Competencias En Los Docentes

Competencias en los docentes

Hablar de competencias no es nuevo. Desde la época medieval se emplea el concepto de competencias para señalar la adquisición de habilidades por parte de los aprendices de diversos oficios. En la actualidad no se trata de hablar de competencias desde la perspectiva técnica que liga únicamente al empleo, obedeciendo a una lógica productiva, sino desde una perspectiva holística que entiende las competencias vinculadas a la persona (y no al puesto de trabajo) y que, en consecuencia, incorpora competencias instrumentales y operativas pero también competencias personales y para la organización.

¿En qué marco surge este discurso? Rescatamos tres ideas que se hallan en la base de la defensa de las competencias:

• En primer lugar, la sociedad del conocimiento, caracterizada por el constante y acelerado cambio de conocimientos y tecnologías. Ello indica que el conocimiento adquirido durante una época de formación inicial y basada en la adquisición de conceptos, puede quedar rápidamente obsoleta. Más que acumular conocimientos, se necesitará manejar herramientas de aprendizaje que permitan aprender a aprender, adaptarse al cambio e innovar. Retomando a Piaget, la meta principal de la educación es formar personas que sean capaces de hacer cosas nuevas, no simplemente repetir lo que otras generaciones han hecho, personas que sean creativas, inventoras y descubridoras. Por este motivo, el manejo de herramientas para su aplicación en la acción propia del enfoque pro competencias resulta esencial.

• En segundo lugar, necesitamos superar la fragmentación disciplinar propia de tiempos pasados y adoptar un enfoque integral que nos permita hacer frente a la complejidad. Del mismo modo en que las dicotomías sujeto/objeto o ciencias/letras resultan falsas, también resulta absurda la dicotomía académico/mundo laboral. El enfoque de competencias apuesta por la integración de ambos ámbitos, en tanto que entiende que las competencias se aprenden a través de formación inicial, permanente y práctica laboral, de forma continua y recurrente.

• En tercer lugar, hace tiempo que se viene apostando por una formación integral. Esta resultará indispensable para hacer frente a las situaciones problemáticas del mundo actual. Ya hace más de diez años que Howard Gardner se refirió a las inteligencias múltiples (lógica-matemática, lingüística, espacial, musical, corporal, naturalista y emocional, esta última constituida por la interpersonal y la intrapersonal). Las competencias subsumen estas diversas inteligencias o capacidades y a la vez aúnan lo que se había venido llamando conocimiento conceptual, procedimental y actitudinal y lo combinan todo en esas grades aptitudes llamadas competencias que, como veremos, tienen un sentido global y aplicativo.

Para poder entrar en materia en primer lugar, debemos definir lo que son las competencias. De acuerdo al diccionario Larousse de 1930 competencia es el conjunto de conocimientos, cualidades, capacidades y aptitudes que permiten discutir, consultar y decidir lo que concierne al trabajo. Supone conocimientos razonados, ya que se considera que no existe competencia completa si los conocimientos teóricos no son acompañados por las cualidades y la capacidad que permita ejecutar las decisiones que dicha competencia sugiere. En otras palabras, citando a Perrenoud, podemos definir competencia de la siguiente manera:

“Competencia es la aptitud para enfrentar eficazmente una familia de situaciones análogas, movilizando a conciencia y de manera a la vez rápida, pertinente y creativa, múltiples recursos cognitivos: saberes, capacidades, microcompetencias, informaciones, valores, actitudes, esquemas de percepción, de evaluación y de razonamiento”

Características de las competencias

De acuerdo a la clasificación de Le Boterf las características de las competencias que debe desarrollar un profesional como aquel que sabe gestionar y manejar una situación profesional compleja. En consecuencia, implica:

1. Saber actuar y reaccionar con pertinencia:

• Saber qué hay que hacer

• Saber ir más allá de lo prescrito

• Saber elegir en una urgencia

• Saber arbitrar, negociar, etc.

• Saber encadenar las acciones según la finalidad

2. Saber combinar los recursos y movilizarlos en un contexto:

• Saber construir competencias a partir de recursos

• Saber sacar partido de los recursos propios y de los recursos del entorno

3. Saber transferir:

• Saber memorizar múltiples situaciones y soluciones tipo

• Saber tomar perspectiva

• Saber utilizar metaconocimientos para modelar

• Saber darse cuenta de los indicadores de contexto y saber interpretarlos

• Saber crear las condiciones de posibilidad de transferencia con ayuda de esquemas transferibles

4. Saber aprender y aprender a aprender:

• Saber sacar lecciones de la experiencia, saber transformar su acción en experiencia.

