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PROYECTO DE EDUCACION VIAL “Entre todos...andamos más seguros”

anaherrera_74Tarea15 de Abril de 2019

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PROYECTO DE EDUCACION VIAL “Entre todos…andamos más seguros”

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DOCENTES

Nivel Inicial:                                                        Nivel Primario                        

Durando, Alejandra Beatriz                                    García Jésica                                            Rudisi, María Florencia

García, María Victoria                                             Herrera, Ana del Milagro                       Martínez, Vanina

            Ragona, Cintia                                                          Soler, María Soledad                               Pareja Pedagógica: Karina Asrin

        Vaca, Adriana                                                           Tavano, Daniela                            Áreas Especiales: Ilardo, Favio

                                                                                                                                                                       Primus, Julio

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Eje: Conocer los diferentes comportamientos y elementos que

componen el mundo vial desde la perspectiva del peatón, el conductor

y el viajero.

Resumen

La Educación Vial debe apelar al desarrollo de los alumnos como ciudadanos; y a la vez, reclamar la adquisición de aprendizajes de observación, conductas de autoprotección, solidaridad, respeto, convivencia, y superación de conflictos en distintos espacios y roles de acuerdo con el nivel de desarrollo evolutivo.

Con el objetivo de lograr que los alumnos como ciudadanos se involucren en un proyecto escolar que promueva el cuidado de la vida como el bien más preciado, genere valores y actitudes responsables compartidas, desarrolle comportamientos ciudadanos y viales adecuados, y fomente el sentido seguridad de las personas en las calles como peatones y como conductores de vehículos; concibiendo la vida como valor primordial.

Actores que planifican        

Equipo docente, no docente y equipo de gestión institucional.

Fundamentación

La Educación Vial hace referencia tanto al conocimiento de normas (que regulan la circulación) y señales (que emiten un mensaje dirigido a los usuarios de las vías) como al comportamiento ciudadano responsable y ético. En este último ámbito, se destaca la valoración, utilidad personal y relevancia social que cada persona asigne a la Educación Vial, como base indispensable de una adecuada formación.

La propuesta educativa, entonces, ha de orientarse a que las normas legales existentes sean interiorizadas y asumidas como un conjunto de valores que ordenan la convivencia ciudadana, para lograr mayores niveles de calidad de vida para todos. En consonancia con esta perspectiva, los Núcleos de Aprendizajes Prioritarios acordados para Formación Ética y Ciudadana, establecen –entre las expectativas de logro- “la reflexión en torno a la dimensión ética, política e intercultural de saberes de las diferentes áreas y de temas transversales como: Educación Ambiental, Educación Vial, Educación Cooperativa, Educación Sexual, Educación para la Paz, Educación para la Salud, Educación Tributaria y Educación para el Consumo, entre otras”. En dicho documento, dentro del eje EN RELACIÓN CON LA CIUDADANÍA, LOS DERECHOS Y LA PARTICIPACIÓN, se consignan como núcleos de aprendizajes prioritarios:

  • El reconocimiento de la existencia de normas que organizan la vida en sociedad, así como la reflexión grupal sobre la necesidad e importancia de las mismas. El conocimiento de las normas y señales de tránsito básicas, para la circulación segura como peatones y como usuarios de medios de transporte en la vía pública.
  • El conocimiento y la comprensión de la importancia del respeto por las normas y señales para la circulación segura por la vía pública, como peatones, pasajeros o conductores, diferenciando actitudes prudentes e imprudentes.

Así, “el respeto a la normativa vial y la responsabilidad en el tránsito se resignifican en este marco, entendiéndose como parte de un ejercicio cívico conciente, activo, constructivo; y la educación vial como parte de la propuesta escolar se integra, de esta manera, en un horizonte de sentido mayor: la formación del ciudadano.”[1]

Problema

En los horarios de ingreso y egreso a la jornada escolar se presentan constantes situaciones alarmantes: autos estacionados en lugares inadecuados, familias movilizándose sin protección en motocicletas y en automóviles, alumnos y padres cruzando sin respetar las sendas peatonales, etc. Estas conductas sin duda, manifiestan una falta de concientización sobre la importancia de respetar  normas viales.

