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Los sujetos del proceso enseñanza-aprendizaje


Enviado por   •  16 de Mayo de 2014  •  1.734 Palabras (7 Páginas)  •  614 Visitas

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RAE UNIDAD III

Tema: “Los sujetos del proceso enseñanza-aprendizaje”

Titulo de la lectura: “Hacia una pedagogía del siglo XX”

Autores: Fernand Oury y Aida Vasquez

Edición: Antología básica del curso “Corrientes Pedagógicas Contemporáneas”

Fecha: Mayo- 2014

Palabras clave: Pedagogía, Directividad.

Fuentes: 1

Contenido:

La pedagogía institucional

“Del interés súbito de los pedagogos por la no directividad”

Las afirmaciones de Rogers acerca del carácter inútil y nocivo del profesor clásico, acerca de su función que es la de un facilitador de comunicaciones, y de la importancia que atribuye a los intercambios de adquisiciones, provocan la sorpresa escandalizada de los educadores satisfechos de sí mismos, de sus métodos y de sus resultados. Por otra parte, tanta audacia conduce a los que dudaban de sí mismos a un asombro maravillado.

La no directividad permite una psicoterapia no freudiana. Se concibe que los intelectuales y algunos universitarios, atraídos a la vez desde hace medio siglo por el psicoanálisis y asustados por las nociones de inconscientes y de sexualidad, se dejan seducir por el rogerismo.

Por otra parte los pedagogos discípulos de Descartes y Rousseau no pueden menos que dejarse seducir por el optimismo y la generosidad de la teoría rogeriana de la personalidad, que aparece en la forma de tres sentimientos íntimamente ligados a saber:

1 un sentimiento positivo a propósito de si mismo

2.- el descubrimiento de sentimientos positivos de otros hacia nosotros

3.- y de nuestros propios sentimientos hacia algún otro.

“El núcleo íntimo de la personalidad es de carácter positivo”. Esta teoría se basa en el hecho de que el individuo es capaz de dirigirse a si mismo, esta capacidad de autodirección Rogers la llamo growth: la cual designa un conjunto de dos sistemas acoplados: un sistema motivacional unificado, esto es, la tendencia actualizante, y un segundo sistema de evaluación de la experiencia que funciona como regulador del primero.

Esta teoría supone la existencia de un yo coherente, racional, que propende naturalmente a la asocialización. Es posible que la no directividad sea una técnica muy eficaz para personalidades de un superyó pronunciado. Los hipercivilizados, los hipermorales y los inhibidos sexuales o sociales no pueden menos que apreciar la permisividad del terapeuta, y ésta basta, en muchos casos para curar.

El niño, el estudiante y el adulto en periodo preparatorio, en una relación no directiva, ya no siguen siendo el “objeto” del maestro, sino que son considerados, de buenas a primeras, como sujetos capaces de despertar a la investigación.

Que satisfacción para el profesor. El maestro aprende a escuchar, a callarse, los niños hablan, trabajan. El maestro abandona su papel de magister para ocupar en la clase su verdadero lugar, que es el de un adulto responsable de sus actos y maestro de técnicas. Podemos decir que se des enajena, que los tabúes desaparecen, y que se escucha más, a medida que habla menos.

Desgraciadamente, nuestras experiencias personales no nos han permitido apreciar en su valor exacto la no directividad. Las intervenciones de ciertos psicosociologos en diversos grupos de maestros y de estudiantes no han alarmado un poco: una no directividad mal controlada amenaza con provocar desagradables fenómenos de histerización o de pasaje al acto.

Tema: Los contenidos de aprendizaje

Titulo de la lectura: El profesor y los medios informativos en una clase no- directiva

Autores: Daniel Hameline y Marie-Joelle Dardelin

Edición: Antologia básica del curso “Corrientes Pedagógicas Contemporáneas”

Fecha: Mayo- 2014

Palabras clave: directividad, pedagogía, interacción, amenazas

Fuentes: 1

Contenido:

La primera conversación del maestro pasa por “las vías del silencio” y la tentación de “hablar sobre” es siempre amenazante. Al comparar no directividad y no didactismo es el rol de alguna forma expectativo del profesor, lo que quiere justamente señalar, pero cuando la cuestión se formula en condiciones sanas que conducen a la alineación del grupo, hemos demostrado como actitud verdaderamente no directiva conduce al profesor a proporcionar, de la mejor forma, las informaciones de las cuales el seno del grupo es el principal experto.

El maestro es en su clase el agente principal de un cierto número de informaciones. Sabe cosas que los alumnos no saben y recibe de hecho un estatus de “experto”. Podrá aportar al alumno su saber bajo forma de exposiciones magistrales más didácticas. Pero al tener la administración de un saber en la clase transformada en auditorio, interviene un nuevo factor: el hecho principal de una pregunta que devuelve la iniciativa al grupo así como el control.

No existen amenazas para el profesor, la solución de las dificultades psicológicas derivadas de su superioridad en el plano del saber dependerá esencialmente de esta congruencia de la persona con el personaje que mantendrá a igual distancia de la voluntad de poder, de la farsa y del “complejo de inferioridad”

A petición del grupo, el profesor se verá obligado a preparar un verdadero curso, que podrá extenderse a un número relativamente importante de horas. Desde el momento en que sea respetada la iniciativa del grupo y se eluciden las motivaciones reales de la demanda, el profesor no directivo, no tiene ninguna razón para negarse a la petición de los alumnos. Dará pues su curso. La única condición es que no pierda de vista que el curso no es nunca un fin en sí y mucho menos un ídolo al que haya que sacrificar todo, sino sólo un instrumento de trabajo común, entro otros muchos posibles.

Tema: La sociedad y la institución escolar

Titulo de la lectura: Pedagogía Institucional

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