SALUD Y EDUCACIÓN PARA LA SALUD

Resumen Salud y Educación

La pedagogía es la ciencia de la profesión docente, su estudio gira en torno a definiciones como la educación, enseñanza y formación. Las comunidades científicas no han alcanzado un consenso sobre el valor de la pedagogía en la educación, cabe destacar que la formación es una constante de la educación que consiste en un proceso de humanización que conlleva a niveles autonomía, inteligencia y solidaridad. Todo plan que se ejecute en las actividades escolares pedagógicas para que sea sinónimo de formación, debe estar encaminado a la humanización del alumno; para lograr lo anterior se debe proponer a erradicar rutinas escolares que son obstáculos para alcanzar el objetivo de la formación pedagógica.

Las dimensiones de la formación pedagógica constituyen los ejes de la evolución de la vida. Al profundizar en las dimensiones, podemos comprender que la universalidad permite la interacción del ser humano con otras culturas y entornos, comprometiéndonos con la humanidad planetaria y la supervivencia. La autonomía es la liberación que implica la autodeterminación consciente lo cual conlleva a la toma de decisiones propias y libres, a sabiendas de las restricciones que propone la realidad social y natural. La inteligencia es la capacidad de captar, analizar, sintetizar y argumentar la información es una dimensión que desarrolla el hombre a escala individual y colectiva. Promover la calidad de la información permite al individuo estabilizar su desarrollo y progreso.

El desarrollo como potencial humano, posibilita a los educandos el crecimiento de su inteligencia con el fin de que el docente le ayude a vencer sus dificultades comprensivas y así estimular su búsqueda de conocimiento para adquirirlo, construirlo y reconstruirlo. La diversidad integrada como dimensión es la fuerza evolutiva del universo captada en el hombre resaltado en la racionalidad mediante el lenguaje. Esta dimensión promueve la identidad humana con el fin de reconocer su humanidad común y la diversidad inherente para reconocernos como ciudadanos del planeta Tierra.

Los principios pedagógicos, derivados de la formación son la base de toda estrategia pedagógica y han sido probados por los docentes y pensadores de la pedagogía, lo cual no quiere decir que estos principios sean absolutos, pues están expuestos a la refutación y correcciones para llegar a otros consensos. En el principio del afecto, integrar lo cognitivo con lo afectivo se refiere no solo a una necesidad sino que el calor humano en el aula, incentiva el aprendizaje y la formación de los estudiantes. Este principio reconoce en la afectividad el fomento del desarrollo y la creatividad, lo cual se convierte en un principio pedagógico que requiere reciprocidad del maestro que estimule el autoestima del estudiante, la cual interviene en la regulación de los procesos cognitivos.

La experiencia natural, define que el aprendizaje del alumno depende de la estructura cognitiva previa y su grado de estabilidad. Igualmente, la motivación al aprendizaje la determinan la conexión entre el proceso formativo y las necesidades e intereses de los estudiantes. El entorno del aprendizaje indica el medio cultural, social y familiar al que pertenece, con el fin de tomar ese entorno como punto de partida para no infligir en cuanto a sus creencias, costumbres, prejuicios, etc., y de este modo planear su ambiente de aprendizaje estimulante, cómodo y estético para influir satisfacción en el comportamiento del educando. En el desarrollo progresivo se reconoce que la formación es un proceso constructivo en el cual se requiere de la implicación activa y consciente del sujeto, es un proceso interior porque no es adquirido ni se transmite, es progresivo porque suceden estados cada vez más complejos durante la evolución del individuo y es diferenciado porque reconoce la realidad única de cada persona que le rodea. La actividad indica que la mejor formación no se recibe adquiriendo pasivamente conocimientos sino actuando reflexivamente sobre la propia vida, construyendo al sujeto a partir de la interacción con otros sujetos y el mundo. El buen maestro es el aliciente que estimula la superación y critica, para elevar el potencial de desarrollo del alumno, que lo lleve a nuevos horizontes en base a su sabiduría y compromiso. La enseñanza lúdica, toma el juego como principio pedagógico para generar una experiencia original que forma a los jóvenes sin la seriedad académica, llevándolos a propiciar su formación en creatividad.

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