Costa Rica, un país de imagen

Intolerancia en Costa Rica

 María Fernanda Portocarrero Saborío

Hace 15 años nací en la capital de Costa Rica, San José. Desde pequeña recuerdo a mi abuela decir “Somos tan bendecidos de vivir en éste país”, y la verdad no podría contradecirla, me considero afortunada de ser habitante de Costa Rica. Usualmente escucho en las noticias o de boca de mis familiares y amigos, que somos un país de derechos y valores, un ejemplo como república, y que nuestra sociedad se caracteriza por la felicidad e igualdad. A diferencia de lo que decía mi abuela, lo descrito previamente, no consigue convencerme. Mi país es hermoso y jamás negaría mi amor por él, pero hay muchas situaciones que veo y vivo diariamente que solo consiguen desanimarme, e incluso llegan a hacerme decir “¡Qué vergüenza!, ¿Por qué Costa Rica?”. Como recién mencioné, son varias las situaciones que provocan dicho pesar, pero hay una en especial que sobresale entre todas, la intolerancia.

¿Qué es la intolerancia? Para responder ésta pregunta primero debemos conocer el significado de “Tolerancia”. “Respeto a las ideas, creencias o prácticas de los demás cuando son diferentes o contrarias a las propias.”, así lo define la Real Academia Española. Con base en esto es muy fácil concluir que la intolerancia es la falta de respeto hacia las diversas creencias de cada persona sobre cualquier tema en específico. Pero en mi opinión la intolerancia es un problema que afecta y caracteriza a la sociedad costarricense, y es mucho más compleja que una simple definición de pocas palabras. ¿Por qué opino que la intolerancia caracteriza a nuestra sociedad? Porque lo veo todos los días, basta con salir a caminar un rato por la calle, ir al centro de Heredia a comprar o simplemente discutir con algún adulto para notarlo. La gente ama juzgar y criticar, especialmente en redes sociales, donde evitan conflictos directos. Hablar por hablar sin conocer, juzgar por simple desacuerdo con mis ideales. Ejemplos de lo anterior van desde cosas tan simples como llamar “rara” a una persona por su modo de vestir o mirar mal a una pareja homosexual en la calle, hasta situaciones injustificadas e intolerables como agredir a una persona y su integridad, o impedir su desarrollo en sociedad. Sea cual sea su forma, la intolerancia es algo que como ciudadanos y habitantes estamos en deber de acabar. Debemos salvar nuestra sociedad de donde se encuentra hoy, la tolerancia debe ser practicada por todos y todas.

La intolerancia tiene muchos nombres “Homofobia”, “Xenofobia”, “Intolerancia religiosa”, pero realmente su segundo nombre y sinónimo principal es “Irrespeto”. La falta de aceptación del hecho de que todos somos distintos y únicos es un defecto que acompaña a la humanidad, incluso en el mundo moderno en que vivimos, a cada segundo. No hay nada más desagradable que una persona irrespetuosa, es la opinión de muchas personas que irrespetan de alguna u otra forma, “Hipocresía” es la palabra con la que los describo.

Mi familia paterna llegó hace varias décadas al país como inmigrantes que escapaban de la Guerra Civil de Nicaragua, de no ser por la inmigración éstas palabras no estarían siendo escritas y seguro muchos ciudadanos no lo serían. Aun así la xenofobia es una realidad en Costa Rica, ¿Cuántas veces debí haber oído las siguientes frases: “Nica tenía que ser, así son los nicas, qué raro un nica, fijo ese asesino o ladrón es nica”, dichas de manera despectiva hacia los nicaragüenses que habitan en nuestro país? La verdad, ni siquiera soy capaz de hacerme la idea. Hablo de la población nicaragüense porque es el caso con el que tengo mayor acercamiento y conocimiento, pero la xenofobia de los ticos va dirigida hacia muchas otras nacionalidades, por ejemplo, países musulmanes o estadounidenses. ¿Cuántas veces extranjeros han ayudado al país?

Me indigna mucho la discriminación hacia ciertos sectores de la población, la comunidad LGTBIQ es uno de ellos. Desde algunos años se celebra la Marcha de la Diversidad, la cual se describe como una garantía de los derechos humanos de dicha comunidad. Pese a la imagen de aceptación que esto da al país, no sé si se debe a la mala suerte, pero he conocido a muchas personas que faltan el respeto basándose en la orientación sexual. Insultos y apodos homofóbicos, he escuchado muchos en las calles y hogares costarricenses, todos completamente injustificados a mi parecer. ¿Desde cuándo el valor de una persona depende de su sexualidad, identidad de género u orientación sexual?

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