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Naturaleza del fenómeno educativo desde la perspectiva de las ciencias contemporáneas


Enviado por   •  20 de Noviembre de 2021  •  Informes  •  3.609 Palabras (15 Páginas)  •  128 Visitas

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TAREA DE ACCIÓN SEMANA 1:

La educación es un mecanismo evolutivo de la especie humana.

Estudiante: Flora Fernanda Castillo Alvial.

Asignatura: Naturaleza del fenómeno educativo desde

 la perspectiva de las ciencias contemporáneas.


Nombre

Flora Fernanda Castillo Alvial

Profesión

Profesora de Comunicación en Lengua Inglesa

Institución

Duoc UC

Ciudad - País

Villarrica, Chile

Correo electrónico

f.castilloalvial@uandresbello.edu


La educación como concepto hoy en día dista considerablemente respecto a como se concebía décadas atrás. Más que un proceso donde unos le entregan ciertos conocimientos a otros en un determinado contexto, ésta se entiende como “parte de una constelación de logros evolutivos fuertemente articulados entre sí” (Molina, 2006, p.77). Es ahí donde radica su importancia, ya que toma un rol relevante dentro de la complejidad del proceso evolutivo del ser humano, siendo un elemento fortalecedor para el desarrollo de la humanidad. A continuación, se abordarán algunas teorías que proponen y enfatizan la naturaleza de la evolución humana como un proceso biológico – social, que concibe a la educación como un elemento central del desarrollo humano, y que va mucho más allá de la entrega de contenidos a un receptor.


La Hipótesis De La Evolución Dual (Biológica Y Cultural) De La Especie Humana

La evolución humana ha sido una dimensión ampliamente explorada por una diversidad de autores, sin embargo, durante décadas el foco estuvo situado mayormente en el carácter biológico del proceso evolutivo. No obstante, dado el complejo nivel de desarrollo evolutivo del ser humano en comparación a otras especies, se generaron los cuestionamientos (propios del ser humano) para que otros autores exploren e investiguen nuevas aristas en relación a este proceso. Uno de estos autores es el biólogo Conrad Hall Waddington, quien plantea que “el hombre ha desarrollado un mecanismo sociogenético o psicosocial de evolución que se superpone y a menudo se impone al mecanismo biológico que depende exclusivamente de los genes” (Waddington, 1975, p. 48). Este planteamiento se desmarca de la hipótesis evolutiva desde el ámbito netamente biológico, y a su vez propone que el ser humano es mucho más que un animal que nace, crece, se reproduce y muere; propone que el ser humano posee una carga evolutiva de carácter cultural o social, habiendo desarrollado un pensamiento racional y un sistema de comunicación que no existe en otras especies.

Bajo esta lógica, es impensable suponer que la evolución del ser humano ha sido un proceso netamente biológico, sino mas bien un proceso que presenta una dualidad biológica-cultural, dado que, a diferencia de otras especies, este presenta diversos elementos que han sido clave en su desarrollo, tales como el lenguaje y el razonamiento. Waddington (1975) afirma que “no hay otra criatura que haya sido capaz de alcanzar la misma independencia respecto de los accidentes de su medio” (p.47), lo que sugiere que el uso y evolución de elementos como el lenguaje y el razonamiento han sido fundamentales para lograr el desarrollo evolutivo que hemos alcanzado hasta el día de hoy.

Las Hipótesis Del ‘Cerebro Social’ (Dunbar Y Otros) Y Del ‘Aprendizaje Cultural’ (Tomasello)

“La razón por la cual el hombre es un ser social, más que cualquier abeja y que cualquier animal gregario, es evidente: la naturaleza […] no hace nada en vano, y el hombre es el único animal que tiene palabra” (Aristóteles, 1988, p. 50-51). Desde hace muchos siglos atrás, el filósofo Aristóteles destacó el rol social del hombre en relación a su desarrollo, tanto individual como colectivo. Describió cómo el hombre, por el hecho de ser un ser social, es capaz de construir comunidad, la misma que ve nacer y a su vez enriquece el desarrollo de cada miembro. A través del lenguaje, los seres humanos han logrado sustentar una interacción social de comunidad, la que ha sido clave al hablar de la evolución del hombre. Tal como lo menciona Aristóteles, el hombre es la única especie que posee una capacidad lingüística que le permite expresarse y comunicarse con otros de forma racional (y emocional también), lo que permite crear comunidad y un sentido de pertenencia a ella.

Además de Aristóteles, otros autores también han abordado el ámbito social que presenta la evolución humana, siendo Robin Dunbar quien plantea la hipótesis del cerebro social, donde establece que “la recurrencia de [interacciones sociales más complejas] han llevado gradualmente, como resultado de la evolución, a desarrollar recursos e interconexiones neuronales que pasan a conformar un córtex mas complejo y de mayor tamaño” (2005, p.2). En su hipótesis, Dunbar aborda la conexión entre el modelo evolutivo biológico y el social, siendo este último el que promueve un mayor desarrollo en el cerebro humano gracias al nivel de interacciones sociales que se presentan al vivir en comunidad. Ciertamente, se observa que el componente social en el paradigma de la evolución es un elemento capaz de cambiar y moldear la biología del ser humano, para así poder adaptarse al ambiente que lo rodea. Siendo el lenguaje el elemento primordial para poder crear comunidad, Dunbar señala al respecto que “originalmente pudo servir para otros fines mas relacionados con la cohesión del grupo y comunicar más estados emocionales que hechos del mundo (2005, p.4). He ahí la relevancia del lenguaje como un mecanismo que cumple funciones intrínsecamente sociales, donde la comunicación a través de éste promueve la formación, cohesión y pertenencia a una comunidad, la misma que provee al ser humano de las interacciones vitales para la sobrevivencia.

Otro planteamiento interesante de abordar en relación a la evolución social del ser humano es la que propone Michael Tomasello respecto a qué hace a los humanos ser humanos. Este psicólogo plantea que “el reconocimiento de las intenciones de los demás, y [la] capacidad de aprender a partir de la cultura que […] precede es lo que […] hace distinto [al ser humano] de los demás primates” (Elgier, 2009, p.602). En esta hipótesis se sugiere que el componente social es clave para lograr preservar el sentido de comunidad propio del ser humano, tanto a través de la comunicación efectiva, como del entendimiento y aproximación a los propósitos de los demás miembros de la comunidad. El sentido de colaboración es lo que hace al ser humano un ser social en todo su espectro, ya que, sin colaboración, no hay comunidad. Tomasello a su vez da un especial énfasis a la importancia del uso de la palabra para generar interacciones sociales, dado que es a través del lenguaje donde el ser humano logra construir, desde una muy temprana edad, “las representaciones cognitivas flexibles y multiperspectivistas que le dan a la cognición humana un carácter distintivo” (Elgier, 2009, p.602). Dicho esto, en otras palabras, el lenguaje y desarrollo de éste es lo que permite que el ser humano sea capaz de utilizar la percepción para aplicar el razonamiento, resolver problemas, prestar atención a los demás, tomar decisiones, y reconocer los sentimientos propios y de los demás miembros de la comunidad.

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