Nuevos Paragigmas Del Educando En El Aula
memito109927 de Julio de 2011
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MÓDULO II EDUCACIÓN
TEMA 3. NUEVO PARADIGMA EN LA AULA
3.1 Educación Apropiada al Alumno Singular (EAAS)
3.2 Aplicación en el aula
3.3 El proceso de aprendizaje
3.4 Competencias docentes
3.5 Competencias del educando
3. Nueva paradigma docente
El desafío más importante para el sistema educativo mexicano es educar a sus ciudadanos en un nivel de excelencia, porque una democracia funciona mejor cuanto más activa e informada es la participación de todos sus ciudadanos. Las sociedades democráticas necesitan un tejido social fuerte basado en la confianza en las personas y en las instituciones; por ello, la baja escolaridad debilita la capacidad de ejercer la ciudadanía.
En un estudio internacional llevado a cabo en 48 países, sobre los factores que influyen en las actitudes políticas de las personas, se descubrieron diferencias significativas entre personas de distintos niveles educativos, siendo más democráticos los que tenían mayores niveles de escolaridad.
En investigaciones semejantes realizadas en varios países de América Latina, entre ellos Chile, Costa Rica y México, se observaron relaciones pa¬recidas: quienes tienen educación superior manifiestan más confianza hacia los demás, y la confianza interpersonal es un elemento de predicción importante de la orientación democrática de las personas.
Una segunda razón para educar a todos los ciudadanos es que hacerlo incrementa las oportunidades de fortalecer los sectores productivos. Esto da a los empresarios la oportunidad de establecer industrias cuya com¬petitividad se base en su alto valor agregado y no en los bajos costos de la mano de obra.
La industria con mano de obra barata que logró mayor participación en la economía global en las últimas dos décadas, se ha desplazado a China y a otras naciones de Asia.
Una tercera razón para la educación ciudadana es el logro de la solidaridad social y la posibilidad de que todos tengan iguales oportunidades en la vida. Percibir que tal aspiración está a nuestro alcance fomentará la cohesión social y contribuirá a la paz y a la legitimidad del estado.
Finalmente, como en México los grupos de pocos ingresos tienen menos oportunidades educativas, al mejorar la calidad de las escuelas en donde estudian los hijos de familias de escasos recursos, contribuirá a la equidad social, al desarrollo sociocultural y a la profundización de la democracia en el país.
Del certificado al conocimiento
La razón para educar con niveles de excelencia es que en las sociedades donde la competitividad se basa en el conocimiento, lo que cuenta son las habilidades y la disposición de la persona más que los certificados educativos. No es el caso de México, donde muy pocos estudiantes de 15 años o mayores tienen competencias comunicacionales, matemáticas o científicas de alta calidad.
El reciente estudio del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA, por sus siglas en inglés), llevado a cabo en países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), reveló que menos de 1% de los estudiantes mexicanos puede, a los 15 años de edad, contestar adecuadamente preguntas que requieren competencias lectoras de alto nivel, idispensables en economías basadas en el conocimiento. En Canadá 17% de los estudiantes pueden contestar este tipo de preguntas, y 12% en Estados Unidos. Entre los treintaiún países que participaron, sólo los estudiantes de Brasil, país con el récord de desigualdad en América Latina, tienen un nivel ligeramente peor que el de México.
Ahora bien, al afirmar que la escuela debe servir para desarrollar competencias sanas y productivas, hay que determinar cuáles son. Desde luego, es necesario que los estudiantes sepan leer y escribir bien, tengan habilidades de razonamiento aritmético y científico de alto nivel, conozcan la historia y la geografía, sepan trabajar en grupo y resolver diferencias de manera pacífica y constructiva y quieran conocer la relación entre el desarrollo del país y los sucesos internacionales que le afectan.
Plantear como objetivo fundamental una educación de excelencia, significa también desarrollar habilidades artísticas, físicas y de movimiento, a través del deporte; además de las cognoscitivas, emocionales y sociales. Todo ello con la finalidad de saber pensar por cuenta propia, comunicarse en forma adecuada, tener acceso y utilizar el conocimiento disponible sobre diversos temas. En pocas palabras: aprender continuamente y trabajar con los demás.
