Planteamiento
19 de Septiembre de 2013
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En términos terapéuticos, la forma particular de ansiedad social llamada timidez no suele ser tomada muy en serio en comparación con otros trastornos, dado que siempre se le ha considerado un problema menor, pero en realidad se constituye en una seria dificultad para un buen número de personas, principalmente aquellas que atraviesan las difíciles etapas de la infancia y de la adolescencia. Si bien ninguna etapa de la vida carece de exigencias, es indudable que los niños y los jóvenes son los más presionados por la necesidad social, y posteriormente económica, de relacionarse de manera exitosa con sus semejantes, sintiendo vivamente las carencias de habilidades comunicativas y de autocontrol de la ansiedad que su formación familiar y educacional a veces no les brinda.
Estas carencias suelen manifestarse, de acuerdo con las características de la situación en que se ve inmerso el sujeto tímido, como simple dificultad en buscar, mantener o responder adecuadamente a relaciones sociales, o como una elevada reactividad nerviosa frente a circunstancias que lo destacan protagónicamente de alguna manera (interactuar con extraños, ser objeto de atención, estar bajo observación evaluativa, etcétera). En suma, malestar e inhibición en presencia de otras personas, lo que en el mundo actual es realmente un gran impedimento.
La timidez puede entenderse como una tendencia a evitar situaciones sociales debido al miedo de participar adecuadamente en estás. Este miedo viene dado cuando los niños y niñas son conscientes de que los demás evalúan su conducta y aparece así el temor a una evaluación negativa.
La timidez es algo normal en el desarrollo de los niños y niñas, pero puede llegar a ser problemático.
Las interacciones sociales son fundamentales para el aprendizaje y el desarrollo sano de los mas pequeños. Por ello es fundamental proporcionar a los niños y niñaslas herramientas para que puedan vencer la timidez, evitar que sea excesiva y de esta forma favorecer unas relaciones sociales enriquecedoras.
CARACTERISTICAS DEL NIÑO Y NIÑA TIMIDO
• Son callados, tranquilos, pasan desapercibidos (en ocasiones hacen grandes esfuerzos para esto ultimo)
• Presentan una carencia de conductas interactivas.
• Pueden tener conductas de temor, miedo o ansiedad.
• Crean una imagen negativa de si mismos lo que les lleva a una baja autoestima
COMO ACTUAR CON LOS NIÑOS TIMIDOS
1. Busca la causa que origina esa timidez. Ten en cuenta que detrás del niño tímido suele haber sufrimiento emocional y sentimiento de ser diferente.
2. No lo expongas a la fuerza a situaciones que le producen inseguridad. La idea es ayudarle a superar la timidez no reforzarla. En lugar de eso empieza por situaciones cotidianas, haz que poco a poco vaya superando sus miedos.
3. Dale tiempo y acompáñale en el proceso.
4. Evita ridiculizarle, etiquetarlo o hacerle sentir diferente. Abandona las frases del tipo “ no habla, es tímido”“ habla mas fuerte que no se te escucha” “vete a jugar que no pasa nada”
5. Trata el problema con naturalidad. Hacerle ver que lo que a el le sucede le pasa a mucha gente. Háblale de situaciones en las que también sentiste timidez y cuéntale como lo superastes. Demuéstrale que sabes como se siente.
6. Procura aumentar las conductas de interacción con los iguales, siempre sin forzarle.
7. Presta atención a los pensamientos irracionales que tiene, como “soy un inútil” “nunca tendré amigos” y corrígelos sin reprimendas “ tu no eres un inútil tu….” “Claro que tendrás amigos…”
8. Refuerza su autoestima y motívale. Pero ten cuidado el niño tímido trata de pasar desapercibido, a veces un elogio en publico le hace sentir incomodo. Procura reforzarle con naturalidad. Haz elogios realistas y dale autonomía .
9. Ayúdale a expresar sus emociones, pregúntale y escúchale. Toma estas emociones con naturalidad ni con preocupación excesiva, ni con criticas, ni exigencias. Presta atención para que no se avergüence de sus emociones.
10. En todo caso, si puedes prevenirlo hazlo, proporcionándole desde el principio un ambiente rico en relaciones sociales y siendo un ejemplo en cuanto a tu forma de interactuar.
La timidez es una emoción común y, a veces, poco entendida. Cada uno de nosotros, en alguna ocasión, nos hemos sentido tímidos en determinadas situaciones sociales. Sin embargo, la timidez puede llegar a interferir con un adecuado desarrollo social y restringir el aprendizaje de los niños. El sentimiento básico de la timidez es universal, es una mezcla de emociones, incluso miedo e interés, tensión y agradabilidad.
