Los Valores En La Escuela Primaria

CAPÍTULO I. ANTECEDENTES DE LOS VALORES EN LA ESCUELA PRIMARIA

La historia de la Educación Primaria como promotora de valores morales de la sociedad, ha estado al servicio del modelo educativo que cada gobierno ha establecido, es decir, forma el tipo de ciudadanos que él requiere para sus fines políticos, económicos y sociales.

Para los primeros gobernantes del México independiente, el fomento a la educación era condición indispensable para lograr el desarrollo y el progreso en todos los ámbitos de la vida nacional. Estableció que todos los pueblos contarían con escuelas.

Es así como después de la independencia de México con la anuencia de Iturbide abrieron la primera Escuela lancasteriana llamada "El sol" en la Sala del Secreto del Edificio que había ocupado la inquisición, la actual estuvo dividida en tres departamentos: primaria, normal, artes y oficios.

La compañía lancasteriana impulso en México la enseñanza mutua en toda la nación, tan conocida y prestigiosa fue su enseñanza que el gobierno nacional le entregó en 1842 la dirección de instrucción primaria de toda la República Mexicana. su sistema era económico y rápido.

Se utilizaba una nueva técnica pedagógica por la cual los alumnos más avanzados enseñaban a sus compañeros, esta es la enseñanza mutua. De forma tal que un solo maestro podía enseñar de 200 hasta 10000 alumnos, con los que bajaba el costo de la educación.

Su sistema de enseñanza se basaba en mantener al niño en constante actividad realizando tareas minuciosamente prescritas, se le exigía una disciplina muy rigurosa y se comprobaba continuamente lo que aprendía por medio de exámenes (principalmente orales). Se utilizaban las órdenes, los premios y los castigos como forma de disciplina y para promover el estudio; además de un monitor particular había monitores generales y de orden. Sin duda este método dejaba en los alumnos principios, rasgos de carácter y hábitos morales muy definidos.

Es importante mencionar que además de las asignaturas que se impartían se les enseñaba doctrina cristiana, buscando formar hombres religiosos y morales. Este modelo educativo funcionó casi durante todo el siglo XIX, primero de forma privada y después Federal; fue muy importante porque se pudo brindar educación a un gran número de personas a pesar de los pocos recursos económicos con los que contaba el gobierno, y contribuir a mejorar el desarrollo del país. Así mismo es significativo mencionar que los valores morales fomentados dentro de las escuelas lancasterianas fueron de total respeto y obediencia ciega; provocados principalmente por el temor a los castigos en la escuela y en su familia, formando así personas disciplinadas, responsables, honestas, trabajadoras y temerosas de Dios; pero debilitaban en los niños todo sentimiento de independencia.

A finales del siglo XIX la escuelas lancasterianas comenzaron a decaer rápidamente puesto que se estaban consideradas ineficaces porque al paso del tiempo no podían ser acomodadas a los progresos de la ciencia pedagógica. A esto el gobierno, con apoyos económicos que nunca se habían contado hasta antes del Porfiriato comenzó a fundar y sostener mejores escuelas primarias adaptables al cambio y adelantos de la época.

Es así como se abre el panorama para que Gabino Barreda con el apoyo de Porfirio Díaz trajera a México la corriente del Positivismo, que propuso Augusto Comte como una solución a todos lo problemas que se presentaban en la época, creía en que a través de esta corriente filosófica se originaría un nuevo orden social; “sustituyó la concepción liberal y parlamentaria por un modelo de sociedad industrial y cooperativa, regida científicamente, como un gran organismo de producción, en el que cada individuo posee su lugar adecuado” .

El positivismo busca sólo hechos y sus leyes. Renuncia a lo que es vano intentar conocer, y busca sólo las leyes de los fenómenos. Solo se le da valor al conocimiento científico, a lo que se puede verificar.

A los tres valores fundamentales del positivismo: libertad, orden y progreso, debe añadírsele moralidad; entendida como la formación del carácter, era el pilar fundamental en la filosofía educativa del Porfiriato; debía aprenderse más por el ejemplo que por el estudio de la asignatura. Los valores morales más destacados eran la obediencia, la puntualidad, el respeto, la gratitud, el amor filial, el amor a los demás y el desinterés; en los anuarios gubernamentales figuran recomendaciones y ejercicios para cada grado de primaria orientándolos a fortalecer los buenos hábitos y evitando los malos vicios.

El Primer Congreso Nacional de Instrucción Pública (1889-1890) propuso un currículum que incluía tanto la educación moral como la instrucción cívica y esta propuesta paso a la ley del 21 de Marzo de 1891. Se consideraba que la moral dirigía las acciones humanas y formaba el carácter; la importancia del maestro para la formación moral era constante mente reiterada sobre todo mediante su ejemplo.

Se pretendía formar un hombre ordenado, confiado en su razón y en las evidencias demostrables, ajeno a especulaciones metafísicas y teológicas, altruista, productivo y tolerante.

Gabino Barreda y Porfirio Díaz delegaban en la educación el avance de la Nación; esto se proyecta en la producción de modelos educativos orientados por la actividad y el orden, donde niños y jóvenes encuentran el sentido de la actividad y del trabajo; se daría "mayor interés en promover hábitos de industria y habilidades técnicas entre los educandos. No sólo se esperaba producir un hombre religioso y moral sino un trabajador ordenado y capaz", pues la inactividad, la desocupación, la vagancia eran la fuente de muchos de los vicios que había que impugnar, perseguir e, incluso, castigar.

Con la Revolución, la promulgación de la Constitución de 1917, y la fundación de la Secretaría de Educación Pública (SEP) en 1921 sobrevinieron grandes transformaciones en el Sistema Educativo Nacional, el propósito educativo del Estado se concibió como la lucha por la justicia social, se creó la escuela popular, se emprendió una campaña nacional de alfabetización, se intentó llevar educación a los lugares más apartados incluyendo las poblaciones indígenas, la primer obra educativa importante de la revolución en materia educativa fue la creación de las escuelas rurales.

Se inicia la educación del campo, que trae consigo el despertar cultural que por muchos años no había podido desarrollarse. Se piensa que la educación rural no es solamente enseñar al niño a leer y escribir, era importante un programa integral que lograra ayudar en la comunidad y la transformara,

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