Sobre la familia chilena del siglo xxi

Sobre familia chilena del siglo XXI

La familia constituye la unidad básica de la sociedad puesto que es la primera relación social que establecemos, existe desde siempre, hasta los nómades establecían sus familias y con ellas recorrían buscando alimento y techo¹. Una relación similar se establece hoy en la actualidad, la familia es la que provee al individuo de las necesidades básicas como alimento, amor y vivienda. Esta relación se establece culturalmente bajo el vínculo hombre y mujer, el cual bajo un contrato social que es el matrimonio establecen un acuerdo de convivencia en el cual ellos (mujer y hombre) son las cabezas de la familia, los que proveen de alimento y sustento a esta familia. Este vínculo tiene excepciones, ya que también existen familias de padre y de madre ausente, la primera es más generalizada, ver a las mujeres hacerse cargo de sus hijos y siendo el sustento único del hogar.

Hoy en día vemos como estos dos fenómenos sociales, familia y matrimonio, han ido evolucionando. ¿El matrimonio como contrato social está en crisis?, los hijos nacen antes del matrimonio, y este ya no es una obligación para vivir juntos y formar una familia. Según Stephanie Alenda: “No hay crisis del compromiso en sí, el matrimonio no está en crisis, una gran mayoría sigue considerando que el matrimonio no es una institución pasada de moda, pero hay ciertos cambios que conducen las personas a optar por otras formas de unión”. Estos cambios se observan en la población más joven, favorable a legalizar las uniones de parejas del mismo sexo.² Las familias ya no son solo hombre y mujer, sino que se está dando paso a crear familias de dos padres o dos madres, aunque para el resto de la población conservadora esta realidad no les agrada del todo: “Todos estos resultados, agrega Alenda, muestran un Chile aún muy apegado a valores tradicionales con una visión convencional de la familia, el matrimonio, que lo diferencia de las sociedades como la argentina o la española. “Permanece la idea de que la familia es un conjunto de al menos dos personas, una pareja con o sin hijo, o uno de los dos padres viviendo con al menos un hijo”. ³

Luego de hacer un breve análisis de la actual familia chilena salta la pregunta; ¿contribuye la familia chilena una identidad nacional? O ¿es la sociedad la que contribuye a la formación de la familia chilena? Si bien, el ser chileno nos ubica dentro de un margen de características que nos unifican y nos hacen únicos, pero de donde provienen estas características que poseemos y que se nos hacen naturales como cultura. Una de las clasificaciones de la familia chilena son las monoparentales, donde es el padre o madre por si solo quien es el encargado del grupo familiar, he aquí un fragmento histórico que explica la raíz de este paradigma: el cuerpo de la mujer fue la primera “vasija” que contuvo al ‘otro’. Este fenómeno social ‘inaugural’ de nuestra cultura latinoamericana condujo a la instauración de un particular y emergente núcleo familiar: “la madre india que permanece sola con su hijo huacho, sin la presencia, mantención, cercanía o apoyo del padre español, quien sólo estuvo presente en el acto sexual. Esta constitución familiar se caracterizó por la omnipresencia de la madre quien fue el único referente experiencial de los hijos bastardos… Un padre ausente, irreal cuya imagen en el imaginario mestizo será sustituida por la figura masculina violenta del caudillo, el guerrillero, el militar. Lo anterior vendría a explicar, además, el machismo y la oposición entre conquistador (masculino) y la conquistada (femenina)” ⁴. Este paradigma ligado a los conflictos de género, donde este modelo de familia influencio gradualmente en la conformación de modelos de familia y de los roles femeninos y masculinos (padre y madre). “En efecto, la hija, al igual que la madre, recorrerá el mismo camino

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