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TRABAJO PRÁCTICO PARCIAL ASIGNATURA: PEDAGOGÍA

Adrian EscandellTrabajo10 de Marzo de 2021

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PROFESORADO DE EDUCACIÓN SECUNDARIA DE LA MODALIDAD TÉCNICO PROFESIONAL

EN CONCURRENCIA CON TÍTULO DE BASE  - 5º COHORTE

TRABAJO PRÁCTICO PARCIAL

ASIGNATURA: PEDAGOGÍA

AUTOR:

ADRIÁN ESCANDELL

DOCENTE

VANESA IMHOFF

AÑO 2016

[pic 1]

Herbert Bayer  - Urbanita solitario

Que ves?

Que ves cuando me ves?

Cuando la mentira es la verdad

Federico Gil Solá-Ricardo Mollo

“Cómo será la verdad mirada de otro lugar

Como en la otra mitad del mapa del bien y el mal

Como en la cara exterior del muro de lo que soy

Quien fue que me encadenó a mi absoluta razón

….”

Agarrate Catalina.

El Corso del Ser Humano

LO DADO

La reducción reduce el ser al ser-dado y el mundo a fenómeno, a la esfera universal de lo dado[1]

Para comenzar, y tratando de abarcar los primeros puntos de la consignas del presente parcial, me gustaría reflexionar acerca de lo dado, indagar sus implicancias y algunas de sus características en relación a la temática que trata la película.

Generalmente consideramos algo dado a algo que existe de hecho, a algo que nos viene sin que nosotros como sujetos tengamos intervención, algo heredado y algo que es de una única manera, algo inmutable.

Bien, desde un primer momento desechemos la posibilidad de que cualquier cosa sea de una sola manera, las cosas no existen de una manera pura y objetiva, tenemos conciencia de que las cosas existen por nuestro acercamiento a ellas, ríos de tinta filosófica se refieren a este dilema pero más allá de eso, no podemos negar que el que son las cosas depende en gran parte de las interpretaciones.

De esta manera, la posibilidad de definir lo que son las cosas y el mundo que nos rodea queda a nuestro cargo, somos nosotros, los seres humanos, los que en última instancia definimos nuestro entorno.

También es cierto que es ése mismo entorno y su influencia lo que de alguna manera nos define como sujetos, la diferencia radica en que los seres humanos tenemos la posibilidad de decidir sobre ese entorno, para ampliarlo, para diversificarlo, para superarlo, o simplemente para cerrarlo y evitar ver más allá de él.

En estas simples líneas podemos comenzar a pensar que lo dado, concebido como lo impuesto, lo heredado, lo inmutable, pierde consistencia. Sin embargo constantemente nos enfrentamos a situaciones que nos dan esa sensación de que es imposible cambiar o que sencillamente preferimos ver de manera negativa solo porque no encajan en nuestros esquemas dados de antemano.

Esto es lo que ocurre en la película, tanto con los alumnos como con la directora. Los alumnos, productos de un determinado entorno violento y fuertemente discriminativo, aceptan esas condiciones como dadas y se limitan solo a reproducirlas en todos los ámbitos, incluido el escolar, esto no hace más que profundizar las condiciones de convivencia basadas en la resolución violenta de cualquier situación y la estamentación en guetos. Aquí lo dado no se cuestiona, o en casos sí, pero sólo para darle solución por las mismas vías que se cuestionan.

En el caso de la directora ocurre de la misma manera, ella concibe muchas cosas como dadas principalmente sobre las capacidades de los alumnos, da por sentado que la integración sólo trae como consecuencia la posibilidad de ingreso de alumnos con inferiores capacidades y que la escuela será mejor cuanto más alumnos de excelencia tenga, también prefigura que los alumnos de ese curso no serán capaces de seguir el programa presentado por la docente.

El encuentro de Erin entonces es con dos flancos de lo dado, los alumnos por un lado, y los directivos por el otro. También Erin, al tomar el puesto, al pararse por primera vez frente a  esos alumnos está enfrentándose con lo dado, la diferencia radica entonces en qué cosa hacemos con lo dado.

