Evaluacion Curricular

INTRODUCCIÓN

Hoy en día, la evaluación curricular es de gran importancia para cualquier

institución educativa, debido que esto implica un compromiso que debe traducirse

en la trascendencia, dada una vez que se llevan a cabo las deficiencias

encontradas y tomar parte en la mejora de las situaciones con la realimentación y

observación obtenida.

La evaluación de ser un proceso sencillo en sus orígenes ha pasado a ser un poderoso instrumento que vela por la calidad de las acciones educativas, a la vez que influye en el desarrollo profesional de las personas. Por lo tanto, se ha superado la creencia tradicional de la evaluación como actividad final encargada de cerrar el ciclo formativo. De una evaluación centrada en la valoración de los resultados finales, por estos motivos se ha pasado a distintas modalidades tipos y funciones evaluativas como resultado de distintos centros de interés y finalidades que puede tener la evaluación.

“Nunca consideres el estudio como una obligación, sino como una oportunidad para penetrar en el bello y maravilloso mundo del saber”. Albert Einstein (1879-1955)

IMPORTANCIA DE LA EVALUACION CURRICULAR

Hablar de evaluación curricular es conocer los diferentes efectos que han causado las acciones educativas y que además han sido pan de cada día en los aspectos que preocupan a los docentes, por tal razón la mayoría de sus esfuerzos van encaminados a conseguir este propósito. Por ello hay que dejar claridad sobre lo que se quiere evaluar pues no se trata evaluar a los estudiantes sino a los procesos en que ellos se ven inmersos y de los cuales son responsables. La evaluación no solo cumple con un objetivo de rendición de cuentas sino al contrario que maneja un alto nivel de valores éticos y sociales siendo esto lo que prevalece en un buen criterio de evaluación curricular, pues ello le permitirá tener la capacidad para ver con mayor claridad las cosas, para así valorar, juzgar, diagnosticar y ofrecer la información que ayude a tomar decisiones en colaboración para la mejora del tema objeto de evaluación.

Por tal razón, la planeación forma parte indiscutible de las tareas educativas en la medida en que proporciona información y juicios acerca del funcionamiento de sistema o institución educativa, para que a partir de ello se diseñen las políticas de cambios institucionales en pro del fortalecimiento o modificación de aquellos aspectos o condiciones que no estén generando resultados provechosos.

Por otro lado la evaluación curricular representa sin lugar a duda un ejercicio de autoconocimiento que dependiendo de su ejecución puede representar una contribución en el ejercicio de comprender, mejorar y valorar el quehacer educativo. Por tanto la evaluación ha sido definida como: "... un proceso para determinar en qué medida han sido logrados los objetivos educativos" (Tyler, 1973): "...es un proceso sistemático que formula juicios de valor acerca de lo que es a lo que debería ser" (Carreón, 1983); "...es un proceso organizado que permite la obtención de información útil para apoyar la toma de decisiones" (Stufflebeam, 1969). De ello se puede afirmar claramente que la evaluación curricular se presenta como un procedimiento o acto sistemático, organizado y propositivo lo que implicará que este posea total dominio de los elementos teóricos, metodológicos y técnicos; es decir no cualquiera puede realizar una evaluación puesto que requiere de tener claridad en razón de que no es un actividad azarosa, incoherente y confusa sino que por el contrario es organizada, metódica y propositiva.

Es claro afirmar que la evaluación tiene finalidades pero al igual en su entorno tiene discrepancias; como finalidad debe ofrecer la suficiente información para tener claro lo sucedido de una experiencia educativa para así poder lograr una comparación de los resultados con los objetivos, normas o criterios para finalmente formular un juicio con la recopilación de todo lo anterior. En cuanto a las discrepancias hace referencia al continuo desacuerdo de los aspectos a evaluar con los actores de este proceso, lo que hace que cojee o se retarde la evaluación.

En consecuencia una de las primeras tareas del evaluador es ayudar a tener claridad sobre los aspectos a evaluar, los principios, metas y propósitos de la misma y por consiguiente su aplicación. Todo con el único objetivo de lograr un proceso enriquecedor que satisfaga las dos partes y no entorpezca la labor del evaluador.

Por tal razón la evaluación se torna compleja y general que hace difícil disponer de un lenguaje común para comunicarse, pero debido a su importancia en la sociedad, debe tener un objetivo prevalente y es el de determinar si un estudiante ha adquirido de manera global los conocimientos necesarios para superar cada uno de los bloques curriculares y si podrá culminar en un tiempo prudente sus estudios. Pues la importancia de una evaluación curricular radica en que a través de ella se pueda mantener un seguimiento permanente reflejado a través del control de calidad del programa. Debido a que un currículo que funciona satisfactoriamente durante cierto tiempo y bajo condiciones determinadas puede llegar a convertirse gradualmente en obsoleto, lo cual permitirá determinar la conveniencia de conservarlo, modificarlo o sustituirlo, pues se deberá tener una clara comprensión de las intenciones de la incursión de un nuevo currículo y de los valores y expectativas de la comunidad. Debido a que el cambio curricular debe basarse en las buenas prácticas existentes y tratar de maximizar el uso de los recursos locales y de oportunidades su diseño debe cumplir con estándares educativos de calidad por lo que lo convierte en un proceso cíclico y continuo. Por lo que se podría afirmar que la evaluación es

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