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LOS FACTORES SOCIOCULTURALES QUE INCIDEN EN EL RENDIMIENTO DE LOS ESTUDIANTES

jorgeteco21 de Septiembre de 2011

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LOS FACTORES SOCIOCULTURALES QUE INCIDEN EN EL RENDIMIENTO DE LOS ESTUDIANTES.

ING. JORGE ALONSO JIMENEZ RODRIGUEZ.

ENSAYO.

COLEGIO DE ESTUDIOS CIENTIFICOS Y TECNOLOGICOS DE COAHUILA.

CECYTEC PLANTEL SALTILLO.

12 agosto de 2011.

Índice.

1. Presentación y diagnóstico de la situación analizada……………………………………………2

2. Planteamiento del problema o situación analizada………………………………………………4

3. Desarrollo y argumentación del tema………………………………………………………………….7

3.1. El papel del alumno en el aula…………………………………………………………….………..7

3.2. El papel del docente en el aula…………………………………………….……………………..10

4. Conclusiones……………………………………………………………………………………………………….13

5. Fuentes de información. BIBLIOGRAFIA………………………………………………………………14

1. Presentación y diagnóstico de la situación analizada

El presente ensayo pretende analizar las prácticas pedagógicas en el aula a partir del papel que asume el estudiante y docente ante los sistemas educativo como formas político-cultural.

La actitud desinteresada, apática, poco crítica y reflexiva de nuestros estudiantes en el aula sobre los problemas culturales y sociales del país, su comunidad y su escuela.

Ante esta situación, en el aula se reproducen las relaciones dominantes vigentes teniendo como actores a estudiantes y maestros que materializan esas relaciones en las prácticas pedagógicas de acuerdo con la organización del sistema educativo. Eso significa que el alumno duda para ejercitar su poder, la critica social, hablar y sentirse responsables de lo que dicen porque teme al castigo, a la represión, a desarrollar su lenguaje, a formar una identidad, a moverse en las fronteras culturales, a expandir su comprensión de entorno y participar en la vida publica democrática.

Por tal motivo, me parece de importante hacer que nuestros alumnos adopten un papel activo dentro del aula, como principales críticos de los modelos educativos, de sus docentes, de los problemas y las soluciones sociales actuales. Aunque parece difícil, pero es una tarea que se debe implementar de manera urgente. Primero que comiencen a reflexionar, después participar y finalmente a exponer soluciones a nuestros grandes dilemas sociales.

Para cambiar este escenario se requiere de la participación de profesores y estudiantes, el docente siendo capaz de reconocerse a sí mismos en un lenguaje desmitificador, de manera que puedan descubrir que toda tarea educativa es también una tarea política. En segundo lugar, los profesores han de verse como agentes de una especie de futuro distinto, más orientado a crear que a destruir las posibilidades de justicia social.

Los docentes necesitan un discurso crítico y un lenguaje de posibilidades; necesitan ser capaces, de alguna manera, de interrogarse sobre el carácter de lo que hacen, pero también necesitan ver más allá del horizonte de lo posible. En tercer lugar, reconocer que no se puede ser un intelectual público fuera de la política de representación.

2. Planteamiento del problema o situación analizada

Cuando hablamos de la preparatoria (escuela) nos estamos refiriendo al espacio donde acuden las personas para ser educadas y ser capaces de seguir aprendiendo a lo largo de su vida.

Según la historia, el saber por tanto la escuela, son en sí mismo factores de emancipación, liberación y promoción humana, y con reza en todos los contratos sociales y constituciones, la institución escolar será la encargada de la distribución de los saberes equitativamente, por encima de las diferencias sociales, sexuales, étnicas, etc. Contribuyendo a la extinción de las desigualdades y privilegios.

La escuela como tal tiene el fin de proporcionar conocimientos, desarrollar habilidades y actitudes que preparen a las personas para asumir responsablemente las tareas de la participación social, les permitan aprender por cuenta propia y tener flexibilidad para adaptarse a un mundo en permanente transformación que garantice la atención a las necesidades de diferentes grupos en diversos espacios y situaciones, que sea incluyente.

La influencia de la escuela es necesaria por que infunde un progreso autónomo al educando, quien va tendiendo al propio desarrollo. Así, tanto la ayuda desde fuera, como el desarrollo interior de nuestras propias capacidades y la superación de nuestras limitaciones.

