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Desarrollo Humano Sociedad Y Educación

locodavn18058 de Octubre de 2013

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Desarrollo Humano, Sociedad y Educación

Diego Alexander Vargas Neira

Resumen

La especie humana aparece y se estabiliza, produce y se reproduce, desvía y se desvía, con estas deviaciones retrocede o progresa. Para entender el desarrollo humano y sus implicaciones en la sociedad, se debe acercar al concepto de condición humana, porque de ella surge la cultura, el lenguaje y la idea de sociedad, a partir de la cual se han construido idearios de desarrollo, que al ser diferentes, dependiendo de la cultura en que se crean, se confrontan y conducen al caos, sin embargo, a través de la educación y de la enseñanza de la condición humana se puede lograr un desarrollo humano enfocado en la superación de las desigualdades, y en el desarrollo de la conciencia individual y colectiva.

Palabras Clave: desarrollo humano, sociedad.

Abstract

The human species appears and stabilizes itself, produced and reproduced, divert and deviates itself, with these deviations regresses or progresses. To understand human development and its implications in the society, it should approach the concept of human condition because there appear culture, language and the idea of society, which have constructed ideologies of development, which are different according with the culture that they are created, confronted and lead to chaos, however through education and the teaching of the human condition, can be achieved human development focused on overcoming inequalities and in the development of individual and collective consciousness.

Keywords: human development, society.

Introducción

Existe una ficción legal que supone la entrega de la voluntad individual a un poder mayor que es el del colectivo social, para que éste devuelva esa voluntad sometida en la forma de garantías, derechos y libertades, dentro del marco de una convivencia pacífica, que haga posible el desarrollo humano. Ese es el soporte de los ordenamientos sociales de corte democrático, se podría pensar, que en un contexto en el que se tiene asegurado el derecho de proveerse de los medios necesarios para una vida digna no hay lugar a la desigualdad, o a la pobreza; sin embargo, la población mundial afronta una crisis en materia de distribución de la riqueza, producto del modelo económico dominante, que ha confundido desarrollo con crecimiento económico; y que desconoce que todos los seres humanos forman parte de un mismo colectivo, de la misma especie. Existen, no obstante, un discurso donde otra sociedad e individuo son posibles, sobre la base de la comprensión de la complejidad humana, de la conciencia de su identidad individual y colectiva, y de la mano de una educación transformadora, y liberadora que conduzca al individuo a replantear el contrato firmado con el colectivo.

De la naturaleza social de lo humano

A. La condición humana

De acuerdo con las teorías evolucionistas toda especie nueva aparecida sobre la tierra es el fruto de la naturaleza predecesora, y no de sí misma, entrando a convertirse en perturbadora de esa naturaleza que le precedió, y a la vez que de sí misma; ente más adaptada y eficaz es esa nueva especie, más profunda será la variación ecológica que produce en la predecesora, aunque esto no es un mérito de la nueva especie, realmente es el resultado de la evolución de la naturaleza predecesora [1].

El hombre es el animal que más ha impactado ecológicamente en toda la naturaleza. Es un animal bio-cultural dotado de conciencia y libertad, capaz de cuestionar su propia realidad, se trata de una especie que “está constituida por una específica conjunción de biología y cultura” [2], derivada de sus estructura psico-orgánica: esta “dotado de autoconciencia, autonomía, lenguaje, pensamiento complejo, libertad, capacidad ética, apertura a la pregunta por el sentido de su vida y por el conjunto del cosmos, y, por eso mismo, en apertura a la pregunta por el fundamento de la realidad, es decir, al ámbito del Absoluto” que ha llegado a invertir la lógica de la adaptación, por eso, “mientras el animal tiene ambiente, el hombre tiene mundo, construido artificialmente” [2], porque la realidad sea natural o social ha recibido los embates humanos que a lo largo de la historia han tratado de dominarla, de hacerlo habitable convirtiendo el medio en el mundo [3].

Es la hominización la que nos permite entender esa doble naturaleza: animalidad - humanidad, presente siempre en la condición humana, es desde allí donde el concepto de hombre se basa en un doble principio, por un lado biofísico y por otro psico-socio-cultural, ambos interdependientes [4].

Para comprender lo humano de lo humano Morin explica acerca de la unidualidad, ya que el humano es un ser plenamente biológico y plenamente cultural, lo que lo lleva a esas contradicciones y complejidades, que hacen que a la vez que es homo sapiens, sea también homo demens [5].

