Suplementos Alimenticios

¿Qué tan buenos son los suplementos alimenticios?

¿Son buenos los suplementos alimenticios? Esta es una pregunta que todos nos hemos hecho en algún momento y para saberlo primero debemos de saber que son y de qué manera deben ser utilizados. Existen diferentes tipos de suplementos y es necesario saber la manera correcta de tomarlos y las cantidades adecuadas que se pueden consumir en las diferentes etapas de la vida.

Lo primero que debemos saber es que los suplementos alimenticios son productos que contienen los nutrientes que normalmente se encuentran en los alimentos que el organismo utiliza para desarrollar las células, huesos, músculos, etc., así como para reemplazar coenzimas agotadas a causa de infecciones y enfermedades. En general son utilizados para conservar una buena salud.

Podemos resaltar las palabras de Quino (2011) “los suplementos alimenticios contienen gran diversidad de ingredientes, los cuales pueden estar presentes en forma de concentrados o extractos y son ofrecidos en cápsulas, comprimidos, grageas, píldoras, gránulos, tabletas, polvo, líquidos o inyecciones”; cada forma de encontrarlos tiene diferentes contenidos, en general estos son vitaminas, minerales, macroelementos, microelementos, oligoelementos, proteínas y ácidos grasos; asimismo, existen algunos que contienen otros diferentes pero es necesario diferenciar los suplementos de los fármacos y a la vez de los complementos.

Es importante saber que los complementos son nutrimentos necesarios para completar un requerimiento dietético en la persona y un suplemento es un compuesto que se toma en lugar del nutrimento que debe ser aportado por la dieta, por esto debemos poner atención a lo que contiene cada uno y las cantidades en las que podemos consumir cada uno de ellos.

Según Berdanier (2010) “no se deben rebasar determinadas cantidades de grasa (13g), grasa saturada (1g), colesterol (60g) y sodio (480g). El alimento debe ser una buena fuente de fibra proteína, vitamina A, vitamina C, calcio o hierro.”. Con esto podemos decir que es importante, saber leer bien las etiquetas de cada suplemento, ya que muchas veces las etiquetas tienen información falsa y puede provocar daños al ingerir más de lo que se recomienda.

Los suplementos que utilizan los adolescentes universitarios la mayoría de las veces incluyen creatina, aminoácidos, proteínas en polvo, carnitina, DHEA, esteroides, anabólicos y afedra, pero debemos recordar que son muy pocos los suplementos que están probados en adolescentes, por esto no existe información exacta sobre las dosis recomendadas y seguridad en los mismos.

Este punto es muy importante porque muchos suplementos tienen efectos que dañan la salud cuando se usan de manera inadecuada. Se sugiere que la creatina, la carnitina, la DHEA y el picolinato de cromo se encuentran en los suplementos que más utilizan los adolescentes. Brown (2006) nos da las siguientes definiciones para estos:

“Creatina. Uno de los suplementos más populares en los atletas, en particular los que hacen deportes de fuerza, como el futbol americano. La creatina se forma en el hígado y en los riñones del cuerpo humano y se obtiene en cantidades más que adecuadas en el consumo de carne. Se piensa que la creatina mejora el metabolismo anaeróbico y promueve el aumento de peso y de tejido magro. Al parecer no es benéfica para los atletas de resistencia y sus ventajas son marginales en los deportes de fuerza. Los efectos secundarios del uso de creatina, que se relacionan con la dosis, incluyen dolor abdominal y cólico, nausea, diarrea, dolor de cabeza, aumento de la tendencia a desgarres musculares y dolor muscular. No se recomienda su uso en adolescentes.

Carnitina. El cuerpo humano forma la cartinina a partir de los aminoácidos lisina y metionina. En seres humanos, casi toda la carnitina reside en el tejido muscular. Su función principal es metabolizar ácidos grasos. Su uso produce algunos efectos secundarios, sobre todo diarrea, con dosis elevadas. No se recomiendan su uso en adolescentes, ya que las presentaciones comerciales contienen impurezas.

Dehidroepiandrosterona (DHEA) Precursor de la testosterona y los estrógenos. En el cuerpo humano se produce de manera natural por las glándulas suprarrenales. Las concentraciones de DHEA disminuyen con la edad. Entre sus supuestos efectos se incluye desvanecimiento de la grasa, disminución de la resistencia a la insulina, aumento de la función del sistema inmunitario, incremento de la masa corporal magra y disminución de riesgo de osteoporosis. Conlleva efectos secundarios importantes, como ginecomastia irreversible (crecimiento de senos) y aumento del tamaño de la próstata en varones e hirsutismo (vello facial) en mujeres. Los adolescentes usan esta hormona sobre todo para aumentar la masa corporal magra, pero no existe evidencia que apoye este efecto. Dada la posibilidad de efectos secundarios en adolescentes púberes que sufren cambios hormonales, no se utilizara en esta etapa de la vida.

Cromo. En los estudios sobre el uso de suplementos de picolinato de cromo en hombres, mujeres y atletas no se respaldan las afirmaciones en el sentido de que quema la grasa, disminuye los depósitos de grasa, aumenta la masa corporal magra y promueve la pérdida de peso.

...