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barbarroja66Resumen20 de Septiembre de 2018

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Unidad 1 – El Conocimiento

Son varias las definiciones de conocimiento encontradas en la literatura y diferentes formas de calificarlo. Intentaremos realizar un pequeño análisis sobre las características que tornan el conocimiento valioso y que demuestran su complejidad:

En el siglo XX, en el marco de la Gestión del Conocimiento (GC), el conocimiento pasó a ser entendido como “una combinación fluida de experiencia condensada, valores, información contextual e insight experimentado, la cual proporciona una estructura para la evaluación e incorporación de nuevas experiencias e informaciones” (DAVENPORT y PRUSAK).

Sveiby sistematiza la definición de conocimiento, definiéndolo como capacidad de acción.

Nonaka y Takeuchi señalan que no existe una definición única para el conocimiento. Destacan que el conocimiento, a diferencia de la información, está relacionado a la acción, siendo una función de actitud, perspectiva o intención específica.

Existe un consenso entre varios autores: que el conocimiento reside en la cabeza de las personas, resultado de la experiencia humana y de sus reflexiones basadas en creencias y experiencias que son, al mismo tiempo, individuales y colectivas. Y para que la información se transforme en conocimiento, es necesaria la mediación de las personas, pues ocurre adentro de ellas (procesos mentales) y entre ellas (procesos mentales + comunicación), a nivel informal o de rutinas organizacionales.

Veremos más adelante que Nonaka y Takeuchi clasifican el conocimiento como explícito y tácito. Estos autores tratan el conocimiento en dos dimensiones:

  1. La dimensión ontológica, en la cual el conocimiento solamente es creado por individuos, dado que las organizaciones no pueden crear conocimiento por sí solas, sino proporcionar contextos para la creación del conocimiento.
  2. La dimensión epistemológica, basada en la distinción establecida por Michael Polanyi entre conocimiento tácito y explícito. El conocimiento explícito o codificado se refiere al conocimiento que es fácilmente transmisible en lenguaje formal, sistemático: es formalizado en manuales, procedimientos, guías y otras formas de registro. El conocimiento tácito es personal, inherente al individuo y fruto de sus experiencias. Choo advierte que si el conocimiento tácito permanece guardado como know-how personal, este tiene poco valor para la organización.

Para reflexionar: Stewart, afirma que el conocimiento es más valioso y poderoso que los recursos naturales.

Esta perspectiva está vinculada a la convicción consolidada a mediados del siglo XX de que el valor de mercado de las empresas, tiende a ser sobre-evaluado en función de sus activos intangibles, en detrimento de los recursos naturales. Lamentablemente, aún hoy son innumerables los defensores de esa teoría.

Tema I: Un acercamiento al CONOCIMIENTO

Revisaremos sintéticamente conceptos prestados de la filosofía, ciencia política, psicología, sociología de las organizaciones y epistemología.

1.1. Conocimiento(s)

Antes de adentrar en la Gestión del Conocimiento vamos intentar acercarnos a lo que se entiende por Conocimiento.

Una definición que aún es aceptada, fue desarrollada por Sócrates, y surge en diferentes diálogos de Platón. Fundamentalmente se basa en la característica “tripartita” del conocimiento: una opinión verdadera justificada.

En las palabras de Teeteto, “la opinión verdadera acompañada de razón, es conocimiento, y desprovista de razón, la opinión está fuera del conocimiento”. En Mênon, Sócrates dice que el conocimiento se distingue de la opinión correcta por su encadenamiento racional.

El pre-socrático Empédocles creía (opinión) que el Cosmos fue creado en una gran explosión (tal creencia es considerada verdadera según la concepción actual del Big Bang), pero él no tenía justificación apropiada para tal creencia (pues no tenía cómo observar el movimiento de las galaxias distantes, como Edwin Hubble lo haría en 1929). Así, su tesis cosmogónica, ¿no sería conocimiento?

Analicemos un poco más a fondo la definición tripartita de conocimiento:

  • Primero, habría que considerar qué es “opinión: ¿Una “creencia”, una “convicción”, o “certeza psicológica”?
  • En segundo lugar, consideremos la expresión “verdadera”. ¿Qué es la verdad?
  • En tercer lugar, sería necesario discutir que significa la expresión “justificada” o “acompañada de razón”. Este punto es el más discutido por los autores modernos: ¿En qué consiste la “evidencia” en favor de una opinión?