El promedio de escolaridad en México, de siete años, es de los más bajos en los países de la OCDE y en los países con un nivel de desarrollo comparable en América Latina. En Argentina esta cifra es de diez años; en Chile y Uruguay, de nueve.
Enseñanza adecuada
¿Por qué no aprenden los niños mexicanos? La encuesta de la Secretaría de Educación Pública (SEP, 1998), que formó parte de un estudio inter¬nacional en América Latina sobre las condiciones y la calidad de la educación, refleja la percepción de los estudiantes acerca de la enseñanza de sus profesores y examina algunas correlaciones entre las habilidades de la lectoescritura de los niños.
Una de las razones por la cual los estudiantes no aprenden a leer es que sus profesores no les enseñan bien. Al preguntar a alumnos de tercero y cuarto grado de primaria si comprendían las explicaciones del maestro, sólo tres de cada cinco contestaron afirmativamente. En las escuelas rurales el porcentaje de estudiantes que entiende las explicaciones de sus maestros es aún menor.
La forma de explicar de los maestros está fuera del alcance de 40% de los niños, casi la mitad; y lo más grave, quienes menos entienden son los menos inclinados a pedir ayuda adicional del maestro. Al preguntar qué les gustaba más de la escuela, menos de una cuarta parte mencionó como primera opción las lecturas o las explicaciones de sus profesores. Apenas 14% contestó “aprender”, mientras 60% se refirió al deporte.
Las limitadas oportunidades para leer se relacionan también con la carencia de materiales de lectura en los hogares y con la infrecuente práctica de que los padres lean a sus hijos. En la mitad de los hogares de los alumnos de las escuelas públicas hay menos de diez libros para leer. Esta carencia de materiales de lectura hace muy valioso en nuestro país el Programa Nacional de Libros de Texto y los programas que proporcionan material de lectura a las escuelas.
La pedagogía que utilizan los maestros en las escuelas primarias de México no es efectiva para una tercera parte de los estudiantes. Un buen número de los alumnos no encuentra estímulos en las lecturas de sus profesores. Y los ambientes escolares no promueven lo suficiente el interés por la lectura y el desarrollo de competencias lectoras efectivas.
Las débiles competencias pedagógicas de los profesores se reflejan no sólo en la manera de enseñar a leer y escribir, sino en la incapacidad de crear climas de aprendizaje respetuoso donde los estudiantes adquieran habilidades interpersonales fundamentales para la convivencia democrática.
Confiar en los demás
Una de las disposiciones esenciales para la vida en democracia es la capacidad de confiar en los demás. En la encuesta mencionada un porcentaje muy elevado de estudiantes, una tercera parte, dijo que no confiaba en los maestros; un porcentaje mayor dijo que sólo confiaba en ellos de vez en cuando. Sobre sus relaciones con los compañeros, la gran mayoría comentó que los compañeros los molestaban. Sin embargo, a pesar del deficiente clima social de las escuelas, la mayoría de los estudiantes señalaron que tenían buenas amistades entre sus compañeros. En relación con lo que menos les gusta de la escuela, uno de cada cuatro dijo que sus compañeros, y uno de cada diez, que sus maestros y directores.
En síntesis, en un número considerable de escuelas, a los ojos de los estudiantes la convivencia es deficiente, no hay respeto, hay demasiada violencia, las relaciones interpersonales son malas y, en consecuencia, no existe un clima propicio para el desarrollo de habilidades fundamentales en estilos de vida democráticos, donde se respete a los otros, se valoren las diferencias como fortalezas y se sepa negociar de manera pacífica y productiva.
Independientemente del papel que juegan los aspectos estructurales, las condiciones de crianza temprana o las neurológicas, es responsabilidad de los educadores analizar cómo están enseñando e indagar qué ambientes sociales y emocionales contribuyen a la educación con altos niveles de excelencia.
Repensar la formación docente
Lo esencial es repensar la formación docente, tanto en sus propósitos como en sus métodos. Los propósitos han de llevar a una actividad profesional muy especializada, donde el objetivo sea formar docentes de alto nivel, no técnicos, burócratas o funcionarios, sino docentes con capacidad de juicio crítico, con las competencias para educar, con una instrucción diferenciada que responda a las características de cada niño (a).
Esto requiere de competencias para conocer a los estudiantes, comunicarse con sus familias en forma respetuosa y trabajar en equipo. Exige conocimientos sobre los contenidos
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