El siguiente proyecto surge como respuesta a la prevención posible  de accidentes, educar al peatón al circular por la vía pública instalando en los docentes de esta institución una mirada diferente respecto de la conducción como usuarios de la vía pública.

Con esta visión, al analizar la realidad de nuestra escuela, advertimos la necesidad de instalar este tema dada la falta  de conocimiento y la práctica consciente de conductas inadecuadas.

Teniendo en cuenta lo expresado, surgen las siguientes preguntas problematizadoras: ¿Cómo aportar desde la educación vial en la implementación de estrategias para adquirir una cultura del respeto por el otro en el contexto del tránsito urbano? ¿Cómo  lograr  el  compromiso  y la  concientización  de  los alumnos  con relación a la seguridad vial?

Relacionar la ciudadanía con la construcción del espacio público como uno de los mayores desafíos que nos estamos proponiendo.

Ya que sabemos que, como ciudadanos, nos movemos en un espacio que es social. Nuestro transitar ocurre en un tiempo y un espacio en el que también se mueven otros y nuestro andar influye en (y es influido por) el desplazamiento de los demás ciudadanos. Este movimiento (de uno, de otros, de muchos) es constitutivo del espacio público; es parte de la vida de las sociedades y en este sentido, puede analizarse y comprenderse, indagando en los elementos antropológicos, geográficos, sociológicos, y/o tecnológicos de cada comunidad, en un momento histórico definido.

Por lo tanto, podemos decir que la forma en que nos conducimos por el espacio público es una construcción cultural, que, en tanto pauta de interacción social, se transmite de generación en generación y, por ello mismo, puede modificarse.

A partir de allí fue aumentando la convicción acerca de qué las mejores condiciones de tránsito; redundan en una mayor calidad de vida; convencernos de esto requiere de un cambio cultural y que ese cambio es posible y urgente. Por último, existe una mayor conciencia de que dicho cambio cultural está asociado a un mejor y más amplio aprovechamiento del espacio público y por ende, a un mejoramiento de la propia ciudadanía

Esto implica preguntarnos: ¿Cuáles son las nuevas formas del espacio público? ¿Qué rol tiene la escuela en la configuración misma de ese espacio? (Cullen, 2001).¿ Cómo podemos implicarnos e implicar a las nuevas generaciones en un cambio de actitud a la hora de transitar por la vía pública?

Sostenemos que la educación vial inscripta en la educación ciudadana,

Es responsabilidad de todos los adultos de la sociedad y en particular de los docentes, en las escuelas. Afirmamos que es necesario trabajar desde las escuelas para reconfigurar el espacio de circulación que compartimos, para desnaturalizar las prácticas de tránsito, hacer visible el papel fundamental de la intervención humana en ese contexto y recuperar el sentido social del cuidado de sí mismo y del otro, en la vía pública.

Nivel de análisis del problema        

¿Por qué enseñar educación vial?

Hoy vivimos tiempos en que el país se encuentra conmovido por situaciones ligadas a la seguridad vial que nos exceden como individuos y nos exhortan fuertemente como comunidad. Miles de vidas humanas se pierden, víctimas de accidentes de tránsito cuya gravedad se multiplica dolorosamente en la expresión de los medios masivos de comunicación y en la experiencia vital de cada uno de nosotros. El campo educativo no está ajeno a esta experiencia: estudiantes, docentes y padres han sido víctimas de tragedias que en muchos casos podrían haberse evitado.

Así como el Estado es el encargado de diseñar un sistema de tránsito y de circulación eficiente y seguro, de garantizar las condiciones mínimas de movilidad, y de ejercer el control y la sanción en los casos de incumplimiento de la normativa que regula dicha circulación, creemos que también es responsabilidad del Estado promover e impulsar una nueva cultura vial a partir del sistema educativo, que apunte a mejorar la calidad de vida de todos los ciudadanos. Esto implica asumir de manera central la tarea de formar a los ciudadanos en aquellos conocimientos, actitudes y valores que son esenciales para la toma de  conciencia individual, la comprensión de la importancia de asumir un cambio de conducta que permita prevenir los siniestros viales y reflexionar sobre las causas que provocan los altos índices de siniestralidad.

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