ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Sueño y trabajo

mamiferosDocumentos de Investigación15 de Mayo de 2018

727 Palabras (3 Páginas)99 Visitas

Página 1 de 3

Proyecto: Sueño y Trabajo.

5 Integrantes (estimativo): 2 dramatizando haciendo acento en lo corporal, 3 acompañando la escena desde lo vocal y corporal.

Coro, unísono, intensidades.

El texto influyendo a las acciones de los dos intérpretes y las acciones influyendo a los textos.

Habitar el espacio: En función al espacio. En función a los otros cuerpos.

Ritmo: Variaciones rítmicas.

Silencios: Uso del silencio sonoro y corporal.

Material disparador: Carta escrita por Charles Bukowski.

EN ESTA CARTA FUE ESCRITA A LOS 66 AÑOS DE CHARLES BUKOWSKI. DONDE EMPRENDE UNA FURIOSA ARENGA EN CONTRA DEL CARACTER ALIENANTE DEL TRABAJO, CON MOTIVO DEL GOLPE DE SUERTE QUE TUVO AL ENCONTRARSE CON UN MECENAS DE LA PUBLICIDAD QUE PAGARLE POR HACER LO QUE EL AMABA, ESCRIBIR.

12 de agosto de 1986

Hola, John:

Gracias por la carta. A veces no duele tanto recordar de dónde venimos. Y tú conoces los lugares de donde yo vengo. Incluso las personas que intentan escribir o hacer películas al respecto, no lo entienden bien. Lo llaman “De 9 a 5”. Sólo que nunca es de 9 a 5. En esos lugares no hay hora de comida y, de hecho, si quieres conservar tu trabajo, no sales a comer. Y está el tiempo extra, pero el tiempo extra nunca se registra correctamente en los libros, y si te quejas de eso hay otro zoquete dispuesto a tomar tu lugar.

Ya conoces mi viejo dicho: “La esclavitud nunca fue abolida, sólo se amplió para incluir todos los colores”.

Lo que duele es la pérdida constante de humanidad en aquellos que pelean para mantener trabajos que no quieren pero temen una alternativa peor. Pasa, simplemente, que las personas se vacían. Son cuerpos con mentes temerosas y obedientes. El color abandona sus ojos. La voz se afea. Y el cuerpo. El cabello. Las uñas. Los zapatos. Todo.

Cuando era joven no podía creer que la gente diera su vida a cambio de esas condiciones. Ahora que soy viejo sigo sin creerlo. ¿Por qué lo hacen? ¿Por sexo? ¿Por una televisión? ¿Por un automóvil a pagos fijos? ¿Por los niños? ¿Niños que harán justo las mismas cosas?

Desde siempre, cuando era bastante joven e iba de trabajo en trabajo, era suficientemente ingenuo para a veces decirle a mis compañeros: “¡Eh! El jefe podría venir en cualquier momento y echarnos, así como así, ¿no se dan cuenta?”.

Ellos lo único que hacían era mirarme. Les estaba ofreciendo algo que ellos no querían hacer entrar a su mente.

Ahora, en la industria, hay muchísimos despidos (acererías muertas, cambios técnicos y otras circunstancias en el lugar de trabajo). Los despidos son por cientos de miles y sus rostros son de sorpresa:

“Estuve aquí 35 años…”.

“No es justo…”.

“No sé qué hacer…”.

A los esclavos nunca se les paga tanto como para que se liberen, sino apenas lo necesario para que sobrevivan y regresen a trabajar. Yo podía verlo. ¿Por qué ellos no? Me di cuenta de que la banca del parque era igual de buena, que ser cantinero era igual de bueno. ¿Por qué no estar primero aquí antes de que me pusiera allá? ¿Por qué esperar?

Escribí con asco en contra de todo ello. Fue un alivio sacar de mi sistema toda esa mierda. Y ahora estoy aquí: un “escritor profesional”. Pasados los primeros 50 años, he descubierto que hay otros ascos más allá del sistema.

Recuerdo que una vez, trabajando como empacador en una compañía de artículos de iluminación, uno de mis compañeros dijo de pronto: “¡Nunca seré libre!”.

Uno de los jefes caminaba por ahí (su nombre era Morrie) y soltó una carcajada deliciosa, disfrutando el hecho de que ese sujeto estuviera atrapado de por vida.

Así que la suerte de, finalmente, haber salido de esos lugares, sin importar

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (4 Kb) pdf (47 Kb) docx (13 Kb)
Leer 2 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com