Los niños pueden ser vulnerables a esta emoción en momentos particulares del desarrollo, como, por ejemplo, en la infancia en respuesta a nuevos adultos. La timidez infantil se manifiesta de forma diferente según la edad del niño y la etapa de su desarrollo:
Hasta los 5 meses de edad, los niños son sociables. En los primeros meses de vida, la gran mayoría de los bebés tolera sin problemas la compañía de las personas, sobre todo si les sonríen y son amables con él.
A los 6 meses de edad podemos apreciar las primeras señales, ya que es ahora cuando el niño es capaz de reconocer el rostro de sus padres y está incómodo con los extraños. En este período, además, comienza el miedo a la separación: el bebé teme que la mamá se aleje de él, y la presencia de cualquier desconocido supone un posible peligro.
Al año, llega la timidez del niño y podemos ver cómo se cubre la cara con las manos, se mete el dedo en la boca y, en ocasiones, rompe a llorar: cuando se presenta un desconocido o llegan a casa los amigos de mamá y papá, el niño puede reaccionar con actitudes de indiferencia o de rechazo.
Hacia los 2 años de edad aparece la técnica de la huida. Aunque a esta edad el niño ha adquirido una cierta autonomía motora y lingüística, todavía no está capacitado para reaccionar siempre de forma positiva ante la presencia de extraños. Ahora, la incomodidad no la expresa llorando, sino que evita responder a las preguntas o ignora a la persona nueva.
A los 3 años se produce una mejora. La experiencia de la Escuela Infantil es un buen entrenamiento contra la timidez ya que les enseña lo divertido que puede ser la compañía de los demás.
Las causas más frecuentes de timidez son los nuevos encuentros sociales, sobre todo si la persona tímida se siente el foco de la atención.
Habitualmente los niños tímidos son muy sensibles y están atentos al ambiente que les rodea: se preocupan por lo que los demás piensan de ellos, temen sus comentarios negativos y tienen miedo a defraudar las expectativas de los que quieren. Un niño tímido suele ser muy autocrítico, es consciente de sus debilidades y de que no tiene el valor suficiente para afrontar determinadas situaciones que le avergüenzan.
Muchos psicólogos opinan que la verdadera timidez se exterioriza de forma clara entre el primer y el segundo año de vida a través de la inhibición. La mayoría de los niños de esta edad, frente a un extraño, interrumpen el juego y se bloquean durante un tiempo. Sólo cuando se supera la incomodidad (normalmente, gracias a la intervención tranquilizadora de los padres) el juego prosigue.
La timidez puede ser una respuesta normal, de adaptación a la experiencia social potencialmente temida. Siendo algo tímidos, los niños pueden retirarse temporalmente y ganar un sentido de control. Generalmente, cuando los niños adquieren experiencia con la gente desconocida, la timidez disminuye pero en muchos casos continúa pudiendo encubrir una escasa autoestima y a la falta de confianza en sus propias capacidades.
Qué podemos hacer para ayudar a un niño tímido
• Tranquilizar al niño haciéndole entender que para afrontar las situaciones difíciles puede contar, además de con la ayuda de los padres, con sus propias habilidades. Una sonrisa, un abrazo o una palabra de ánimo transmiten al niño que es querido y le aportan confianza en sí mismo.
• Construir la autoestima. Los niños tímidos pueden tener autoimágenes negativas y pueden sentir que ellos no serán aceptados. Es necesario reforzar a niños tímidos para demostrar sus habilidades y animarles constantemente elogiándoles a menudo. Destacar sus puntos fuertes, diciéndole, por ejemplo, que es muy simpático, que colorea muy bien,…. Los elogios, si son sinceros, son los refuerzos más importantes para fortalecer la autoestima del niño.
• Enseñar conductas positivas invitando al niño a saludar y a presentarse a otras personas. Lo mejor es modelar la conducta del niño enseñándole estrategias que puede seguir para conocer a una persona nueva. Hay que desarrollar habilidades sociales enseñándoles palabras y técnicas de adaptación social mediante juegos de roles ("¿puedo jugar, también?").
• Darle tiempo. El niño necesita tiempo para superar sus dificultades con los demás.
• Conocer y aceptar al niño tal y como es con sus pequeñas debilidades e indecisiones. La timidez es sólo un aspecto de la personalidad del niño. Ser sensible a los intereses del niño y sentimientos nos permitirá construir una adecuada relación con él donde se sienta querido y respetado y pueda convertirse en una persona segura de sí misma.
CARACTERÍSTICAS GENERALES
En su estudio, Monjas (2001) define sumariamente la timidez (infantil) como ―un patrón de conducta caracterizado por déficit y/o inadecuación de relaciones interpersonales
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