SALUD Y CULTURA
mercadomaxMonografía24 de Septiembre de 2018
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- Contenido
I. INTRODUCCIÓN. 3
II. DESARROLLO DEL TEMA. 4
1. Cultura. 4
2. Cultura, sociedad y salud. 6
3. Aplicaciones de la cultura en la salud. 7
4. Síndromes culturales: Retos de la salud. 8
5. Aplicaciones de la antropología médica en salud pública 11
III. CONCLUSIONES. 13
V. BIBLIOGRAFÍA. 14
INTRODUCCIÓN.
El Perú es un país multicultural en el cual los problemas de salud pública no son posibles de abordar sin la referencia a nuestra diversidad de pueblos y culturas, por ello es de imperiosa necesidad referirnos al tema, a esa diversidad cultural de los pueblos con cosmovisiones sobre la salud y con prácticas y convicciones alejadas de la formación tradicional recibida en las universidades, pero por otra parte pareciera ser este un lugar ajeno para tratar los diversos temas que se vinculan con la salud intercultural y que se desarrollan en los límites entre la ciencia médica y las ciencias sociales, en particular la antropología y la sociología.
No se puede proseguir con el contenido sin que no se establezca la importancia de la antropología, ciencia que se enfoca en la vivencia descubierta a través de la experiencia, de manera que permita entender cómo la gente de otros lugares y tiempos vivían, y cuán diferentes o similares eran en relación con nosotros. En tal sentido se le reconocen principalmente cuatro campos de estudio: la arqueología, la antropología física o biológica, la lingüística antropológica y por último la antropología cultural, la que se ocupa de la descripción y el análisis de las culturas y tradiciones socialmente aprendidas, tanto del pasado como del presente; y es aquí donde se enfoca la antropología médica, que estudia las dimensiones biológicas, psicológicas, culturales y sociales, que determinan el modo en que las personas entienden y viven la salud y sus problemas de salud teniendo como objeto de estudio y análisis, los distintos sistemas, creencias y prácticas respecto a la salud y al proceso salud-enfermedad- atención en cualquier tipo de sociedad. Por lo mencionado, se establece que la antropología es el nexo entre lo biológico y lo social.
En todo el mundo se ven pacientes que presentan comportamientos y pensamientos singulares en cuanto a la experiencia de la enfermedad, así como nociones particulares sobre salud y terapéutica. Estas particularidades no provienen de las diferencias biológicas, pero sí de las diferencias socioculturales. Por ello, se parte del concepto de que todos tienen cultura, y de que es la cultura que determina estas particularidades. Las cuestiones inherentes a la salud y a la enfermedad deben ser pensadas a partir de los contextos socioculturales específicos en los cuales los mismos ocurren.
Es importante entonces, que un estudiante de medicina o de cualquier otra área de la salud, entienda y sepa tratar a los pacientes que vienen de diversas localizaciones, diferentes costumbres y tradiciones, diversas religiones, e incluso diferente concepto de lo que es la enfermedad, para que el tratamiento sea de mayor provecho para éste y para que el personal de salud cumpla con su objetivo.
DESARROLLO DEL TEMA.
La evidencia de la diversidad cultural no es un tema contemporáneo, es tan antigua como la humanidad, desde los albores de la antigüedad los viajeros han dejado evidencia de su sorpresa al comparar las lenguas, religiones, costumbres y las muy diversas formas de apropiarse y explicar la realidad que desarrollan distintos pueblos. Esta afirmación, sin embargo, no trascendía el dato, la referencia y su asombro; si alguna explicación se brindaba a esta diversidad era de carácter mítico, vinculándolo más con la propia historia que con la ajena. En occidente, esta forma de relacionarse con el otro, con lo extraño y ajeno, se mantiene hasta la edad media, los libros de viajeros se referían a lejanos pueblos y, al describir sus costumbres, el estilo no se diferencia, en su carácter descriptivo, a los de la época clásica. Algo más tenían en común ambos grupos de relatos: se referían mutuamente a sujetos lejanos que podían exacerbar su asombro pero con los que no mantenían una relación de compartir espacios, eran en su sentido más profundo el extraño, el otro (1). Se entiende entonces que había diferencias con respecto al entorno del cual una persona salía y al entorno al que llegaba. Este entorno, en el que el individuo se sumerge, en un sentido menos físico, es la cultura.
