La Inclusion

Sin lugar a dudas es en la adolescencia y en la juventud los momentos del ciclo de vida en el que más se generan vacíos y se presentan oportunidades que pueden llevar a caminos errados o al lugar indicado, por lo tanto esta etapa debería ser más atendida y apoyada por la familia y la sociedad en general, ya que se trata de un momento en el que se es muy vulnerable, en donde al igual que los niños pero desde otro enfoque se quiere explorar, conocer y vivir sin límites.

Se dice que los niños son el futuro, pero los adolescentes y los jóvenes son el presente, por lo tanto requieren del mismo cuidado y atención, para prevenir en el hoy el desastre del mañana. Desde nuestra profesión como enfermeras es parte de nuestra labor trabajar con y para la comunidad prestando un servicio oportuno y de calidad.

Ante la evolución del mundo, es necesario que el personal de la salud también evolucione respecto a la manera y los métodos de abordar y transmitir los mensajes a las personas, en especial a los adolescentes y jóvenes, quienes tienen otra perspectiva de la vida, por lo tanto es necesario saber llegar a ellos, nuestra propuesta de intervención se basa justamente en realizar un abordaje directo a esta parte de la población, creando una verdadera inclusión de los mismos, pues que mejor manera de transmitirles un mensaje que haciéndolos participes de este, conociendo su pensamiento, sus ideas y sus propias propuestas.

El ser jóvenes y/o adolescentes los involucra en un grupo común, pero este grupo presenta diferencias por razones culturales y geográficas, por lo tanto la propuesta tiene una base común para todos, pero se ajusta a cada lugar de intervención, ya que no es lo mismo la población rural a la población urbana, a su vez en la ciudad encontramos diferentes categorías que nos otorgan de alguna manera otros factores a tomar en cuenta. Partiendo de esta premisa y haciendo la salvedad que al querer transmitir un mensaje personalizado no se caiga en acciones discriminatorias, sino por el contrario en actividades pertinentes para que lleguen de manera adecuada a los jóvenes.

Los adolescentes y jóvenes están más expuestos de alguna manera a la violencia y a la inseguridad, atraviesan por una etapa en la que se siente excluidos, con cruce de sentimientos y en alguno de los casos con deseos de ser insoportables; estos factores dificultan en muchas ocasiones el abordaje hacia ellos por parte de la familia, por esta razón el personal de la salud debe ser y estar capacitado para tener empatía con ellos y poder de forma amigable, equitativa y haciéndolos participes de la sociedad, ofrecerles la oportunidad de exponer sus problemas, sus dudas y miedos, ante personas expertas con los conocimientos propicios y la disposición de atender y resolver sus necesidades dándole la importancia y atención que ellos requieren.

Prestar un servicio se debe hacer con absoluta entrega, con mayor razón si se trata de un servicio destinada al área de la salud, en donde lamentablemente algunos profesionales no han dado uso de esta función de manera adecuada, dañando la imagen y omitiendo actividades preventivas. Por tal razón la prestación del servicio de la salud debe sufrir una transformación, en donde se les ofrezca a los adolescentes y jóvenes un servicio amigable, que puedan encontrar en el personal de enfermería un profesional apto para resolver sus inquietudes con conocimientos y disposición de prestar el servicio social al cual estamos vinculados, dándoles a los problemas juveniles la importancia que amerita y planteándoles posibles soluciones.

Los jóvenes pueden y deben formar parte de la solución, involucrarlos permite además de conocer su pensamiento, darles la oportunidad de sentirse necesarios para la sociedad, ya que ellos poseen unas habilidades, destrezas, capacidad de adaptación e innovación que los hace propicios para la creación de propuestas de desarrollo que los involucra directamente.

Quien mejor que los mismos adolescentes y jóvenes para reconocer en que aspectos consideran que necesitan mayor seguridad, las prácticas de ejercicio que prefieren, los problemas sociales a los que se ven más expuestos (drogadicción, alcoholismo, prostitución) y las dudas que atraviesan frente a la sexualidad.

Es entonces nuestro deber formarnos para poder acceder a ellos de manera novedosa, haciéndolos participes del proceso sin ningún tipo de exclusión y pensando simplemente en forjar una mejor sociedad a través de un aprendizaje íntegro y basado en el respeto, el amor, la responsabilidad y el respeto por sí mismos y por los demás.

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