La enseñanza de la Emergencia

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INTRODUCCIÓN

El mundo cambió, sin lugar a dudas, la era digital llegó de manera imprevista, de un día

para otro nos instaló un sistema nuevo, una forma de comunicación nueva, nos separó

físicamente pero nos conectó virtualmente. Teníamos conocimiento que la era digital se

aproximaba de manera paulatina, que de apoco las tecnologías crecían y se instalaban

en nuestras vidas, pero no sabíamos que un día nos levantaríamos e invadiría nuestros

hogares. Los docentes, los alumnos, no pudieron asistir más a la Escuela, tuvieron que

abrir  la  puerta  de  sus  hogares,  adaptarse  a  la  tecnología,  conectividad,  cámaras,

transmitir contenidos de manera virtual y buscar una nueva forma de enseñar. Muchas

preguntas se instalaron, preocupaciones, dudas, negaciones, inseguridades, tanto para

los docentes, alumnos y padres quienes deben acompañar el proceso en conjunto sin

saber cuánto tiempo durará.

Los cambios en la Sociedad existen pueden ser graduales o bruscos pero deberíamos

realizarnos la siguiente pregunta:

¿Qué tipo de Escuelas necesitamos para acompañar los cambios permanentes?

Vivimos en una era donde las Escuelas son cuestionadas constantemente por toda la

sociedad, donde los docentes deben consensuar con los padres y alumnos. El alumno

ya  no es  el  mismo, tiene otras inquietudes, otras formas de aprender y acceder a la

información.

Hoy  la  escuela  puede  ser  reemplazada  por  otros  mecanismos  pedagógicos  como

Internet y es pensada también como un negocio factible de expansión en el mercado.  

Si bien se tenía conocimiento de ello, la aparición del COVID 19 nos puso de frente el

uso de las tecnologías como un bien necesario para adquirir conocimiento y conectarnos

entre alumnos  y maestros, allí es donde surge la desigualdad  más importante donde

sectores más vulnerables se encuentran desprotegidos por el sistema.

La escuela moderna ya no es el único lugar donde se aprende, y el docente ocupa el

lugar del que saber. Sin embargo, no se puede ignorar que de todas las partes posibles

de la pedagogía, la más importante es la pedagogía escolar. La pedagogía permite al

docente elaborar, a través de la didáctica, las estrategias y métodos que permitan que

la totalidad de sus alumnos se encuentren en las mismas condiciones para adquirir y

apropiarse de los contenidos impartidos, como parte de su proceso formativo. 

El  mundo  produce cambios  de  manera  permanente,  la  digitalización,  reemplaza  a  la

mecánica y comienza a expandirse por todo el planeta.

Las  relaciones  laborales también fueron afectadas,  el  tiempo  y el espacio  de trabajo

estaban delimitados, cumplían un horario y luego volvías al hogar con la familia, dejabas

todos  los  temas  de  trabajo  en  el  lugar  donde  brindabas  tu  servicio.  A  partir  de  la

masificación  de  la  Red  y  telefonía  celular  móvil  no  existe  casi  nadie  que  se  pueda

escapar de las demandas laborales, en horas no laborales. El trabajo ´full time´ muta en

trabajo ´all time´, ello influye más aún en la época que estamos atravesando mediante

la cuarentena donde las personas se encuentran en su casa con simplemente Internet

y un artefacto móvil.  

El tan apreciado Internet fue modificando  las relaciones humanas. Tareas cotidianas

que  requerían  el  desplazamiento  físico,  desde  hacer  una  compra,  hasta  consultas

médicas,  ya  se  realizan  por  este  medio.  Se  pasa  del  tradicional  contacto  persona  a

persona a la versión actual del vínculo mediatizado vía mail, chat o redes sociales. Con

las nuevas tecnologías los sujetos están conectados, pero desconectados.

