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Las Actividades físicas Cooperativas: Generando Valores Desde El ámbito De La Educación física.


Enviado por   •  3 de Junio de 2015  •  2.628 Palabras (11 Páginas)  •  264 Visitas

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El hombre, desde las primeras civilizaciones, se vio forzado a estructurar un conjunto de reglas que le permitieran de manera colectiva trabajar en armonía para lograr alimentarse, vestirse y sobrevivir en el mundo hostil que le rodeaba.

Con una perfecta sincronización de todos los elementos a su alcance y a través de un trabajo conjunto, fue capaz de levantar enormes construcciones entre las que destacan por su magnificencia, las Pirámides de Egipto, consideradas hasta hoy una de las grandes maravillas de todos los tiempos.

Nos situamos en esta región del planeta, porque en el antiguo Estado Egipcio, la idea prevaleciente durante la Cuarta, Undécima y Decimoctava Dinastías, era que debía existir una severa coordinación de los esfuerzos económicos y físicos de toda la población para garantizar a cada uno de los miembros de la comunidad y en su conjunto, el más alto grado de prosperidad.

Actualmente, basándose en los vestigios encontrados y con fundamento en el tipo de trabajo colectivo que realizaban, se puede afirmar que el auge alcanzado por esta cultura, fue debido en gran medida, al tipo de organización interna que implantaron: una organización basada en el trabajo cooperativo.

De esta manera, el hombre moderno, gracias a los avances de la ciencia -como producto de su inteligencia-, y a un trabajo conjunto y coordinado, ha erigido obras monumentales que han causado la admiración y el asombro de cuantos las han podido contemplar.

Sin embargo, y paradójicamente, en la misma medida que construye, el hombre también es capaz de destruir y destruirse a sí mismo en cuestión de segundos. La sola mención de una fecha, 11 de septiembre, nos da prueba de ello.

Es evidente, que la destructividad es un elemento que está presente en la cultura actual; los valores del ser humano han sido trastocados, pudiendo de tal forma y con la misma facilidad, reducir a cenizas sus más grandes obras.

Hemos llegado a un punto, en donde la alerta interna nos obliga a reflexionar sobre la urgente necesidad de rectificar el camino. Es evidente que la supervivencia de la especie humana se halla en peligro. Los valores universales y las reglas básicas de convivencia se han ido diluyendo en el vivir cotidiano de una generación marcada por la violencia, el odio, la intolerancia, la competencia que genera rivalidad y el ansia de poder; hechos que en su conjunto, han terminado por confrontar al hombre con el hombre mismo.

Por ello, resulta urgente analizar los patrones de conducta y revisar los valores que rigen a las sociedades actuales. Es fácil entender que existe la imperiosa necesidad de trabajar en favor de una cultura de paz. Una cultura basada en el ejercicio constante de hábitos, actitudes y valores que permitan una mejor convivencia entre los miembros de cualquier grupo social.

Por ello, las organizaciones sociales como la familia y la escuela deben ser en primera instancia quienes se aboquen a trabajar sin descanso para inculcar en cada uno de sus miembros, aquellas conductas que permitan al ser humano coexistir armónicamente en un mundo de paz.

Y es aquí donde entra en juego el rol medular que el profesor de la escuela básica debe desempeñar. Todo maestro debe tener claridad absoluta en que su misión principal estará encaminada a fomentar desde su diaria labor, una cultura de paz en la que prive la aceptación del "otro" como la aceptación de uno mismo, trabajando siempre sobre la idea de que "en colectivo se avanza más que en solitario", de igual manera que la lógicamatemática nos revela "que dos, serán siempre más que uno" y que ello, sólo será posible cuando logre inculcar en los niños y desde sus primeros años, una cultura de aceptación e inclusión.

Fomentar una cultura de paz en la escuela, es posible a través del ejercicio constante de valores tales como la solidaridad, la comprensión, el respeto a la diversidad de razas, culturas, creencias religiosas, ideologías, y capacidades individuales.

Surge entonces la primera pregunta: ¿es posible inculcar valores desde el ámbito escolar? La respuesta contundente no se hace esperar, por supuesto que es posible fomentar valores desde la escuela inicial y básica, si es que entendemos a éstos como aquellas conductas que nos permiten convivir en armonía con nuestros semejantes.

A decir de Carlos Velázquez Callado, "los valores poseen una naturaleza abstracta e intangible, por lo que sólo se hacen explícitos a través de las conductas que manifiesta una persona", y es precisamente en las conductas, en donde puede incidir tanto la familia como el docente, a partir de los primeros años de vida del niño.

De tal forma, es posible señalar que entre las muchas tareas que debe desempeñar el educador actual, se aúna la de ayudar a transformar a la sociedad desde sus raíces, promoviendo una cultura de paz en las nuevas generaciones a través de la ACCIÓN.

Específicamente la labor del educador físico deberá estar enfocada a promover valores desde su quehacer cotidiano; es decir, desde el ámbito de la educaciónfísica, a partir del cual se fomente la no violencia, la tolerancia; la consideración "del otro" y el diálogo cordial con "el otro", como parte de la aceptación y respeto a la diversidad. Aprender a ser comprensivos, solidarios, altruistas; tener disposición de escuchar, apoyar y entender "al otro", como elementos esenciales que permitan la toma de conciencia de que cada acto en la vida conlleva una VISIÓN COMPARTIDA.

Lo anterior resulta agradable al oído, "suena bonito", pero... ¿cómo transformar las palabras en hechos? De aquí se desprende la segunda gran interrogante que se nos presenta en el camino y a la cual damos respuesta:

Enseñando a través de la práctica de las actividades físicas y deportivas aquello que hasta ahora pareciera ser la frase ¿mítica? del Barón Pierre de Coubertin, al señalar: lo importante no es ganar, sino competir.

Pero... ¿cómo? volvemos a preguntar. Entonces, encontramos que docentes ubicados en otras latitudes y con unas décadas de antelación, han resuelto esta problemática educativa transformando las actividades competitivas en actividades cooperativas.

Y ahora podríamos preguntarnos ¿por qué este tipo de actividades y no otras?

Aquí vale la pena subrayar, que estos maestros a través de la puesta en práctica de las Actividades Físicas Cooperativas, han podido constatar que éstas, son un invaluable recurso para promover una cultura de paz en el ámbito de la educación física, ya que ponen en práctica una metodología que propicia una mayor interacción, favorece el desarrollo físico, la integración social y el proceso de comunicación de los alumnos, así

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