Cultura.
La antropología contempla una gran diversidad de conceptos de cultura. Algunas definiciones entienden la cultura básicamente como ideas y símbolos, y otras, como comportamientos. Dentro del conjunto de las primeras, algunos antropólogos plantean que “se refiere a los valores, creencias, normas y modos de vida que son aprendidos, asumidos y transmitidos por un determinado grupo y que guían sus pensamientos, decisiones, acciones o patrones de comunicación. La cultura media entre los seres humanos y el caos, influye en lo que la gente percibe y dirige las interacciones de las personas. Dentro de una idea dinámica de cultura, se propone que más que un estado, la cultura es un proceso que cambia a través del tiempo. Desde el interaccionismo simbólico, algunos autores entienden la cultura como la dimensión simbólica expresiva de la vida social y de la conducta humana; por ello mismo, la cultura es diversa y está mediada por el lenguaje. Es decir, el aprendizaje cultural depende de la capacidad humana de usar símbolos (2).
En síntesis, la cultura comprende tanto las ideas y las dimensiones simbólicas expresivas como los comportamientos y los productos materiales que los seres humanos y los grupos sociales compartimos, aprendemos, trasmitimos, producimos y creamos a través de interacciones sociales (2).
Una definición de cultura aportada por Luis Alberto Vargas, alude los principales rasgos del espacio icónico homocentrista en el que vive el ser humano: “Conjunto de conceptos y creencias creados por cada grupo humano, que se manifiestan tanto en forma material como ideológica, a través del comportamiento individual y colectivo, en correspondencia con la estructura y el funcionamiento social. Es el agente autorregulador del comportamiento de los integrantes del grupo.” Dicho autor ha debatido también sobre los significantes del mundo de la cultura, vistos en el hecho de que la cultura es producto de los grupos humanos, pero a su vez es interiorizada, enriquecida y manifestada de manera personal, y que su expresión a través de la conducta, es matizada por nuestros sentimientos y emociones, pero siempre en el marco de la estructura y funcionamiento de la sociedad a la que pertenecemos, lo cual responde preguntas ancestrales acerca del por qué los individuos actúan de manera diferente con solo cambiar la estructura sociopolítica y cultural del espacio donde radican (3).
Tres aspectos deben ser resaltados para que podamos comprender el significado de la actividad sociocultural. La cultura es aprendida, compartida, y estandarizada. Al afirmar que la cultura es aprendida, se afirma que no podemos explicar las diferencias del comportamiento humano a través de la biología de forma aislada. Sin negar su destacado papel, la perspectiva culturalista afirma que la cultura modela las necesidades y características biológicas y corporales. De esta forma, la biología ofrece un paño de fondo para el comportamiento, así como fornece las potencialidades de la formación y desarrollo humano. Sin embargo, es la cultura compartida por los individuos formadores de una sociedad que torna estas potencialidades en actividades específicas, diferenciadas y simbólicamente inteligibles y comunicables (4).
Cultura, sociedad y salud.
La cultura es un fenómeno total que provee una visión de mundo a las personas que la comparten, orientando, de esta forma, sus conocimientos, prácticas y actitudes, la cuestión de la salud y de la enfermedad está contenida en esta visión del mundo y praxis social.
La enfermedad y las preocupaciones con la salud son universales en la vida humana, presentes en todas las sociedades. Cada grupo se organiza colectivamente – a través de medios materiales, pensamiento y elementos culturales – para comprender y desarrollar técnicas en respuesta a las experiencias o episodios de enfermedad e infortunios, sean ellos individuales o colectivos. Con este intuito, cada y todas las sociedades desarrollan conocimientos, prácticas e instituciones particulares que podemos denominar sistema de atención a la salud.
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