En contraposición a la definición de conocimiento como “una opinión verdadera justificada”, nos encontramos con la afirmación de que “conocer es elaborar un modelo de realidad”.

En ese sentido, tres elementos son necesarios para producir conocimiento:

a) El sujeto, que conoce.

b) El problema o una porción de la realidad, aquello que el sujeto intenta conocer.

c) La imagen mental en forma de opinión, idea o concepto que resultan de la relación sujetos-porción de la realidad, que pasa a habitar los conflictos entre subjetividad y objetividad.

En este proceso, dado que las personas son pensantes-sintientes-comunicantes, ellas articulan sentimientos y pensamientos que transmiten por medio del lenguaje simbólico que puede ser oral o escrito, verbal o no-verbal.

A través de estas formas de lenguaje simbólico las personas producen y vehiculizan informaciones, conocimientos y saberes. Las informaciones se registran en formatos palpables. El conocimiento como proceso objetivo-subjetivo está en continua reelaboración. Se podrían definir los saberes como aquellas informaciones y conocimientos que las personas movilizan para relacionarse con el mundo.

Por medio de dichas relaciones las personas cognoscentes buscan comprender, representar y explicar los problemas-porciones de la realidad. A eso, llamamos conocimiento, ese producto de la inteligencia simbólica humana por medio de la cual lo múltiplo gana una cierta unicidad.

Como síntesis recordamos a Chauí: “La inteligencia simbólica de los hombres y mujeres les permite problematizar su entorno físico, político y cultural

Es la inteligencia simbólica, lo que posibilita al ser humano pensar, sentir, problematizar y tomar decisiones, ofreciéndole la posibilidad de producir una gama variada de conocimiento.

El lenguaje simbólico fue además la condición necesaria para la aparición de otros tipos de inteligencia:

la inteligencia lógico-abstracta o conceptual y

la inteligencia social o cultural.

El lenguaje humano es simbólico, convencional, articulado y creativo.

El saber popular:

Se basa en la vivencia espontánea. Este saber tiene como característica la no-sistematicidad, no está producido con base en procedimientos metodológicos, sino en aprendizajes y prácticas culturales; es lo que llamamos saber empírico o sentido común.

Conocimiento Mítico:

Por otro lado, el conocimiento mítico se trata de una modalidad de conocimiento basado en creencias de modelos naturales y sobrenaturales que dan sentido a la existencia y al quehacer.

Saber Teológico:

Si el saber cultural se basa en la experiencia espontánea de su entorno y el conocimiento mítico se fundamenta en creencias de modelos naturales y sobrenaturales fuera de la lógica racional, el saber teológico se fundamenta en la fe. Sus verdades se caracterizan por ser indiscutibles, incuestionables. Si así son, la razón no necesita comprender sus dogmas, sino aceptarlos.

Conocimiento Filosófico:

El conocimiento filosófico apela a la razón y se basa en la especulación en torno a lo “real”. Tiene como meta la búsqueda de la verdad. Es sistemático, pero no es experimental. Es producido según el rigor lógico que la razón exige de un conocimiento que busca la “verdad” de lo existente.

Conocimiento Científico:

El conocimiento científico es sistemático, metódico y no es realizado solamente en la lógica racional. Él prevé, además, experimentación, validación y comprobación. Así, el conocimiento científico posibilita al ser humano elaborar instrumentos a ser utilizados para actuar sobre la realidad y transformarla.

Conocimiento Técnico:

El fundamento básico del conocimiento técnico es el saber hacer. Es especializado y específico. Se esmera en la aplicación de todos los demás saberes que le pueden ser útiles.

Sin embargo, la sobrevaloración de la técnica puede llevar a un activismo que coloque en segundo plano las actividades de pensar y de comprender los "porqués".

Saber de las artes:

Las artes y los saberes que ellas posibilitan estimulan los sentimientos y la intuición racional-emocional humana. El saber de las artes busca lo bello, valorizando las experiencias estéticas, es la finalidad mayor de todo aquello que se produce en términos de artes y sin las cuales el ser humano se ve empobrecido y empequeñecido.

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