La Vida En El Aula

La vida en el aula

El grupo es, en términos de sociología y de psicología es un conjunto de personas.

Grupo estructurado: esta ideología se desarrolla cuando los miembros del grupo actúan en tareas comunes y al mismo tiempo la ideología termina siendo, hasta cierto punto, peculiar a ellos como miembros del grupo y los delimita de otras agrupaciones.

Grupo no estructurado: es aquel que se haya constituido por personas que no reúnen las características que hemos definido antes, como por ejemplo personas que viajan en un mismo avión o personas que se reúnen para ver un incendio.

La historia personal, escolar y la grupalidad

la monotonía cotidiana

la asistencia de los niños a la escuela es una experiencia tan común en nuestra sociedad, que raras veces nos detenemos a pensar que será de ellos cuando lleguen a sus clases.

los padres de familia les interesa saber qué tal le va a su hijo en la escuela, pero ellos se interesan más por la superficie de la vida escolar que por su contenido real.

También los profesores se interesan por un aspecto muy limitado de la experiencia escolar del niño. Los profesores como los padres, raras veces se detienen a considerar la importancia de miles de episodios insignificantes que, unidos, constituyen la rutina de la clase.

El niño es, asimismo, poco selectivo, también para él, el día a quedado reducido a un pequeño número de acontecimientos significativos, tales que no les servirían para responder a preguntas convencionales.

Este interés por los acontecimientos más destacados de la vida escolar es comprensible desde el punto de vista de la atención humana.

En lo que a la configuración y al sentido de nuestra vida se refiere, estos acontecimientos que casi siempre silenciamos pueden tener tanta importancia como los que recordamos.

La rutina, la monotonía y el molesto “lo de siempre” pueden colocarse con acontecimientos que iluminan una vida que de otro modo seria oscura, pero esta monotonía de nuestra vida cotidiana encierra una potencia demoledora propia.

La escuela es un lugar en que se aprueba o se suspende, se aprende, encontramos amigos o enemigos, desatamos nuestra imaginación, pero también en la escuela bostezamos, pintamos sobre la tapa de los pupitres y pasamos al último banco, ambos aspectos de la vida escolar nos son familiares a todos, pero los últimos, aunque solo sea por la oscuridad en los que los sumergimos, parecen merecer más atención de la que les dedican hasta ahora los profesionales de la educación.

Para apreciar la importancia de los acontecimientos triviales de la clase hay que tener en cuenta la frecuencia con que ocurren, la uniformidad del entorno escolar y la obligatoriedad de la asistencia diaria.

Por otro lado, el hecho de que los alumnos pasen los seis anos de los estudios primarios en espacios coloridos y elegantes no es tan importante como el hecho de que el entorno en que se desenvuelve sea muy estable.

Hay otro hecho en la vida del alumno que los profesores y padres de familia prefieren silenciar, al menos delante de los alumnos. Y el hecho es que los jóvenes tienen que estar en la escuela.

Otro rasgo de la vida escolar que no aparece en las conversaciones de los alumnos, mas sin embargo son tan reales, en cierto sentido, comprenden tres hechos con los que hasta el más pequeño escolar tiene que aprender a enfrentarse y que pueden describirse con tres palabras clase: grupo, evaluaciones y poder (autoridad)

Aprender a vivir en una clase implica, entre otras cosas, aprender a vivir en grupo. La mayor parte de las cosas que se hacen en la escuela se hacen en colaboración con otros y este hecho tiene una influencia determinante en la vida del alumno.

No menor importancia tiene el hecho de que la escuela es fundamentalmente un lugar en el que se evalúa la actividad del alumno, la adaptación a la vida escolar le exige al alumno acostumbrarse a vivir sujeto constantemente a la evaluación de otras personas.

Finalmente, se establece claramente una división entre débiles y fuertes. Los profesores son más fuertes que los alumnos en el entendido que tienen más responsabilidad en la configuración de los acontecimientos de la clase y esta autoridad es otro condicionante de la vida escolar ante la cual tienen que reaccionar los alumnos.

Todo el que se dedica a la enseñanza sabe que la clase implica mucho trabajo.

Para comprender el significado que esta actividad encierra para quien la desarrolla podemos fijar nuestra atención en el profesor en cuanto canalizador del intercambio social de la clase.

Es evidente que si queremos alcanzar los objetivos de la enseñanza y evitar el caos social, no tenemos más remedio que imponer ciertos controles.

Para concluir he aquí cuatro rasgos poco comentados de la vida en la clase que su frecuencia y omnipresencia impiden que las ignoremos: espera, frustración, interrupciones y distracción hacia el grupo.

En primer lugar tenemos

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