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LA PENA DE MUERTE


Enviado por   •  23 de Octubre de 2014  •  1.531 Palabras (7 Páginas)  •  253 Visitas

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ENSAYO PENA DE MUERTE

INTEGRANTES:

Acosta Martínez Luis Enrique

Carranco Aguilar Bianca Fernanda

Hernandez Juarez Andrea Elizabeth

Molina Mares Diego Rafael

Salado Guzman Emmanuel

Valdez Baez Laura Gabriela

3°5

ENSAYO PENA DE MUERTE

Refiriendo a la parte argumentativa, a continuación se señalara el punto concerniente a la perspectiva social y religiosa. La pena de muerte es un tema delicado ya que algunas personas están a favor, porque creen que con esto se podría ayudar a que los criminales dejaran de robar, asaltar, violar, matar, etc. Pero, también se está en contra porque creen que sería algo cruel matar a otro ciudadano sin tener escrúpulos usando la famosa ley ojo por ojo, diente por diente. También existen organizaciones no gubernamentales que están en contra de la pena de muerte ya que defienden los derechos humanos y argumentan que no pueden hacer justicia por su propia mano, ya que un ser humano no debe de matar a otro ser humano.

LA HISTORIA DE LA PENA DE MUERTE

La conveniencia de prever la pena de muerte en la Constitución fue motivo de largas y acaloradas discusiones en el seno del Constituyente de 1917, siendo los diputados RÍOS y BOLAÑOS quienes mayores argumentos ofrecieron en contra de dicha sanción. Así, durante la 39a sesión ordinaria celebrada en el teatro Iturbide el viernes 12 de enero de 1917 se dijo: “El C. Diputado Gaspar Bolaños V. pretende la abolición de la pena de muerte, salvo el caso de traición a la patria, fundando su iniciativa, sintéticamente, en las mismas razones que han venido sosteniendo los abolicionistas de la pena capital; ésta constituye una violación al derecho natural: su aplicación es contraria a la teoría que no autoriza las penas sino como medio de conseguir la corrección moral del delincuente; es inútil la pena de muerte, porque no es verdad la ejemplaridad que se ha pretendido; quien menos sufre con la aplicación de esa pena, es el propio delincuente; a quien afecta principalmente es a su familia; y, por tanto, es injusta aquélla, porque castiga con rigor implacable a quien no tiene culpa; la irrevocabilidad de tal pena no deja lugar a la enmienda de errores judiciales; en el estado actual de la ciencia, no puede asegurarse si un infractor de la ley es un criminal o un enfermo; por medio de la pena de muerte se confunden los dos casos de una manera irreflexiva e injusta. La delincuencia entre nosotros es fruto de la ignorancia; mientras la sociedad no haya cumplido con su deber de extirpar ésta, no tiene el derecho de aplicar la pena de muerte, puesto que los delitos a que ella se aplica son el fruto de la omisión de la misma sociedad. Por último, está cumplida la condición bajo la cual los constituyentes de 1857 ofrecieron al pueblo la abolición de la pena capital; ya se ha establecido el régimen penitenciario; no debe demorarse más el cumplimiento de esta solemne promesa”.1

1-Revista “Proceso”

OPINIONES OPUESTAS

Cada vez que en el país los medios de información registran actos criminales que impactan a la colectividad por la cobardía y las intenciones con que se realizaron por individuos o grupos constituidos en enemigos de la sociedad, nuevamente proliferan las opiniones a favor de la legalización de la pena de muerte. Los países y las comunidades en donde existe la pena capital consideran que, por ser el castigo más proporcional con el daño cometido, es la pena más justa. El dolor, la ira, la sed justicia y, ¿por qué no?, de venganza, y los propósitos y consecuencias de esos crímenes son factores que impiden prever los alcances negativos de su legalización, la pena de muerte es una insensatez que jamás debe consagrarse en nuestra Constitución. A pesar del clamor con que algunos defienden la legalización de la pena de muerte, existen factores de diversa índole que no favorecen su aplicación.

Cuando una sociedad o un estado ejecuta a uno de sus integrantes, aun cuando se le haya demostrado el crimen que se le imputa, imita precisamente la conducta que condena. Tal actitud encierra una seria contradicción. Con ese proceder, implícitamente se le está sugiriendo a otros potenciales asesinos que matar al prójimo puede ser una forma lícita para resolver graves problemas humanos. Pero matar es la peor solución para resolver aun los más conflictos humanos. La aprobación de la pena de muerte en nuestros tiempos significaría regresar a épocas de barbarie ya superadas.

Se dice que la disuasión es el único objetivo de las ejecuciones. Pero, en verdad, la pena de muerte no intimida. Los criminales de alta peligrosidad son personas insensibles ante el dolor

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