Gestión de recursos de clientes en la banca minorista
elopezojTesina16 de Enero de 2018
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INTRODUCCIÓN
El sistema bancario español, como el de cualquier otro país, vive de sus clientes. Una frase que en principio puede parecer simple y obvia encierra un trasfondo que pretendemos analizar en el presente trabajo: el difícil equilibrio al tratar de conjugar el binomio objetivo de beneficios de las entidades como iniciativa empresarial, y la consecución de unos objetivos de rentabilidad para los clientes.
Trataremos de dar nuestra propia visión sobre la gestión de la Banca Minorista de los recursos de sus clientes, y cómo acceden los particulares a los mercados financieros a través de sus entidades. Esta visión será continuamente relacionada con los contenidos vistos en las distintas áreas impartidas en el Master en Bolsa y Mercados Financieros del Instituto de Estudios Bursátiles, promoción 2.003-2.004, para dotar estas opiniones de una base teórica.
Haremos hincapié en los distintos tipos de producto a los que tienen acceso los particulares, en la información con la que cuentan los clientes, en la formación y capacidad de quien los distribuye y el papel que juegan las redes de sucursales en la canalización de estos productos. Todo ello con el fin de responder a la siguiente pregunta: ¿quién gana realmente al invertir los ahorros de los particulares en España?
Además, otro aspecto al que daremos especial relevancia será a cómo se armonizan valores tan de actualidad como son el Buen Gobierno Corporativo de las entidades, los Códigos de Conducta del personal Directivo y el creciente interés por la satisfactoria gestión del Riesgo Reputacional, con la realidad diaria en la gestión de particulares y la siempre exigente cuenta de resultados.
Trataremos de argumentar que hay aspectos en los que esta armonización tiene un amplio recorrido de mejora si realmente se desea ser honesto con los clientes. Además expondremos una serie de factores que amenazan a la banca minorista tradicional en la actualidad, y qué tendencias podría seguir la relación banca-cliente en un futuro cercano, como consecuencia de una serie de amenazas y de aspectos que son susceptibles de ser mejorados, en beneficio de los clientes, en el negocio bancario minorista hoy día.
I. EL ENTORNO BANCARIO ACTUAL
En los últimos años se han producido una serie de factores que condicionan y dificultan la actividad de la banca minorista. Lograr unos óptimos resultados empresariales se ha vuelto claramente más complicado que hace una década.
Algunos de estos elementos se presentan a continuación, y serán la base de nuestras afirmaciones y conclusiones finales :
1. Crisis de confianza en los mercados bursátiles.
2. Entorno de tipos de interés en mínimos.
3. Cambio de mentalidad en la clientela: nacimiento de un nuevo tipo cliente.
4. Nuevos competidores y canales de distribución frente a la banca tradicional.
Todos ellos son a la vez causa y efecto de alguna manera de los otros: 1. La crisis bursátil y económica desencadena en 2. Bajadas generalizadas de tipos (simplificando otros muchos factores relevantes fuera de los objetivos de esta tesis). Los tipos bajos y los escasos retornos de la inversiones producen 3. Un cambio de perfil de los particulares, que se sofistican y demandan otro tipo de productos, cambiando además la forma de relacionarse con su entidad. Esta nueva forma de relacionarse con sus clientes está íntimamente relacionada con 4. Nuevos canales de distribución (internet principalmente) y nuevos competidores cada vez más globales (bancos con presencia multinacional, y cajas de ahorro locales cada vez más nacionales y potentes).
Pasamos a desarrollar cada uno de estos epígrafes más en profundidad.
1. CRISIS DE CONFIANZA EN LOS MERCADOS BURSÁTILES
En efecto, entre los años 2.000-2.003, hemos sido testigo de uno de los peores períodos de bolsa de la historia, probablemente sólo superado por la Gran Depresión posterior al Crack bursátil del 29. Esta crisis, de la que la gran mayoría de los sectores y los propios índices aún no se han recuperado por completo, fue producida fundamentalmente por pinchazo de la denominada Burbuja Tecnológica.
Como introducción a este epígrafe, poner de manifiesto que la inversión de los clientes particulares en productos financieros que tengan relación directa con la evolución de algún mercado financiero (valores, bonos, fondos de inversión,...) o indirectamente relacionados con los mismos, como es el caso de productos estructurados referenciados a la evolución de un subyacente, debe guardar una relación directa con el perfil de riesgo del cliente, sus expectativas, plazo de la inversión, dependencia de sus recursos, etc. En el apartado II mostramos nuestra opinión acerca de cómo se estructuran, si es que se estructuran, las carteras y productos ofrecidos a los clientes, siguiendo las recomendaciones de los gestores de sus bancos y cajas de ahorro.
