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EL CONFLICTO Y SU GESTION TRADICIONAL


Enviado por   •  23 de Febrero de 2014  •  8.981 Palabras (36 Páginas)  •  1.661 Visitas

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1.- EL CONFLICTO Y SU GESTION TRADICIONAL

Cada día se nos plantean conflictos; ir a trabajar o quedarse a dormir, pedir de menú carne o pescado. De hecho, los conflictos son algo natural, no hay que huir o inhibirse cuando aparecen.

El ser humano es un agente conflictivo, dadas sus características biopsicosociales, se desprende de una voluntad individual y que, a pesar de ser parte de un contrato social, o una sujeción a una norma con el fin de lograr el fin común, siempre ocurren desvaríos e intereses individuales que crean un conflicto.

Esto es mas común en los actos donde intervienen dos voluntades (los contratos) ya que el constreñimiento sobre una voluntad ajena genera una dicotomía la mayoría de las veces, es por eso que nace el conflicto , para dar un concepto concreto de lo que es el conflicto primero hay que hacer uso de la etimología donde emprendemos que la palabra deriva de confligere que significa combate o lucha, en el diccionario de la real academia encontramos que el conflicto es un problema , apuro o materia de discusión, por lo que podemos hacer una razón epistemológica dando como conclusión que el conflicto es una relación entre 2 o mas personas físicas o morales contendientes sobre un objeto que tiene un alcance jurídico, nace de la interacción humana y por esa misma razón tiene una relevancia jurídica.

La gestión de conflicto, es una actividad orientada a prevenir o contener la escalada de un conflicto o a reducir su naturaleza destructiva, con el fin último de alcanzar una situación en la que sea posible llegar a un acuerdo o incluso a la resolución del propio conflicto.

Dentro de la teoría sobre resolución de conflictos, el concepto de gestión de conflictos (conflict management) ha adquirido con el tiempo una entidad y significado específicos. A diferencia de la resolución, la gestión no trata de abordar las raíces profundas de los conflictos complejos y prolongados, ni promover cambios en las condiciones estructurales que los propician, sino simplemente aminorar el conflicto y reorientarlo hacia un escenario en el que pueda entrar en vías de solución.

La gestión es aplicable y puede resultar exitosa en aquellas situaciones en las que las partes enfrentadas comparten al menos una serie de valores o de necesidades fundamentales.

Como apuntábamos, la gestión del conflicto tiene por objeto contener una situación de enfrentamiento violento y reconducirla hacia formas de interacción menos destructivas. Esto implica, en definitiva, una transformación del conflicto, es decir, un proceso por el que éste pasa de ser intratable o de muy difícil resolución, a ser tratable o susceptible de verse resuelto a través de procesos tradicionales (judiciales) o alternativos de resolución de disputas (negociación, mediación, arbitraje).

Entre los factores que promueven la transformación de un conflicto suelen destacar la aparición de un cambio fundamental en las relaciones entre las partes que induzca a las mismas a abandonar el recurso a la violencia, así como un cambio en el grado de aceptación de las identidades mutuas que derive, por ejemplo, en el reconocimiento por parte de un grupo dominante de la legitimidad de las aspiraciones étnicas o nacionales de un grupo subordinado. Pero, en general, las posibilidades de transformación de un conflicto dependen en gran medida de su grado de madurez.

Un conflicto está maduro para su resolución cuando las partes son conscientes de que no pueden vencer la disputa a un costo aceptable, es decir, cuando ésta se encuentra en un estado de estancamiento que resulta más perjudicial que beneficioso para ambos oponentes.

En cualquier caso, para que la transformación acabe desembocando en una resolución efectiva y duradera del conflicto, un prerrequisito necesario suele ser la reforma de las estructuras sociopolíticas, orientada hacia una redistribución del poder y hacia la satisfacción de las necesidades y derechos básicos de todos los grupos sin excepción.

Esta reforma de estructuras debe acompañarse de cambios en las personas, mediante un proceso de empoderamiento y de incremento de sus capacidades para analizar la realidad y buscar soluciones a sus problemas.

1.1.- NOCIÓN DEL CONFLICTO

Conflictos

En la bibliografía existente acerca de mediación, nos encontramos con las palabras “conflicto” y “disputa” utilizadas como sinónimos, por ejemplo se habla de “resolución alternativa de conflictos” o “resolución alternativa de disputas”, “conducción de conflictos” o “conducción de disputas” etcétera, como si significara lo mismo.

Estas dos palabras han sido importadas al campo de la mediación desde otros campos, y por lo tanto vienen cargadas de significaciones. Dado que la mediación es compatible con muchas disciplinas, creo que es oportuno definir cómo vamos a entender estos conceptos fundamentales para ella. Es bueno que se establezca desde el comienzo si son o no sinónimos, y si se acepta que no lo son, cuál es el alcance que se le va a otorgar a cada una de las palabras –por lo menos en este trabajo- en lo sucesivo.

Para algunas personas esto puede ser sólo una cuestión semántica, pero como dice Maturana, “las palabras traen un mundo a la mano”.

La noción de conflicto funciona como un “presupuesto” para muchas disciplinas, entre ellas la mediación. Si, como se dice, ésta tiene como tarea la resolución de conflictos (véase la crítica a este enunciado más adelante”, es fundamental que antes de comenzar a conocer las técnicas que llevan a la resolución o conducción de los conflictos se reflexione acerca de qué es un conflicto. Si no se hace esto, la práctica de la mediación se convierte en la aplicación mecánica de técnicas, es decir en “un juego mecánico” o, en el mejor de los casos, en un arte de magia”.

La palabra “conflicto” alude a tensión, lucha, pelea entre dos partes. Éstas pueden ser partes de un todo, es decir que puede hablar de conflicto entre los afectos y las cogniciones o razonamientos en una misma persona: “Tengo muchas ganas de irme de viaje, pero si lo pienso sé que no es conveniente” o conflictos entre instancias psíquicas “Las fuerzas del Ello son refrenadas por el Superyo” o “es un conflicto entre pulsiones”.

Estos tres ejemplos se refieren a conflictos intrapsíquicos, que corresponden al campo de la psicología. Pero estas partes pueden ser también personas, grupos o naciones: “El conflicto entre los padres afectó el desarrollo del hijo”, “El conflicto entre el líder de la tarea del grupo y el saboteador se ha

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