Como habremos visto es una posición idealista de lo que debe ser la escuela, pues refiere un espacio donde se preparan personas para ser incorporadas a la sociedad, a la cultura, pero al mismo tiempo educados en valores como el respeto, ciudadanía y democracia.

Pero la pregunta: ¿Todos los estudiantes son iguales en todas las escuelas y todas las escuelas son iguales para todos los estudiantes? Evidentemente no, porque las escuelas juegan un papel primordial en la reproducción de privilegios culturales donde se ven claramente las diferencias naturales sobre las cuales descansan los fallos selectivos y discriminatorios de esta institución.

En realidad, la escuela es más que un espacio de formación de personas para ser educados y ser capaces de seguir aprendiendo a lo largo de su vida. Pues en ella suceden representaciones de una forma de vida social donde siempre están implícitas relaciones de poder y de prácticas sociales que privilegian el conocimiento en proporción a una visión del pasado, del presente o

Como institución eminentemente política, la escuela está profundamente involucrada en la reproducción de los valores sociales, económicos y culturales determinando las conductas, saberes y disposiciones vigentes, así como en la conservación de esas formas sociales dominantes que reproducen las configuraciones actuales de poder. Por tanto, las escuelas están organizadas principalmente de acuerdo con un tipo de autoridad directiva, procedimental y técnica.

De ahí que sean los alumnos mejor dotados en esquemas de percepción, apreciación, disposiciones y acciones , son aquellos que heredarán el capital económico y sobre todo el capital cultural, en este último la escuela juega un papel importante.

Por eso, hoy se hace necesario que quienes tengan grandes riquezas económicas, trasformen parte de ese capital en "inversión educativa", de tal manera que puedan legar a sus herederos parte de ese patrimonio bajo una especie de capital certificado (títulos), lo que permite el acceso más expedito a los puestos directivos de las empresas.

Este suceso es evidente en cualquier país incluyendo el nuestro, figurando fenómenos como: las cuestiones relativas a la privatización de la educación, la lógica del mercado y al acentuado énfasis puesto sobre la competitividad y la realización individual. Desde esta perspectiva, el aprendizaje se reduce a satisfacer individuales necesidades de lo que se llama excelencia

Pero el crecimiento masivo de la población escolarizada, debido, en otros factores, al acceso de todas las clases sociales y grupos a los circuitos educativos, ha producido serias transformaciones en la reorganización escolar, tendiendo a garantizar y mantener o reorientar ciertas formas de certificación y jerarquización social históricamente establecidas.

Es por eso, que la naturaleza de las prácticas pedagógicas: realizadas en la escuela, como institución de la vida cultural, basan su trabajo en el ejercicio del poder simbólico y por lo tanto en el poder de la violencia simbólica que juega un papel central en la legitimación de las relaciones sociales.

Pero intentemos ver más allá a la escuela del espacio reproductivo y de relaciones dominantes vigentes, es también un lugar de mediación, oposición y donde surgen nuevas posibilidades que tienen muy en cuenta la producción de saber, identidades sociales y valores. Creamos firmemente que la escuela tiene la oportunidad de ampliar las capacidades humanas de los alumnos y otras que desarrollen la capacidad de vivir y orientarse en una democracia multicultural y multirracial.

La enseñanza es un servicio público absolutamente clave en la vida de un país. La escuela ofrece a la nación la posibilidad de dedicarse por sí misma y de una manera reflexiva a configurar una educación dedicada a una ciudadanía responsable, al tiempo que apela a las responsabilidades de las futuras generaciones en la lucha a favor de la democracia. "La democracia no se hereda".

En todo momento hay que luchar por ella. Así, surge esta cuestión: ¿cómo educar a los estudiantes para que crean que las escuelas no sólo son simples medios para la movilidad social y económica, sino que, también son extensiones del poder económico y político, de manera que diversos grupos puedan participar en el engrandecimiento de la nación? ¿Cómo educar a los estudiantes para que crean que, de hecho, las escuelas tienen que ser la primera línea de defensa de las cuestiones de equidad, justicia y libertad?

La respuesta debe tener una base fundada en la libertad y el aprendizaje critico, porque si la escuela y los profesores

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