LO APROPIADO

…el poder no se posee, se ejerce. No es una propiedad, es una estrategia: algo que está en juego[2].

De alguna manera, cualquier encuentro con algo dado es un encuentro con lo otro, y todo encuentro con otro implica relaciones de poder.

Este nuevo abordaje de lo dado es lo que plantea Erin en la película y, en lugar de cosificarlo como algo exterior a sí, sobre lo cual no tiene ninguna responsabilidad y verlo sólo como víctima de un poder que debe domesticarlo, como plantea la directora, intenta comprometerse, apropiarse de esa realidad dada para intervenirla.

El poder, componente inherente en todas las relaciones sociales humanas, también en la escuela, no tiene necesariamente una connotación negativa sino que depende siempre de como se lo entienda, como se lo aplique, de qué manera se lo apropie. Así el poder en la escuela puede ser ejercido, como tradicionalmente se ha concebido en la escuela y como lo concibe la directora en la película, o también puede ser transmitido.

Silvina Gvirtz dice: Poder es la capacidad de incidir en la conducta del otro para modelarla[3]; esa afirmación concentra toda la fuerza que conlleva el ejercicio del poder, modelar es presionar, es apretar y en cierto modo es deformar, mutar. Aun cuando conceptualiza la atomización actual del poder, o más bien de la concepción del poder cuando categoriza los macropoderes y los micropoderes[4], siempre se refiere al ejercicio de esos poderes y siempre frente a un otro. Si bien esta implicancia es innata ya que vivimos y nos desarrollamos en sociedad, relacionándonos, me interesa pensar sobre otro costado de esa relación, que pasa con el poder transmitido y sus consecuencias.

La relación de ejercicio del poder siempre involucra una desigualdad; necesariamente tiene que haber un sujeto que modela o quizás mejor, moldea (porque la idea de modelado encierra una cierta libertad en la creación) y un receptor que es moldeable. A partir de esta condición es que se establece esa relación leonina, donde el otro solo sirve como instrumento, solo como contraparte necesaria para concretar una especie de mandato divino: “crear a nuestra imagen y semejanza”, que referido a la educación es definido como pedagogía del bonsái[5], que convierte al docente y a todo el sistema educativo en una especie de joven manos de tijera[6]; que por más amor, cariño y suavidad que intente brindar, no puede dejar de lastimar, de podar, a la vez que absolutiza y polariza esa relación de poder, donde uno tiene el control de un poder univoco y el otro no tiene nada, solo es víctima. Esta relación colonizadora siempre está orientada a la reproducción del Status Quo a través de la predeterminación.

“El horizonte de posibilidad no radica entonces en la producción de un sujeto a imagen y semejanza de algún ideal, ni simplemente capaz de gestionar por si mismo las exigencias de un mundo fragmentado, sino en la creación de condiciones que habiliten un por-venir, un nuevo tiempo”[7].

Podríamos concluir que el ejercicio del poder no reconoce al semejante, al otro. Por otra parte, la transmisión del poder sugiere, en primer término el reconocimiento de un semejante, de un otro con voz, que tiene algo para decir, que puede ir conquistando su potencia.

Este es uno de los primeros recursos que utiliza la Profesora Erin para intentar una apropiación subjetiva de lo dado, la recuperación de la voz del otro, en este caso sus alumnos, su valorización, su exposición como manifestación de primera mano de una situación de hecho que merece ser pensada y debatida para transformarla.  

Esta apropiación lleva a que lo dado, lo otro, lo que antes ocurría fuera de mí como sujeto, empiece a afectarme, a ser significativa, a movilizarme. Esto sólo es posible deseándolo desear que lo otro me afecte, sin prejuzgamientos, ir a un encuentro franco de eso otro, el “deseo de lo otro, de lo absolutamente otro; anhelo activo de salir de la monotonía de uno mismo”[8]

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