La reciente crisis de los mercados se caracteriza porque en esta ocasión los particulares españole estaban más expuestos que en ocasiones anteriores. Este hecho es debido a dos factores principales: por una parte la exposición creciente de los particulares vía O.P.V.`s de sociedades públicas en la última década (Telefónica, Repsol, Endesa,...) y de otras operaciones que trataban de aprovecha el buen momento de mercado (Telefónica Móviles, Terra, Enagas ampliaciones de capital SCH,...). Y por otro lado la creciente participación de los minoritarios en Instituciones de Inversión Colectiva, comercializadas masivamente por las entidades, que en parte de sus posiciones, les exponían a la evolución del mercado. Esta participación en IIC`s es debida a la mayor participación vía Fondos de Pensiones como forma de previsión, y también vía Fondos de Inversión. Este hecho es fruto del creciente interés bancario por que sus clientes participen en estos productos financieros, focalizando gran parte de la capacidad comercial de sus redes de sucursales en la distribución de estos productos . El desarrollo en España ha sido muy notable en este aspecto (aunque, por el contrario, también hay que mencionar que una parte importante de esta participación ha sido canalizada vía fondos monetarios, cuyo riesgo de mercado es despreciable por su exposición a activos del mercado monetario a corto plazo, con muy bajas volatilidades).
Un error no imputable íntegramente a las entidades financieras es la “necesidad de estar en bolsa” que se había dado durante el estallido tecnológico: el efecto .com, la “nueva economía”. A este respecto hay sangrantes ejemplos de cómo todo lo que sonase a tecnológico o relacionado con internet automáticamente veía disparada su cotización: Telefónica (no hablamos de un valor cualquiera, sino el valor director del mercado español, valor relevante en el Euro Stoxx-50) llegó a cotizar por fundamentales ¡¡¡con prima de riesgo negativa!!!, no estar en bolsa era de locos...si tu vecino se estaba “forrando”, ¿cómo ibas a estar tú sin comprar...?.
Telepizza: para que esta empresa valiera 12€, y aplicando a sus cuentas el análisis fundamental, hay estudios de prestigiosas casas de análisis, que llegaron a la cada españolito debería de consumir tres pizzas de esta compañía semanalmente (incluidos lactantes, ancianos, enfermos y alérgicos al queso).
Terra: sin comentarios...ponderar un 7% del Ibex-35, valer más que “aquellos obsoletos valores de la Vieja Economía, Endesa, Repsol,...que ya no valían nada...el futuro es Internet - decían algunos-...compra nueva tecnología...no sé a lo que se dedica, no sé valorarla, no sé si llegará a ganar dinero pero mi recomendación es FUERTE COMPRA”. El resultado 150 € por título...y ahora vale (más bien digamos, cotiza) a 3€, 50 veces menos de lo que llegó a cotizar. Su capitalización bursátil superó a la del SCH (creo que hoy día, después de lo vivido, nadie cambiaría Terra sin dieran a elegir entre ambos valores, por muy de “antigua economía” que sea).
Verdaderamente no es imputable a la banca uno de los defectos de la naturaleza humana: la avaricia...pero tampoco es de recibo que no se reaccione a una situación de potenciales grandes pérdidas. Seguro que las carteras de las entidades de Propietary Trading no tuvieron las pérdidas que sufrieron los particulares, primero porque son profesionales e invierten de forma más racional, y por ello tienen claro un concepto: el STOP LOSS. ¿Por qué ninguna entidad de banca comercial lanzó un mensaje claro e inequívoco a sus clientes de abandonar el barco?¿Por qué no se les ilumina el camino de sus inversiones de forma institucional y se afirma, señores clientes, esto se hunde, sentimos las pérdidas en sus posiciones, pero es hora de hacer las maletas y pasar a otra cosa antes de que el mal sea mayor? Evidentemente somos conscientes de que esta afirmación es utópica, y que la imagen del banco no podría permitirse que “cundiera el pánico” en las posiciones de los clientes y arriesgarse a una posible salida de recursos de la entidad. Además, otro factor que influye en la forma de invertir de los particulares frente a los profesionales es la resignación a las pérdidas: no se asume el error en la inversión, sino que se cree que con el tiempo se recuperará la inversión inicial. En el caso de muchas empresas de la nueva tecnología no fue ni será así.
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