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La DIDACTICA


Enviado por   •  19 de Octubre de 2012  •  2.571 Palabras (11 Páginas)  •  287 Visitas

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Quiero proponer en este ensayo una reflexión sobre lo que considero significativo dentro de la acción educadora y que le da sentido. Hablamos entonces de la didáctica como unidad facilitadora tanto en la función o rol del educador-educando, como en los procesos de aprendizaje.

Pero seria entonces primero hablar sobre la pedagogía, como aquella ciencia que se encarga de planificar, ejecutar y evaluar procesos de enseñanza y de aprendizaje, una ciencia particular, social o del hombre, que tiene por objeto el descubrimiento, apropiación cognoscitiva y aplicación adecuada y correcta de las leyes y regularidades que rigen y condicionan los procesos de aprendizaje, conocimiento, educación y capacitación. Se ocupa, en su esencia, del ordenamiento en el tiempo y en el espacio de las acciones, imprescindibles y necesarias que han de realizarse para que tales procesos resulten a la postre eficiente y eficaces, tanto para el educando como para el educador.

La pedagogía que se centra en planificar, ejecutar y evaluar procesos de enseñanza- aprendizaje se alinea en cuatro aspectos importantes.

a. Que enseño

b. A quienes enseño

c. Como enseño

d. Para que enseño

Al primer interrogante, se enseña algo, en primer lugar área especifica del conocimiento, un saber en el campo de la ciencia o disciplina propia de la asignatura, en el cual se seleccionan contenidos relacionados con el saber producido en el campo científico o disciplinar correspondidos a ella y que el maestro pueda conocer más o menos profunda, o menos actualizada. Pero es importante señalar que, cualquiera que sea el grado de profundidad y de actualización del conocimiento del maestro, él somete este saber a un proceso de transformación que hace que una cosa sea el saber que circula al interior de las comunidades científicas y otra sea el saber transformado en objeto de enseñanza en los centros educativos. La formación recibida por el maestro también influye de manera como él asume el saber y lo trasforma para convertirlo en objetivo de enseñanza.

El maestro entonces percibe este proceso de transformación como algo necesario, pues es consiente que los alumnos son diferentes, plantean diversos intereses lo cual diseñan exigencias diversas respecto al saber que enseña. Por tanto, el maestro realiza un proceso conceptual que a partir del conocimiento y comprensión que él tenga del campo de su asignatura, lo lleva a seleccionar determinados temas para enseñar o para darle mayor importancia. Es importante que el maestro estructure sus con tenidos en índole de comprensión, procurando que estén al alcance de la comprensión y de las capacidades de la población del alumnado en que se encuentra inmerso. Es necesario que el maestro haga un esfuerzo por simplificar las argumentaciones científicas que sustentan los conocimientos incluidos en los temas que ha seleccionado para enseñar, y por distribuir Las habilidades en etapas cuyo cumplimiento sea posible para sus alumnos.

Finalmente, podríamos hablar de las formas de trabajo y de pensamiento propias de la comunidad científica que genera el conocimiento correspondiente a la asignatura. El maestro puede dar poca importancia a los procesos de generación de conocimiento, o, por el contrario darles mucha importancia. Cualquiera que sea el caso, la opinión del maestro en este sentido se refleja necesariamente en su forma de enseñar. Podría afirmarse que el maestro no enseña solamente una asignatura, unos contenidos o unos programas; enseña en primer lugar una concepción de la disciplina o ciencia, una forma de mirarla.

Puede suceder, y probablemente suceda con frecuencia, que el maestro no haga explicita, ni siquiera para si mismo, la forma como concibe su asignatura, su desarrollo histórico, sus formas de investigación y generación de conocimientos. Sin embargo, la manera como asume esos conocimientos y los trasforma en objeto de su enseñar, supone necesariamente una concepción del saber, de la ciencia, y de esa ciencia en particular.

Una dimensión de su quehacer, a la cual el maestro concede singular importancia responde a la pregunta a quienes enseña, así como el maestro no piensa su que hacer de enseñar sin objeto de enseñanza, sin un saber que se enseñe, tampoco lo piensa sin unos sujetos a quienes enseñe. En la vida escolar, la relación interpersonal mas inmediata para el maestro en la relación con sus alumnos. Ningún maestro enseña en espacios imaginarios en donde no estén presentes alumnos concretos y reales, sujetos que establecen relaciones con el saber, con el maestro y entre ellos mismos.

Esta presencia necesaria de sus alumnos como interlocutores cotidianos en torno al saber hace que conocerlos sea de primordial importancia para el maestro, y que ese conocimiento influya necesariamente en su forma de enseñar. Este conocimiento, como uno de los elementos constitutivos del saber del maestro se debe enfocar desde dos perspectivas una perspectiva psicológica y la otra perspectiva desde lo sociocultural.

Desde lo psicológico se pueden hablar de dos dimensiones, una dimensión que se fundamenta en el conocimiento y la comprensión que tenga el maestro en las teorías del desarrollo del niño y del adolecente. Es decir los procesos de aprendizaje son distintos en cada sujeto, su cognición viene dada diferente en cada sujeto, lo cual depende del entorno en el que viene dado el desarrollo del educando. Por tanto un maestro sabe que no puede enseñar de la misma manera a sus alumnos. Por lo que debe ser consiente en estructura y presentar los contenidos de su asignatura en un orden acorde a la capacidad de comprensión de los alumnos, y en forma atractiva e interesante.

Es importante mencionar que este saber se obtiene a medida que el maestro los asuma y los transforme en un saber característico suyo, como quien es consiente de que no puede enseñar a un grupo concreto de alumnos, y como quien es consiente de que no puede enseñar de idéntica manera a otro grupo de alumnos.

Desde lo afectivo, entra en relación con el saber y con sus alumnos. El maestro establece de tipo afectivo con el saber, con la asignatura que enseña. La afectividad positiva, el cariño del maestro hacia “su materia” se manifiesta en el gusto que siente por profundizar en ella, por enseñarla, en el entusiasmo con que piensa en su clase, en la creatividad y facilidad con que remueve su forma de enseñar. Este tipo de actitud es percibida por los educandos e inquieta la manera como ellos, a su vez, mira la asignatura. En cuanto a la relación de tipo afectivo con sus alumnos a quienes por distintas

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