuestas más efectivas para tratar de erradicar los problemas de raíz.

Se concuerda con Imbernón (1994) en que la formación continua consiste en estar actualizado lo cual implica mantener al día los conocimientos que imparte el docente dentro del aula escolar, lo cual quiere decir que es permanente y variada, a través de esto él va a modificar y a perfeccionar los conocimientos adquiridos con el objetivo de renovarse y mejorarse no sólo él, sino también su desempeño docente.

En los procesos de reforma y cambio de la educación, se hace fundamental acompañar y apoyar a los docentes para enfrentar los constantes cambios y las  nuevas exigencias. Solamente un sólido desarrollo profesional docente asegurará una respuesta apropiada acorde con las necesidades actuales del país.

2.1.3 Componentes de la formación continua del docente

La formación permanente o continua del profesorado esta dirigida al perfeccionamiento profesional y humano que permite al docente adecuarse a los cambios científicos, tecnológicos, pedagógicos y didácticos que propiciar una formación  integral mediante el análisis de su praxis, por lo tanto, dicho perfeccionamiento será un proceso dirigido a la revisión y la renovación de conocimiento, actitudes y habilidades que se han adquirido y que están determinados por los avances que se dan en la sociedad.

Es importante destacar los componentes específicos planteados por Imbernón (1998), con los cuales complementa de una manera explícita la formación docente.

El primer componente es el científico, éste prepara al profesor para ser agente educativo que posee conocimientos de la disciplina, área o áreas científicas que ha de transmitir. Se trata de ayudar al profesor adquirir los conocimientos y los contenidos a partir de los cuales elaborará las estrategias de formación de los alumnos. También se hace referencia en este componente a la distinción entre contenidos curriculares y las técnicas de autoformación, estas últimas tienen como finalidad que el profesor tenga autonomía profesional para mantener al día su técnica y conocimientos sin requerir de instituciones de formación.

El componente psicopedagógico es lo que ocurre cuando el profesor se prepara para ser un profesional que asume conocimientos teóricos, prácticos y tecnológicos de las ciencias de la educación para su aplicación en el ejercicio docente. Se trata de dotar al profesor capacidad personal de actuar sobre el grupo que se constituye en la clase, a través de cuatro capacidades básicas de acción: capacidad de observar y diagnosticar el entorno y los medios educativos que éste pueda ofrecer, capacidad de observación de los alumnos, habilidad para comunicares con los demás, y de saber servirse de su propio cuerpo, es decir, de su expresión corporal.

El componente cultural permite al profesor convertirse en un agente poseedor de una cultura específica de conocimiento del medio donde ejerce. Se requiere incorporar en el profesor el interés por la cultura en sus diversas manifestaciones y formas artísticas, pero sobre todo, fomentar el interés por acercarse e intentar entender y conocer mejor la cultura que permanece al margen de ella por lo que se puede decir que “un profesor cuanto más culto sea más dependerá de los factores o elementos externos a su propio entorno, cuando más culto sea o más interesado esté en su entorno, más fácil le resultará generar su propia autonomía en el trabajo” (Imbernon 1998: 58).

El componente práctico se realiza mediante la reflexión sobre la propia práctica, que el docente realiza en el centro de trabajo, que profundice en la realidad educativa, experimente y adecue las bases curriculares al contexto en donde se ejerce la profesión. “La formación permanente en este sentido propone que ésta se realice, partiendo y volviendo a la práctica en un proceso que contemple el estudio, la reflexión, la experimentación y de nuevo el estudio de manera que la práctica no se convierta sólo en una práctica” (Imbernon 1998: 60)

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