Para ampliar las comprensión de lo que es el hombre y su condición, es necesario hacer una valoración desde la filogénesis, que comprende el estudio de la formación y de la evolución de las especies animales y vegetales con miras a establecer el conjunto de relaciones que existen entre ellas y desde la ontogénesis, que comprende el estudio del desarrollo del individuo desde el óvulo fecundado hasta el estado adulto.

A partir de la perspectiva filogenética, Chanlat [6] describe cómo el hombre se inserta en la naturaleza y hace aparecer claramente lo que lo distingue de otros seres vivientes y lo que comparte con ellos: el cerebro y la corteza cerebral [la sinapsis como función cerebral y clave del comportamiento], los reflejos condicionados, el instinto y su relación con lo adquirido, los mecanismos de excitación/inhibición que le aportan un equilibrio dinámico, y el lenguaje, la palabra y las representaciones simbólicas, ya como especificidades propias del ser humano, siendo a partir de ahí que se ha construido socialmente la realidad. El lenguaje le permitió al hombre transformar la naturaleza, y lo hizo con instrumentos materiales y con la palabra, que como sustituto de los objetos facilitó la representación del mundo a través de la actividad simbólica, capacidad específicamente humana de producción de significado presente en toda la vida social [7] o como lo señala Morin “el lenguaje enlaza y entreactiva la totalidad multiforme y plural del universo antropo social” [8].

Desde la perspectiva ontogenética se comprende que cada ser humano repite en desde su gestación la historia de la humanidad o como dice Michel de Montaigne “Cada hombre lleva en sí la forma entera de la condición humana. Cada ser humano ensaya en sí mismo su humanidad y ésa es su condición.” Y esa condición humana es la que enmarca la posición del ser humano en el mundo, y sus límites [9], y que Marcuse asocia al individuo, mientras la filogenia remite al género [3].

Y ya sea como individuos o los grupos, los humanos se representan las palabras, utilizando su forma y su sentido, para estructurar discursos reales, evidenciando y ocultando lo que piensan [10], pero construyendo realidades en todo momento a partir del ponerse de acuerdo con los otros produciendo un resultado: la cultura; que para algunos no es más que el producto de un determinismo genético, la sociobiología por ejemplo, concibe la cultura humana como un componente de la evolución controlado por los genes, que explica que todo comportamiento humano y animal se remite a cuatro ámbitos: agresividad, relación entre sexos, relación paternofilial y conductas altruistas, que son dictados por el objetivo de la supervivencia teniendo a los genes como sujeto de la evolución.

Como una salida a las múltiples posiciones sobre la condición humana, Edgar Morin propone que más allá del biologismo (entendido como una concepción y estrecha de la vida) y del antropocentrismo (idea insular y sobrenatural del hombre), se piense en una teoría abierta de la naturaleza humana, fundada en la idea de la auto-organización y sobre la lógica de la complejidad [11], porque la clave de la naturaleza humana está en la cultura, proceso de construcción humana que ha ocurrido desde el momento en que se originó la vida hasta la época actual, y que debe entenderse también desde lo político.

Sea cual fuere la acepción desde la que se analice la condición humana, ya sea desde ese ser que, desde el interior del lenguaje se representa, al hablar, el sentido de las palabras [10] o porque como lo manifestara Kant se hace mayor de edad al hacer un uso público de la razón y construye sociedad, lo cierto es que se es, en la medida en que existen los otros; no es a partir del cogito, sino en la medida en que los otros conocen lo que se piensa y de esa puesta en común surgen acuerdos, transformaciones y se da la trascendencia.

B. Orden Social

La idea de un orden social obedece a una construcción humana [12], son los humanos quienes establecen ese orden para hacer viable la vida en sociedad, para equilibrar la tensión entre los intereses propios y los ajenos, entre su individualidad y su condición social, consecuencia devenida de su naturaleza gregaria, de su necesidad del otro.

Cuando se habla de asuntos sociales, se colige un orden social, porque la vida en sociedad demanda unos acuerdos mínimos en términos de respeto, solidaridad, confianza y reciprocidad, entre otros, de ahí, la importancia de las instituciones [12], porque “el orden social es un derecho sagrado que sirve de base a todos los demás” [13],

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