Practica Educativa

¿Qué es practicar?

El trabajo de la formación es una herramienta que nos sirve para adquirir experiencia y acceder a nuevas situaciones diferentes a la teoría que durante el curso estudiamos.

No existen fórmulas mágicas para que la práctica se vuelva sencilla pero si se pueden ensayar estrategias para que se vuelvan más llevaderas y con un grado menor de complejidad hacia nuestros ojos, este texto es una manera de acompañar a los estudiantes y proporcionarles ciertas pistas para iniciar su trayecto de exploración, aprendizaje y descubrimientos.

Practicar es aplicar la teoría en el trabajo a desempeñar, conceptualizar la instrucción recibida y la normativa de nuestro campo de trabajo y poner en juego nuestros saberes en situaciones reales.

Estos provienen de nuestras diversas experiencias educativas y de todo lo que hemos leído o investigado a lo largo de nuestra formación y de las enseñanzas que nuestros profesores nos han impartido.

Cuando iniciamos nuestras prácticas educativas y debamos trabajar con una misma sala en diferentes ocasiones es necesario entender que aun cuando son los mismos niños y tienen la misma edad a lo largo del tiempo adquieren diferentes tipos de conocimientos y se necesita aplicar estrategias diferentes según las necesidades de ellos y lo que con el transcurso nos vallan solicitando sus aprendizajes.

Los niños preguntarán quizá las mismas cosas, pero no pedirán la misma respuesta que les diste anteriormente, o formularan nuevos cuestionamientos, por eso es crucial que nosotros mismos vallamos creciendo y evolucionando a la par de los pequeños, para así ofrecerles lo que ellos necesitan aprender.

De nosotros como educadores se espera sepamos de psicología infantil, del aprendizaje, que sepamos manejarnos en el grupo y las instituciones que recordemos juegos, canciones, situaciones que hagan que el niño se exprese que tengamos en claro el propósito y la significación de lo que enseñamos y los efectos que conlleva en los niños.

Debemos saber educar a los pequeños para el mundo y el entorno en el que viven, conocer sus sentimientos y los nuestros para, saber planear actividades y entender el porqué de las que proponemos ante la clase.

Todas estas responsabilidades son las que debemos llevar, para dejar el molde de que solo estamos instruyendo y convertirnos verdaderamente en educadores.

¿Puede generar ansiedad el comienzo de las prácticas?

La ansiedad es una sensación que experimentamos naturalmente cuando nos enfrentamos a una situación nueva, ya que tenemos esa inquietud de que lo planeado no salga como esperamos, ó que se presente algún imprevisto, nos inquieta también la respuesta de los niños y la educadora ante nuestra intervención. El negar las inquietudes y ocultar la ansiedad refleja sólo el error en el que está el aprendiz pues nadie por más predecible que sea la situación puede saberlo todo. El temor de estar frente a espacios, personas y situaciones desconocidas nos hace reaccionar de maneras diferentes, por ejemplo que se nos olvide lo que sabemos; la autora María Teresa González Cuberes llama a estas formas de responder mecanismos de defensa, a los cuales recurrimos para superar o disminuir el malestar provocado por la ansiedad.

Existirán ocasiones en que nuestros mecanismos de defensa nos harán negar la ansiedad, evitarla o proyectarla en nuestros actos sin que nos demos cuenta, pero también estos mecanismos nos permiten controlar y resolver la inquietud.

Una de las medidas más eficaces y saludables de enfrentar la inquietud y los temores que nos invaden a la hora de practicar, se realiza antes del periodo de prácticas observando exhaustivamente el aula y sus materiales, los niños y las actividades que realizan, la educadora, los padres de familia, la institución y el contexto cultural y social para que en base a los datos que arroje esa observación podamos diseñar y proponer estrategias de trabajo; llevar los instrumentos adecuados previamente elaborados en base a mencionados aspectos nos permitirán tener mayor seguridad en nuestras prácticas porque sabremos que las actividades no se harán de manera azarosa.

La ansiedad puede ser también disminuida o controlada con la reflexión y socialización en grupo con compañeras estudiantes, con maestros en servicio y profesores de distintas áreas ya que el intercambio de experiencias o situaciones nos ayuda a darnos cuenta de que las prácticas no son perfectas ni imperfectas y que sentir estas inquietudes y afrontarlas forma parte de la adquisición de experiencia docente.

El análisis y la lectura de textos de diferentes autores así como la charla con personas experimentadas en la docencia permitirán que nos sintamos con mayores herramientas para explicarnos y enfrentar las nuevas situaciones.

Los primeros pasos

Una forma de iniciar la experiencia de observación en el jardín, no siempre es sencilla, implica enfrentar la situación con actitud abierta, alerta y con la humildad que se necesita para poder aprender algo que nos es desconocido.

Es importante que recordemos que todos en el jardín están habituados a la convivencia, que tienen un estilo de interacción, un ritmo de actividad compartido.

Ser observador significa detectar, analizar y registrar ese estilo y ese ritmo, dejar constancia de la sonrisa de uno, de la huida de otros, el sobrenombre de una auxiliar, la distribución de lugares, materiales y equipos.

Es una realidad que la maestra responsable del grupo al que fuimos asignadas puede sentir alivio al ver llegar practicantes, Pero también puede sentir que su presencia interfiere que le resta a afecto de los niños.

Así es que gran parte de la experiencia, dependerá de la relación que se pueda ir construyendo entre maestros y estudiantes.

Se nos ocurrirán algunas ideas, sin embargo conviene que escuchemos a la maestra antes de hacer propuestas propias, tomándonos tiempo para reflexionar, pedir orientación a los profesores y compañeros. No hay que arriesgarnos, ni por temor ni por valentía a decidir todo por cuenta propia.

¿Qué hacer al iniciar una práctica?

Todo primer encuentro frente a un grupo trae nervios consigo, pero algunas cosas que se pueden hacer para calmarlos es respirar profundamente, siempre tener una sonrisa, quedarse junta a la educadora o en algún polo opuesto y actuar lo más natural que se pueda esto último te ayudara a que el malestar pase de una manera más rápida y que todo empiece a tomar un buen rumbo, recuerda que no solo tu estas nerviosa o con algún miedo también algunos los niños porque

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