• Saber describir cómo se aprende

5. Saber comprometerse:

• Saber utilizar su subjetividad

• Saber correr riesgos

• Saber emprender, ética profesional

Todo ello combinado conlleva tener una competencia. Por eso, contrariamente a lo que defendían algunos autores, actualmente parece claro que las competencias no son un estado ni un conocimiento que se posee y, por tanto, no se pueden reducir a un saber o a un saber hacer. Tener conocimientos o habilidades no implica ser competente, las competencias contienen o integran recursos (conocimientos, habilidades, actitudes) pero van más allá, orquestándolos. Por lo tanto, hay que enfatizar el componente aplicativo, el carácter contextualizador de las competencias.

Tipos de competencias

Los tipos de competencias pueden ser ordenados siguiendo diversas clasificaciones, casi tantas como autores. En algunas ocasiones las competencias se dividen en cognitivas, sensoriomotrices y socioafectivas. En otras ocasiones podemos encontrarlas separadas entre técnicas (equivale a instrumentales) y personales (incluye cognitivas e interpersonales).

También es muy usual la ordenación en cuatro ámbitos:

1. Competencias técnicas: domino experto de un campo de trabajo

2. Competencias metodológicas: saber reaccionar, nuevas vías de solución

3. Competencias sociales: comunicación efectiva, participación proactiva

4. Competencias participativas: organización decisión, nuevas responsabilidades

5. Competencias de empleabilidad: expresión oral y escrita, resolución de problemas, análisis

6. Competencias para el uso de recursos interpersonales y de comunicación: trabajo en grupo, liderazgo, atención a la diversidad

7. Competencias tecnológicas: Manejo de TIC’s

Actualmente también se maneja una separación que entiende las competencias de forma dicotómica:

1. Genéricas o transversales: básicas para el desarrollo vital del individuo y, por tanto, comunes a diferentes ocupaciones.

2. Específicas: propias de una ocupación, derivadas de las exigencias de un contexto o trabajo concreto.

Implicaciones de trabajar por competencias

Este enfoque holístico de las competencias conducirá, a nuestro entender, a cambios en dos planos diferentes:

• En primer lugar, ha de provocar cambios curriculares. La propuesta de las competencias tendría que llevar a diseñar planes de estudio interdisciplinares, donde la columna vertebral fuesen las competencias a adquirir por parte de los estudiantes, anulando la fragmentación en asignaturas y materias o, en todo caso, analizando cómo desde cada campo de conocimiento se puede contribuir a la adquisición de las competencias que previamente se han consensuado (por parte de académicos, representantes de mundo laboral, egresados, etc) y que se consideren, pues, definitorias de una buena práctica profesional futura.

• En segundo lugar, ha de promover cambios didácticos (en la planificación curricular, en la metodología y la evaluación). Las competencias nos deben de conducir a trabajar por PBL (problema based learning), por proyectos por centros de interés, con metodologías globalizadas y propias de un marco constructivista. Las estrategias didácticas ya no pueden basarse en los resultados y en un modelo conductista sino que han de enfatizar los procesos, usando estrategias para “aprender a aprender” y “aprender haciendo”. Pr otra parte, las competencias provocarán un cambio evaluativo interesante en tanto que han de llevar a evaluar procesos más que productos, a buscar formas de acreditar que se poseen competencias no aprendidas por la vía académica y, en definitiva, a vincular más los procesos evaluativos a las competencias que se desea promover.

Las competencias docentes

El perfil del nuevo docente

Hasta hace poco, la formación del profesorado se ha diseñado determinando que tipo de conocimientos debe poseer el maestro, pero esta visión participa en una concepción fragmentada, disciplinar, lineal y acumulativa. En la actualidad, la globalización, la complejidad y la rápida creación, expansión y obsolescencia del conocimiento parecen ser motivo más que suficiente para apostar por enfoques formativos integrales e integrados que permitan al profesorado enfrentarse a problemas educativos complejos con autonomía y profesionalidad. Por ellos de habla en la actualidad de la conveniencia de desarrollar competencias.

La formación por competencias entiende al profesor como un reflexivo que exige el desarrollo del pensamiento creativo,

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