Noruega; Un Modelo Olvidado

Noruega, país conformante de la península escandinava, albergue de paraísos naturales, seno de individuos y comunidades dignas de ser recordadas y cuna de los derechos de la mujer. Es un país que a pesar de estar ocho mil cuatrocientos kilómetros de Cali, es un destino que no puede faltar en el itinerario de un viaje a Europa. De Noruega no se oye recurrentemente, no porque sea un lugar anodino sino porque es un sitio totalmente ajeno a lo que la mayoría está acostumbrado a visitar.

En esta nación no se va a encontrar nada parecido a lo moderno y ajetreado de Estados Unidos, el clima tropical de Sao Paulo o lo rustico y salvaje de la amazonia. Pero en cambio, Noruega es un país donde la calma, la armonía con la naturaleza y lo tradicional se encuentra a donde se mire. Gracias a su figura, cubre varias latitudes siendo la razón de la diversidad de climas y ambientes que dan lugar a más de sesenta mil especies de fauna y flora tanto en aguas como en tierra.

Icono de su geografía, son los fiordos que a razón del derretimiento de antiguos glaciares combinados con las aguas saladas del mar superan los mil metros de profundidad. Para muchos, observarlos no es suficiente. Para vivirlos se puede elegir entre un recorrido desde la comodidad de un crucero, o mediante un paseo en kayak desde el cual la imponencia de los picos que rodean las celestes aguas lo harán sentir insignificante pero de alguna forma, abrazado y acogido por su calma.

Remontándose a los albores del país como hábitat de la humanidad, Noruega sirvió inicialmente de hogar para los vikingos quienes siglos antes de la colonización de la Europa renacentista, se pasearon los mares teniendo a Escocia, Inglaterra, Irlanda y Francia como objetivos de apoderamiento. Se han encontrado evidencias científicas de que siglos antes de Colón, los mismísimos Vikingos tocaron tierras Americanas. Quien diría que en realidad le deberíamos acreditar el descubrimiento de nuestro continente a los hijos de un país del que poco sabemos.

Más adelante, cuando las divisiones políticas se establecieron y las monarquías gobernaron Europa, Noruega participo en diversas uniones pacíficas con Suecia y Dinamarca. Pronto, la unión se disolvió y en cuanto Noruega prosperó económicamente, Suecia inició una invasión en el año 1813. Dado que la población noruega era principalmente granjera, el dominio sobre el país fue inminente. A finales del siglo XIX Noruega logró la independencia y desde entonces se ha reconocido como un país pacífico y autonómico quien no participò en la Primera Guerra Mundial, y cuyo rol en la Segunda fue el de un país conquistado por los Nazis.

Al momento de sentarse en la mesa, Noruega ofrece una extensa variedad de platos cuyo único propósito es deleitar. Entre ellos se destacan el Laks que se compone de salmón ahumado a la plancha, el Lutefisk elaborado con bacalao, como acompañamiento la carta está colmada de diversas sopas de pescado, guisos de cordero y albóndigas. Como pasabocas es altamente recomendado probar el Rackfish que es básicamente trucha fermentada. Las recetas a base de pescado son la especialidad de la gastronomía noruega debido al extenso contacto marítimo poblado con una gran variedad de mariscos.

Cuando de cultura se trata, los noruegos sobresalen por lo tradicional de sus fiestas que se llevan a cabo desde hace siglos con los mismos protocolos. Entre ellas está la del 17 de mayo, Día de la Constitución, en el cual las calles se acaudalan de ciudadanos patriotas vestidos con el Bunad, su traje tradicional y símbolo de su identidad y cultura. Con respecto a la infraestructura, sobresalen las iglesias denominadas Starvkirke. Mientras en

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