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La ejecución del proyecto


Enviado por   •  3 de Febrero de 2013  •  Ensayos  •  3.281 Palabras (14 Páginas)  •  307 Visitas

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El hecho de realizar, formar, idear, construir o establecer algo de la nada, se dice que es crear, pues es hacer algo de lo que no había o mejorarlas, luego entonces hoy en día este concepto o definición se ha hecho muy famoso en las organizaciones, ya sean públicas o privadas pues lo que buscan es diferenciar de su competencia, por ello para hacer un complemento de esto y más que nada desarrollar las habilidades y capacidades de las personas; es necesario que ellas mismas creen sus propios conceptos.

Según muchos filósofos el auto concepto es evaluarse a uno mismo, es decir, detectar los atributos de la personalidad, el conocimiento de las propias habilidades y capacidades y la conciencia de uno mismo. Sin embargo este término no solo es referente al sentido físico o emocional, sino a lo social, familiar y académico o profesional, este último punto es al cual se hará referencia, puesto que el ser humano a una temprana edad empieza su formación y desarrollo académico, esta etapa ocupa gran parte de su vida, y sin embargo algunos no dejan de seguir aprendiendo y evolucionando. En este punto el hombre es capaz de percibir la calidad del desempeño de su rol, como estudiante y como trabajador. Es determinante de las metas que establece el individuo y de cómo las aborda. Para autorrealizarse la percepción de la profesión ha de ser próxima al auto concepto. La satisfacción dependerá del grado en que la profesión ha permitido desarrollar el auto concepto ideal. La carrera se elige considerando el auto concepto y la imagen que se tiene de las profesiones, atribuyendo a la carrera elegida, características del propio auto concepto.

Entonces la creación del auto concepto profesional, es la forma de cómo uno mismo califica la profesión o carrera a elegir, añadiendo la auto calificación personal, es decir, la forma en cómo soy, que me gusta hacer, las habilidades que tengo para hacerlas, etc., eso complementara la idea que se... [continua]

on lo dicho hasta ahora podemos empezar a explicar mejor algunas de las cosas que ocurren en los ámbitos profesionales, en las empresas. La importancia de los distintos tipos de esquemas que conforman el autoconcepto varía mucho: la influencia de lo que sé de mí como jugador de parchís no es comparable a la de lo que sé de mí como hermano o como profesional. Efectivamente, el grupo de esquemas referidos a mi vida profesional es uno de los más importantes. Siquiera sea tan sólo por la cantidad de tiempo que dedicamos a desempeñar roles profesionales, ya ocuparía un lugar de privilegio, pero es que, además, en nuestra sociedad el papel profesional está valorado por encima de muchos otros. Por tanto, una parte importante de nuestro autoconcepto es el autoconcepto profesional. Igualmente existe un autoconcepto profesional ideal. Éste moviliza los deseos profesionales de las personas y es lo que da respuesta a la pregunta «¿Qué quieres llegar a ser?». Acercarse a ese autoconcepto profesional ideal es una poderosa fuerza motivadora. El modo en que esa fuerza inicial se transforma en acciones útiles que le llevan a uno a la meta de su ideal varía enormemente dependiendo de factores personales —intrínsecos— y de factores situacionales como el estilo de dirección del jefe, el tipo de empresa y el de cultura.

Podemos ver como este elemento para el análisis de la personalidad, el autoconcepto, nos ofrece una nueva perspectiva desde la que entender el funcionamiento de la motivación: puede decirse con fundamento que las personas se hallan motivadas, o predispuestas, a hacer todo aquello que les permita acercarse a su autoconcepto profesional ideal. Por eso los profesionales de los recursos humanos, y en realidad cualquier directivo con intuición, preguntamos a los candidatos en proceso de selección qué desean ser y hacer en el futuro, con qué actividades disfrutan realmente y qué les ha dado mayor satisfacción profesional en el pasado. Intentamos descubrir cómo es su autoconcepto profesional ideal porque asumimos que hará lo posible en su puesto para acercarse a él. Naturalmente hay muchos más elementos que investigar: la intensidad de sus deseos profesionales, su constancia o fragilidad, los valores o reglas dentro de los que aceptará moverse, etc.

Simplificando, podemos decir que las personas desean poder añadir a su autoconcepto esquemas (que habrán de derivar de experiencias) que les ayuden a salvar la distancia entre éste y el ideal.

El drama individual del desempleo, tan vigente en nuestro país, puede ser analizado también desde esta perspectiva: quien pierde su empleo interioriza en sus esquemas enunciados negativos, con mucha frecuencia «autoacusadores», sobre su capacidad. Ser despedido es, en cierto modo, haber perdido la confianza del empleador y, siempre, perder la posibilidad de «alimentar» nuestro autoconcepto. A medio y largo plazo los efectos del paro minan la propia consideración y pueden desembocar en patologías del comportamiento y del ánimo.

Los distintos elementos de motivación que suelen citarse en los libros de management, tales como disponer de poder, la influencia en otros, el sentimiento de alcanzar logros o el trabajar cooperando con otros, cobran pleno sentido al integrarlos con todos sus matices y diferentes intensidades en el autoconcepto profesional ideal de alguien. Cuando los definimos con precisión y entendemos con qué fuerza «tiran» de una persona y por qué (en qué momento y por qué razón llegaron a formar parte de su autoconcepto ideal), es cuando podemos dibujar el mapa personal de los motivos que harán moverse a esa persona a lo largo de su vida.

on lo dicho hasta ahora podemos empezar a explicar mejor algunas de las cosas que ocurren en los ámbitos profesionales, en las empresas. La importancia de los distintos tipos de esquemas que conforman el autoconcepto varía mucho: la influencia de lo que sé de mí como jugador de parchís no es comparable a la de lo que sé de mí como hermano o como profesional. Efectivamente, el grupo de esquemas referidos a mi vida profesional es uno de los más importantes. Siquiera sea tan sólo por la cantidad de tiempo que dedicamos a desempeñar roles profesionales, ya ocuparía un lugar de privilegio, pero es que, además, en nuestra sociedad el papel profesional está valorado por encima de muchos otros. Por tanto, una parte importante de nuestro autoconcepto es el autoconcepto profesional. Igualmente existe un autoconcepto profesional ideal. Éste moviliza los deseos profesionales de las personas y es lo que da respuesta a la pregunta «¿Qué quieres llegar a ser?». Acercarse a ese autoconcepto profesional ideal es una poderosa fuerza motivadora. El modo en que esa fuerza inicial se transforma en acciones útiles que

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