LA ORATORIA EN LA RELACIONES INDUSTRIALES

LA ORATORIA EN LA RELACIONES  INDUSTRIALES

Desde siempre la palabra ha sido, es y será el medio más elemental y más directo de comunicación entre los seres humanos.

La oratoria es una técnica muy importante para las relaciones públicas, pero puede convertirse en un arma muy peligrosa si no se sabe dominar.

Es habitual que se vaya a dar un discurso tengan el texto escrito, preparado de antemano. Sin embargo, es realmente monótono que un discurso sea leído, dado que al discurso se le resta emotividad, credibilidad e interés. Lo correcto es llevar preparada unas notas y sobre ellas, desarrollar el tema del discurso o conferencia.

Algunas teorías señalan que el orador nace y no se hace, no obstante cualquier persona puede llevar un curso de oratoria y dominar algunas técnicas que le permitan dar un discurso de manera respetable.

Un requisito de los relacionistas públicos es que tengan la técnica para hablar en público, pero aunque se cuente con ella siempre es importante ensayar los discursos previamente. Por ejemplo, grabarlo y luego escucharlo para ver qué se puede mejorar es una excelente práctica.

Los cursos de oratoria recomiendan en sus primeras lecciones, que para hablar eficazmente lo primero que hay que hacer es hablar. La idea es pasar semanas, meses, hasta años hablando y hablando de algún tema que se domine, de algún tema que se conozca profundamente, de algo que sea el fruto de sus experiencias y sus estudios.

Otro punto de gran importancia, es emocionarse o conmoverse acerca de su propia charla. Si no sentimos lo que decimos, si no estamos convencidos de lo que hablamos, difícilmente lograremos comunicar algo a los demás, transmitir, en definitiva, nuestra forma de pensar y sentir.

Por último, cabe destacar que las charlas sencillas son siempre las más bonitas y las de más éxito. Una charla rebuscada, llena de metáforas y con un lenguaje técnico puede producir aburrimiento en el auditorio y por muy importante e interesante que sea el contenido, si no se entiende, será un fracaso.

Algunos consejos necesarios para preparar y pronunciar un discurso son:

1- Redacte notas sobre los puntos más interesantes que quiera mencionar.
2- No escriba toda la charla.
3- No memorice sus charlas.
4- Puede contemplar material audiovisual y ejemplos.
5- Conozca todo lo posible del tema a tratar.
6- Hable con modestia. No caiga en la presunción.
7- Utilice siempre el “nosotros” y nunca el “ustedes”.
8- No hable en tono de enfado o reproche.
9- Disfrute mientras habla.
10- Reciba bien las críticas.

COMO  APRENDER A  RELACIONARTE  MEJOR

En un mundo con tecnologías ilimitadas que te permiten comunicarte más con los demás, curiosamente, no te comunicas mejor. Bien que hemos dejado atrás el telegrama, el correo postal, el fax… y que ahora transmitimos en segundos cualquier idea al resto del mundo, a través de internet, el correo electrónico, los blogs, los sms, las videoconferencias… y sin embargo, seguimos teniendo serios problemas para que una información que enviamos sea comprendida correctamente por el receptor. ¿Quién no quiere comunicarse mejor? Es la clave para mejorar nuestras relaciones con los demás. Y por ende, para ser más feliz. 

Este curso, ha sido pensado para mejorar las habilidades de: estudiantes, profesores y maestros de todos los niveles de enseñanza; profesionales de todas las áreas; ejecutivos de ventas, marketing y relaciones públicas; empresarios cuya actividad les requiera presentaciones orales; políticos, periodistas, y todos aquellos que por motivos laborales o personales desean mejorar la comunicación con los demás.

Pronunciar un discurso ante colegas o empleados de la empresa, ante accionistas, familiares o votantes, exponer un proyecto comercial, presentar un invitado ante una audiencia o anunciar los premios anuales de un colegio son sólo algunas de las actividades que requieren, en esencia, la técnica de la oratoria.
Pero, ¿realmente es tan importante hablar bien? 


Desde ya. Hablar mal lleva al fracaso cualquier proyecto, mientras que hacerlo bien convierte cualquier discurso en creíble, y otorga una impresión de seguridad y cultura. Además:

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