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La Filosofía del Orden y la práctica pedagógica


Enviado por   •  10 de Noviembre de 2020  •  Síntesis  •  5.464 Palabras (22 Páginas)  •  265 Visitas

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La Filosofía del Orden y la práctica pedagógica: algunos argumentos de sustentación para la escuela primaria argentina de principios del siglo XX y alertas para la escuela actual.

Ana María Montenegro

 Introducción

 El positivismo en Argentina al igual que en otros países latinoamericanos cumplió a fines del siglo XIX y principios del XX una labor significativa

 Su influencia se extendió a variados campos del pensamiento como literario, estético, médico, político, psicológico, psiquiátrico, jurídico y educativo con nombres de indudable valor teórico como Scalabrini, Ramos Mejía, Ameghino, Ferreira, Juan B Justo, Senet, Mercante, Ingenieros, entre otros. En nuestro país existen numerosos trabajos de investigación que comprenden la relevancia de esta corriente en la circunstancia argentina.

El positivismo y el llamado espíritu positivo contienen una filosofía, una metodología y un programa de acción desde dónde lo podemos evidenciar

 En Argentina como expresa Zea la “circunstancia” para su concreción fue diferente del impacto que tuvo en otros lugares como México y Brasil.

 Podemos considerarla como una corriente de pensamiento caracterizada por la confluencia de variadas tendencias como el darwinismo, el spencerismo, el comtismo que repercutieron en el ámbito de lo educativo a partir del aporte de dos grandes grupos el que respondía más a una filosofía comteano integrada por A. Ferreira, V. Mercante, M. Victoria R. Senet, A. Bassi habas entre otros que provenían de la Escuela Normal de Paraná y el de los universitarios cómo E. Holmberg, E. Quesada, C. Bunge y J. Ingenieros que se alinearon en torno al monismo naturalista de corte spenceriano y el enfoque genético.

 De cada una de estas tendencias aparece una destacada producción con publicaciones como: El Escolar Argentino, La escuela positivista, La educación Archivos de Pedagogía y Ciencias Afines e instituciones como la Universidad Popular de La Plata y su Sección Pedagógica, La Academia de Filosofía y Letras, El Instituto de Criminología, La Sociedad de Psicología, La Sociedad de Antropología Jurídica la Sociedad Positivista Argentina Cada una de estas propuestas contiene más allá de las interrelaciones de matriz original Las particularidades que le otorga su inserción en el marco de consolidación del Estado nación-argentino y de configuración de su sistema educativo.

Desde este trabajo pretendemos enmarcados en una determinada circunstancia comprender como una noción vertebral de esta corriente la filosofía del orden impregna las prácticas pedagógicas de la escuela primaria en la primera mitad del Siglo XX y conforma un entramado particular donde más allá de las circunstancias que le dieron origen, continúan aún vigente retazos de aquellas lógica de pensamiento que impone esta corriente al interior de la escuela primaria.

 Coincidimos con Inés Dussel en que no hay “una relación de causa-efecto entre el positivismo y la constitución de los sistemas educativos modernos” y que si bien esta fue una corriente vital no fue la única sino que tuvo que coexistir con otros discursos y sufrir las relecturas y transposiciones de la práctica pedagógica.

 No obstante la Filosofía del orden y la impregnación de una lógica de pensamiento encuentran en lo discursivo y en la apropiación de estas ideas para llevar adelante una práctica pedagógica un lugar central de discusión.

 Por eso nuestra búsqueda se concentrará en las argumentaciones de dos reconocidos positivistas de la época Víctor Mercante y Rodolfo Senet, que consideramos traductores y difusores de un modelo positivo de institución escolar.

 Aunque trataremos de  poner en evidencia la correlación entre la filosofía del orden positivista vigente de la época y algunos de los argumentos utilizados por estos autores, lo que más nos interesa es recuperar desde sus discursos la conformación de una lógica institucional, un orden interno desde el cual se consolida nuestra escuela primaria pública. Escapa a esta presentación la evidencia pormenorizada de estrategias puestas en marcha o de permanencias actuales pero el abordaje histórico- educativo nos permite en  la conclusión llamar la atención sobre lo que consideramos “retazos” de aquella lógica institucional sobre lo que debemos continuar investigando en el entramado del orden interno.

  1. La filosofía del orden y el orden institucional, algunos argumentos de sustentación a principios del Siglo XX, Rodolfo Senet y Víctor Mercante.

A fines del Siglo XIX y comienzos del XX  Argentina define un Estado Nación desde un modelo político, económico, social y educativo que encuentra en la filosofía positivista algunos sustentos teóricos necesarios para planificar de manera orgánica un medio social y educativo.

 Dos nociones aparecen en los discursos políticos pedagógicos de la escuela de manera reiterada orden y progreso. A las luchas intestinas en la conformación de los estados sucede una búsqueda de inversión de los términos que intenta abandonar “las confrontaciones internas y establecer primero el orden”. Para ello, había que dar bienestar material, felicidad a los pueblos incorporándolos al progreso en un nuevo orden. La propuesta era pasar como expresaba A.Comte del orden teológico y militar al científico e industrial, incorporándose desde este lugar a las naciones europeas como iguales.

Se abandona a partir de este momento la discusión por la libertad y las luchas que ésta había traído aparejadas siguiendo el modelo del progreso Iluminista del Siglo XVIII y se propugna por un progreso material con libertad dentro de una nueva concepción de la burguesía en el poder en el Siglo XIX. Para que estas ideas de Progreso y Ciencia encuentran sustento lo urgente, lo inmediato, era fortalecer la sociedad integrarla, homogeneizarla, porque en la medida que las sociedades se integran y se hagan homogéneas, mejor se producirá, como propone Spencer la diferenciación y la definición de las mismas respecto del orden mundial.

  En la consolidación de estas ideas en nuestro país el positivismo comteano influye en el campo educativo en sus variables normalista y universitaria. Mientras que el positivismo spenceriano repercute en el campo administrativo y político justificando posiciones encontradas que van, desde la necesidad de la oligarquía de progreso material, a la articulación con el discurso marxista que pretende interpelar a otros sujetos.

 La preocupación por el método fue una constante de la mayoría de los debates de los pedagogos seguidores de la corriente comteana, deseosos de encontrar soluciones teórico-prácticas en general y a su propio desempeño dentro del sistema educativo. El método era el principio ordenador que hacía posible prescribir el proceso de enseñanza-aprendizaje y en donde se articulan a la filosofía del orden los principios herbatianos y pestalozzianos junto a las formulaciones qué ofrecían en ese momento la psicología del Infante.

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