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IDEOLOGÍA ALEMANA


Enviado por   •  3 de Marzo de 2014  •  Tesis  •  4.656 Palabras (19 Páginas)  •  227 Visitas

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IDEOLOGÍA ALEMANA

El título que lleva el libro, la ideología alemana, usa el término ideología inicialmente convocado de un modo distinto al que significará cuando el volumen ha sido terminado de escribir. Hay huellas de ese sentido peyorativo en el modo en que se mofa, en el que critica acerbamente lo que él va a llamar “los ideólogos alemanes”, que no son otros que la vez pasada aludimos como los filósofos neohegelianos de izquierda, los feuerbachianos con quien él mismo había compartido filas tiempo atrás. A los que en vez de atender la realidad política y concreta que está realizando Alemania se dedican a papar moscas. Responde todavía a esta aceptación del término ideología, a la napoleónica, y no a la de la ilustración.

Sobre las primeras décadas del siglo XIX la intelectualidad alemana advierte con espanto de qué manera la revolución burguesa bajo distintas formas avanza en la mayor parte de Europa occidental. Hacia 1830 Prusia es una cosa terrible que parece Zimbawe pero donde todavía se dan relaciones feudales de vasallaje, de campesinos en condiciones de servidumbre, de señores de la tierra que negocian sus porciones de poder. La revolución burguesa no se está produciendo en Alemania, suponen en el marco de la época una suerte de subdesarrollo.

En 1840 Guillermo IV sucede a Guillermo III de Prusia. Guillermo III se había ido con promesas reformistas incumplidas y las esperanzas del mundillo burgués prusiano se concentran en Guillermo IV, que parece que es un joven liberal lleno de intenciones transformadoras. Se sube al trono y se calza la corona y se torna un monarca autoritario cerrado. Y las intenciones de reforma quedan en el pasado.

En este sentido dirá Engels muchos años después, incluso ya muerto Marx, que la escritura de esos 600 folios que constituyeron la ideología alemana fue lo que les permitió a ambos liquidar nuestra conciencia filosófica anterior, romper con el Feuerbach que intentaba romper con Hegel. Significa terminar de elaborar la transición desde una perspectiva idealista de la historia hacia una perspectiva materialista de la historia.

Cuando Feuerback escribe en 1841 “La esencia del cristianismo” pone sobre la mesa una de las más importantes intervenciones filosóficas y políticas que producen los llamados jóvenes hegelianos o neo hegelianos de izquierda. Feuerback es la figura más importante de los jóvenes Hegelianos. Y en un mismo movimiento, Feuerback enfrenta a su maestro Hegel, que termina su vida celebrando por derecha, termina su vida en 1830 convirtiéndose en un conservador que defiende el trono prusiano, el orden conservador establecido. Los jóvenes Hegelianos, combaten filosóficamente al maestro del que todo habían aprendido pero del que quieren empezar a diferenciarse en lo conceptual y al mismo tiempo señalan con énfasis que el problema de Alemania y de su subdesarrollo es el modo en el que la iglesia, el cristianismo pesa sobre protestantes y apostólicos, sobre la mente de los campesinos, que constituye la gran mayoría de la población alemana.

La manera de intervenir, también políticamente en el debate, es también, denunciar la opresión política que supone el cristianismo en la población alemana, opresión que traba la emergencia de un proceso transformador de la revolución burguesa.

La afirmación común a los jóvenes hegelianos de izquierda es que la revolución burguesa no se produce porque, entre otras cosas, el cristianismo opera bloqueando lo que de otro modo sería una necesidad de la historia de transformación. Siguen aceptando su propia servidumbre porque existe en el más allá una vida mejor.

La operación de crítica al cristianismo está absolutamente vinculada al proceso teórico que va a dar lugar a la categoría marxista de ideología.

Marx dice en el texto que tienen para leer… “la religión es el opio de los pueblos”, y comienza diciendo una frase que hay que prestarle atención “La critica a la religión es la condición de toda crítica”

Entendiendo critica como esa operación que es capaz de desmontar las apariencias para capturar los fenómenos que realmente organizan los procesos sociales e históricos. La religión es por excelencia una operación en la que los verdaderos procesos sociales e históricos quedan opacados tras un relato que los predicadores despliegan en relación a sus respectivos fieles. Decir que la crítica a la religión es la condición de toda crítica, significa que si hay una crítica (como una operación intelectual de desmonte de volver transparente lo que es opaco) por excelencia es a la religión que promete un mundo inexistente en lo terrenal a cambio de mantenerse en la misma situación de sojuzgamiento y subordinación.

Los primeros textos de Marx tienen una impronta fuerte de Feuerback. Siendo éste la cabeza de fila de los jóvenes Hegelianos de izquierda.

Hay otros que están mencionados en “la ideología alemana” y Marx se refiere irónicamente en repetidas oportunidades a San Max y a San Bruno, el primero es Max Stirner (un hegeliano de izquierda, más bien anarquista que tiene dentro de la historia del anarquismo un peso propio.) Y San Bruno es Bruno Power, tal vez luego de Feuerback son las figuran que le siguen.

Suele decirse que Hegel es idealista y Marx es materialista. Allí aparece una clara contraposición. Para Hegel la respuesta a buena parte de los problemas que había dejado pendientes Kant se resuelven en la identidad entre razón y realidad. Entre racionalidad y realidad. Esta contraposición entre el ser de las cosas y el pensamiento, sigue siendo una contraposición que Kant no había resuelto. El ser, dice Hegel, es el ser del pensamiento, en última instancia. El ser es el ser del pensamiento.

Hay una identidad entre el concepto y el ser. Cuando decía que en definitiva el pensar es pensar sobre el ser de las cosas, es pensar el ser. Se refiere al concepto en el más alto nivel de abstracción. La esencia del pensar filosófico es un pensar sobre la esencia de las cosas que constituyen su ser. Y esta esencia es al mismo tiempo y aunque parezca un juego de palabras no lo es, esa esencia es un concepto. Entre el ser y el pensar hay una identidad. Y cuando dice que todo lo real es racional y todo lo real es racional, no está queriendo decir que esta mesa es racional. El tema que Hegel inaugura por excelencia es el tema de la historia, y lo que le importa es el continuo dialéctico flujo del proceso histórico.

En este proceso histórico que es guiado por una serie de leyes precisas, lo que ocurre es necesario que ocurra, y responde a una lógica. Es el despliegue de una razón. En este sentido es que dice que todo lo real es

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