La  construcción  de  la  subjetividad  y  la  sociabilidad  actual,  se  apoya  en  dos  ejes  la

visibilidad y la conexión permanente. Hay una tendencia a borrar los límites que separan

lo público de lo íntimo. Las redes sociales funcionan como un mercado de redistribución

Como para la mayoría de las personas del mundo, el año 2020 fue bastante particular. A todos nos ha cambiado la “rutina” y la organización en diferentes ámbitos de la vida y, el ámbito educativo, en especial las escuelas, no han sido la excepción. Por el contrario, ha sido uno de los más alterados.

A partir del 20 de marzo de 2020, en Argentina, con el decreto del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO) se han cerrado las escuelas y prohibido el dictado de clases presenciales para todos los niveles. Todas las propuestas educativas presenciales, caducaron.

Uno de los mayores retos que enfrentó el sistema educativo ante el cierre de las escuelas, para garantizar la continuidad de los aprendizajes de los estudiantes, fue transformar el modelo presencial a modelos de educación a distancia.

El hecho de que de un día para el otro las “escuelas” hayan pasado a ser 100% virtuales, ha obligado a los docentes a repensar, rediseñar y reestructurar su propuesta educativa en tiempo récord. Muchos debieron de ‘amigarse’ con la tecnología, de un día para otro. Ha sido un gran desafío para los docentes, como así también para alumnos, y padres.

La tecnología, fue una gran aliada, y permitió mantener una comunicación con los alumnos.

Luego, con las flexibilizaciones y vuelta a la presencialidad en “burbujas”, las clases ya no eran totalmente virtuales, sino que se alternaban las clases virtuales, con las presenciales. A esta metodología se la conoce como “Escuela híbrida”.

Hoy, más de una un año después del comienzo que la ASPO, podemos asegurar que esta situación generó muchísima incertidumbre y se visibilizaron aún más las diferencias sociales de los alumnos, acceso desigual a los contenidos o a la comunicación con el docente, lo que se podría resumir como un acceso desigual a la educación o posibilidades desiguales.

Además de esto, se le suman Irrupción de lo doméstico, las situaciones particulares de cada familia, algunas pasando por situaciones de desempleo, duelos, ansiedades o simplemente incapacidad de actuar como mediadores (sobre todo en los alumnos de edades tempranas).

Los docentes debieron improvisar muchas veces, abrumados por la pandemia y sus propios hogares.

En algunos casos, se redefinió el concepto de tarea (muy burocrática al principio), que solo buscaba que los alumnos demostraran que estaban trabajando los contenidos, sin pensar en qué conocimiento construyen, de qué se están apropiando o qué activa realmente la actividad que se les está pidiendo.

Como menciona Axel Rivas en su texto “Pedagogía de la excepción”, las escuelas se cerraron y se abrieron muchísimos interrogantes.

Algunos de ellos, podrían ser ¿Se dio la propuesta de la que habla Comenio de una Educación para “todos, todo y totalmente”? ¿Cuál fue el rol de las nuevas tecnologías?. ¿Qué ocurrió con la educación como fenómeno social?

En la siguiente sección ahondaremos sobre estos interrogantes.

rítica, el debate y el respeto por aquello que los alumnos son, piensan y traen de sus

propias experiencias.

Es importante que los docentes se permitan escuchar lo que los alumnos traen consigo,

reconocer  su  palabra,  sus  pensamientos  generando  nuevas  conclusiones  o

problemáticas entre todos. Se trata de entender que estamos ante otra realidad.

Debemos tener presente que entre las transformaciones actuales que intentan ingresar

en las escuelas están los cambios en los modos de producir, acceder y relacionarse con

el conocimiento que  plantean  los medios  de comunicación y  las nuevas tecnologías.

Pensar  en  introducirlas  en  la  escuela  significa  entenderlas  como  objetos  culturales

productores de realidades, verdades, aspiraciones, deseos, intereses, temporalidades

y  espacialidades.  Como  sostienen  Dussel  y  Caruso  (1996): la  escuela  no  debe

renunciar a proyectos de transformación. Quizás de esta crisis devenga algo positivo.

El desafío es ver si la escuela puede proveer y proveerse, de experiencias que habiliten

para la constitución de sujetos.

En  la  gran  mayoría  de  las  veces,  la  institución  escolar  no  solamente  reproduce  las

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